LA PAZ,
BOLIVIA (ANB / ABI).- El Estado boliviano reaccionaba el jueves, en algunos
casos airado, para sancionar a un juez, Marcelo Barrientos que, pese a ser
filmado por su víctima cuando la extorsionaba, dijo que en el proceso que se le
ha radicado "demostrará" su inocencia, a sabiendas que para la
legislación local las grabaciones no sirven de prueba preconstituida, en el más
reciente caso de la degradación sin pausa de la justicia en Bolivia.
"Con la notificación del Consejo de la Magistratura asumiré mi defensa,
donde demostraré mi inocencia del delito que se me acusa, de la supuesta
extorsión, tomando en cuenta que el Tribunal como tal es colegiado, constituido
por tres personas, entre esos los jueces técnicos", señaló Barrientos
cuando las autoridades le notificaron que debía responder a una denuncia de
extorsión en su contra.
Con soltura indesmentible, Barrientos encaró a los periodistas, ante
cuyas preguntas alegó inocencia y, más aún, dijo desconocer el vídeo en que
busca timar, entre 15.000 y 18.000 dólares a una mujer que, a su merced, se
muestra dispuesta incluso a cohecharlo para evitar que su hijo sea procesado
por violación y no por el delito con que inicialmente lo procesaron: estupro.
Barrientos había montado con un
colega, auxiliares y su secretaria, todos cómplices, una red extorsiva
en las obscuridades de su oficina.
La secretaria del juez que se azota contra la mayor evidencia en su
contra y, no obstante, dice ser inocente, se cerciora, en la filmación
subrepticia, que todos los que van a ser extorsionados ingresen a la oficina
del juez sin ningún aparato con que pueda grabarse, en audio, la conversación.
Barrientos fue registrado con una diminuta cámara de vídeo incrustada en
los anteojos de la mujer a quien trató de timar.
La secretaria, se ve en el vídeo, revisa las carteras de las mujeres que
ingresan a la oficina de Barrientos y hasta retiene los celulares de ellas.
Deben entrar limpios. Es probable que también "cache" (requise) a los
hombres.
Antes de ir directamente al hueso, Barrientos confirma que la mujer,
cuyo nombre no ha sido divulgado, no tenga a mano nada con qué grabar la
conversación, muestra el vídeo que se ha hecho viral en las redes sociales.
Convencido que no sería grabado de ninguna forma, Barrientos pide el
dinero y hasta involucra a un fiscal, cuyo nombre no menciona, pero que más
tarde se conocerá: Humberto Vizcarra.
La ministra de Justicia, Virginia Velasco, se ha indignado después de
escuchar que Barrientos anunciara que demostrará su inocencia y que desconocía
la procedencia del vídeo.
"Vamos a ser implacables en este caso. Tiene que ir a la cárcel. No
vamos a permitir que la gente siga sufriendo", sostuvo la Ministra.
"Es una barbaridad que digan todavía que el vídeo no es
prueba", clamó la autoridad al tiempo de pedir a las instituciones
concernidas una acción de escarmiento en bloque.
Las urgencias de Valdivia tuvieron eco inmediato. La Sala Plena del
Consejo de la Magistratura destituyó de un plumazo, este mismo jueves, a
Barrientos que, bizarro él, presentó luego su renuncia, y a su colega Viscarra
que formaba parte de "el equipo" y a quien se le ve en el vídeo.
"No vamos a proteger a nadie y tampoco perderemos el tiempo en
procesos burocráticos (...). Hoy la Sala Plena decidió la cesación inmediata,
hoy mismo, del juez Marcelo Barrientos, del juez Humberto Vizcarra y de la
secretaría de este juzgado", dijo el presidente del Consejo de la
Magistratura, Freddy Sanabria.
"A los 5 consejeros no nos temblará la mano para poder erradicar de
la Justicia la corrupción que hay", sentenció.
"El fiscal pide....", se le escucha decir a Barrientos antes
de requerir el dinero indiferente a que la mujer no dejaba de sollozar durante
toda la filmación.
La Fiscalía General de Estado destituyó también al fiscal Félix Marín,
que llevaba el caso pero que ya tenía inconfesos otros pecadillos en el
ejercicio de sus funciones.
El fiscal general del Estado, Ramiro Guerrero, confirmó la destitución
de dos fiscales (uno en la Paz y otro en Santa Cruz), por cobro de dinero y
recibir dádivas en el ejercicio de sus funciones.
"Desde el 2012 cuando asumimos el cargo de Fiscal General del
Estado, hemos impulsado una política interna de transparencia y depuración de
los malos servidores públicos y producto de ese trabajo, se destituyó a más de
80 fiscales en todo el país y similar cantidad de asistentes y demás servidores
públicos", explicó.
En medio de un caso inmerso en las aguas de la confusión, Barrientos
cargó las tintas en el caso de abuso deshonesto que involucra al hijo procaz de
la mujer que grabó en vídeo al juez acusado de extorsión.
La calificación de violación era, para Barrientos y Viscarra, la
secretaria y el fiscal, el filón que detonaría el desespero de una madre que
con tal de no ver a su sicalíptico hijo tras de rejas podría inflar el bolsillo
de jueces, fiscales y secretarias con la friolera de 15.000 dólares, sino mejor
18.000.
"Lo que dice la ley nomás doctor", implora la mujer después
que Barrientos se dice poco dispuesto a cambiar la calificación del delito
supuestamente cometido.
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