Han
sido usados con fines políticos, dijo Peña
PANDO, BOLIVIA (ANB / Erbol).- La vigilia de más de 30 días del grupo de la Organización
Indígena Chiquitana (OICH), que dirige Justo Seoane, fue levantada este viernes
y los chiquitanos retornaron a sus comunidades, informó radio Alternativa de la
Red Erbol.
Según
una de las representantes del sector, Alicia Alegre, se van victoriosos porque
lograron que la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) convoque al gobernador
Rubén Costas para ser interpelado sobre las demandas que tiene es sector. Dijo
que tarde o temprano, Costas debe dar su informe, pese a su resistencia.
Indicó
que además declararon un cuarto intermedio y la “deuda” que el gobernador ahora
tiene con ellos será pagada con los proyectos en sus comunidades.
“Nosotros
hemos levantado esta vigilia, estamos en un cuarto intermedio, vamos a
replegarnos a nuestras bases y la demanda continúa, la lucha continúa, recién
empieza nuestra lucha para el gobierno departamental, la deuda la vamos a
esperar en las comunidades porque allá esperamos los proyectos”, señaló la
dirigente indígena a radio Alternativa.
El
secretario General de la Gobernación cruceña, Vladimir Peña, señaló que la
medida no era sostenible porque los indígenas fueron traídos desde sus
comunidades aparentemente con engaños por algunos dirigentes, todo con afanes
políticos y para supuestamente desestabilizar la gestión del gobernador Costas.
“A
mucha gente engañaron, mucha gente dijo que quería volver a su comunidad porque
habían sido traídos con engaños, les mintieron porque buscaban otros intereses
y por eso cuando uno es mentiroso se va cayendo esas mentiras”, aseveró.
Este
grupo de chiquitanos, que ahora retornó a sus comunidades, demandaba una
redistribución de regalías y la modificación del estatuto autonómico
departamental, que se encuentra en revisión en el Tribunal Constitucional
Plurinacional (TCP) y el reconocimiento de la OICH al frente de Seoane. Ninguno
de sus pedidos se atendió, pese al trabajo en mesas de diálogo.
En la
Gobernación denunciaron que la movilización estaba financiada por el Movimiento
Al Socialismo (MAS), ya que sectores de campesinos, “Bartolinas” y
colonizadores (interculturales), entre otros, aliados a esa tienda política,
reforzaron las protestas de los indígenas y amenazaron con un cerco a Santa
Cruz, que el gobierno dijo no permitiría y al final quedó en nada.
Datos
Un
grupo de al menos 30 chiquitanos, dirigidos por Justo Seoane, Carlos Cuasase,
entre otros, iniciaron en septiembre una marcha desde el municipio de
Concepción hasta la ciudad de Santa Cruz, demandando inicialmente el
reconocimiento de Pedro Dorado como su representante ante la Asamblea
Legislativa Departamental, en lugar de Emigio Poiché.
Dorado
finalmente ocupó el lugar de Poiché, pero la caminata continuó con otras
demandas nuevas: regalías y estatuto autonómico. Una vez en Santa Cruz
presionaron con una huelga de hambre y una vigilia para que Costas los atienda.
Costas los visitó y se abrió las mesas de diálogo, pero el mismo no prosperó
porque tenía fines políticos, denunciaron los legisladores departamentales.
La
OICH está dividida desde 2008. El otro directorio está a la cabeza de Eulogio
Pachuri. Pachuri denunció que tanto Seoane como Cuasase eran aliados del MAS
porque fueron candidatos de esa tienda política para las elecciones regionales
de marzo de este año, pero perdieron en las urnas.
Tanto
Seoane como Cuasase reconocieron este hecho, sin embargo, señalaron que las
demandas de su sector eran justas y que el MAS no tenía nada que ver.
El
representante de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB),
Lázaro Tacoó, acusó anteriormente a ambos y a otros indígenas de pertenecer a
una “élite indígena” que no da paso al surgimiento de nuevos líderes, a su
criterio, por intereses personales y por su alianza con el oficialismo.
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