De cara a un escenario de crisis,
indica
LA
PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- A inicios de 2007 el Instituto Boliviano de Comercio
Exterior (IBCE) lanzó un “Decálogo de temas críticos para la economía
boliviana” recomendando acciones a ser emprendidas por el Gobierno Nacional con
la mira puesta en que las políticas públicas jugaran un rol preponderante en el
comercio exterior, a fin de lograr un desarrollo sostenido y sostenible de la
economía de cara a superar la pobreza.
Ocho años después, con la
preocupación por un posible escenario de crisis a partir del 2015, el IBCE
reflota su Decálogo del año 2007 para ver cuánto se avanzó con sus
recomendaciones, frente al agotamiento del “superciclo económico” mundial.
En conferencia de prensa convocada
al efecto, con la mira puesta en el agotamiento del superciclo económico
mundial, el presidente del IBCE, José Luis Landivar, realizó la siguiente
evaluación del cumplimiento del Decálogo de recomendaciones planteadas el 2007.
1) Privilegiar una agenda
productiva y por la competitividad: Lamentablemente aún no se consolida la
alianza público-privada, teniendo en mente la Agenda del Bicentenario 2025,
para abatir la pobreza extrema y disminuir la pobreza relativa; avanza muy
lenta.
Mientras la preocupación por el
agotamiento del “superciclo económico” se acelera en el mundo, en Bolivia poco
preocupa mejorar la productividad y la “competitividad sistémica” del país,
cuando éste precisa una agenda productiva de largo plazo, enfatizando en un
aspecto clave para su desarrollo: la competitividad y la sostenibilidad de su
crecimiento.
Esto pasa por un mayor desarrollo
de infraestructura de transportes, logística y mercados, por el drástico
fortalecimiento institucional en la esfera pública, por un mejor servicio para
que el crecimiento no sea frenado, por ejemplo, en cuanto a triplicar la
producción de alimentos hasta el 2025.
2) No sobreponer la política sobre
la economía: La ideología y la política no ayudan a la economía y el comercio
exterior. La visión de corto plazo con la mente puesta en controlar la
inflación sigue siendo la gran preocupación, pensando en el consumidor y
descuidando al productor.
Bolivia no ha desarrollado mayores
industrias, incluso una parte está en crisis (textil y maderera). La atención
se concentra en la macroeconomía no así en la microeconomía, descuidándose el
“día a día” del empresario.
Para que despegue el sector
manufacturero y agroindustrial se precisan medidas como: seguridad jurídica e
incentivos para la inversión; levantamiento de restricciones a la exportación;
permitir el uso de biotecnología en el agro y seguridad de mercados.
3) Combatir el contrabando y
consolidar el mercado interno: Una de cal, y otra de arena. Pese a que las
recaudaciones aduaneras siguen subiendo gracias al esfuerzo que realiza la
Aduana Nacional, el contrabando no solo daña las arcas del Estado al evadir
tributos sino que continúa mimetizado en el mercado interno con la actividad
informal, debilitando al productor y comerciante formal.
Un ejemplo de ello es la ropa
usada contrabandeada que estando prohibida de importarse y comercializarse, se
vende libremente por todo el país, sin que las autoridades hagan algo. De otra
parte, la importación legal en ciertos sectores ha hecho que Bolivia, de ser
exportador, pase a ser un importador neto, como en textiles y productos
madereros.
4) Procurar el libre acceso para
las manufacturas a mercados externos: La ausencia de mercados garantizados con
libre acceso para las exportaciones nacionales se hace sentir. Bolivia no
avanzó en un TLC con EEUU y la Unión Europea, perdiendo la posibilidad de tener
mercados asegurados y no depender de los Sistemas Generalizados de Preferencias
(SGP), mientras otros han negociado y asegurado para sí los dos mercados más
importantes del mundo.
La pérdida del ATPDEA con EEUU no
pudo ser compensada con el mercado venezolano, tampoco el brasilero ni el
argentino, y el sector textil se halla hoy en crisis. Tampoco hay acercamientos
en materia comercial con la zona económica del Asia-Pacífico.
5) Garantizar el mercado andino
para las agroexportaciones: La Comunidad Andina está en vilo. Las exportaciones
de productos del sector de oleaginosas, lácteos, carnes, entre otros, siguen
teniendo a la CAN como principal mercado. La amenaza de EEUU como proveedor de
la CAN se acrecienta pues se van cumpliendo los plazos de su apertura en el
marco de los TLCs que tiene firmado el país del Norte, especialmente con
Colombia, principal socio andino de Bolivia, y con Perú.
6) Tomar buenas decisiones en
materia de integración: Se debe buscar una integración basada en el interés del
sector productivo, no en una orientación ideológica. Bolivia apostó por el
bloque del ALBA, pero este bloque basado en la ideología y no en la economía,
no solo que no funciona sino que está en crisis.
Asimismo, Bolivia insiste en ser
Miembro Pleno al Mercosur pese a que en el año 2014 ya se consolidó una Zona de
Libre Comercio con dicho bloque y que, aún con ello no hay un mayor crecimiento
de las ventas no tradicionales a los países del Mercosur: más del 90% de las
ventas bolivianas a dicho bloque se concentra en el gas natural.
7) No encandilarse con la renta
del gas natural: El efecto-precio del “petróleo caro” ya no juega del lado de
Bolivia. Las advertencias sobre la extrema dependencia de la exportación del
gas, se hacen realidad. La estrepitosa caída del precio del petróleo al
finalizar el 2014 (por debajo de los 60 dólares el barril, llegando a menos de
un 50% que a inicios de año) afectará los ingresos para Bolivia.
Se había recomendado apostar por
las Exportaciones No Tradicionales, especialmente aquellas de valor agregado y
generadoras de empleo, así como también por el turismo.
8) “Inclusión social”, sí; pero
también, “inclusión productiva”: Persiste el pensamiento que lo social se puede
resolver, sin resolver los problemas de la economía. Si bien no está mal una
discriminación positiva hacia las Pymes, perjudica al país el no considerar
diligentemente a todos los actores productivos -como la “gran” y la “mediana”
empresa- dentro de las políticas públicas con miras a generar más inversión,
producción, exportación y más empleos dignos, de calidad y sostenibles en el
tiempo, como la forma ideal para la “mejora hacia arriba” de la sociedad en su
conjunto.
9) Trabajar en la promoción
externa: El país continúa “a ciegas” y sin “inteligencia comercial”. A
diferencia de lo que acontece en otros países, la ausencia de idóneos
profesionales que promuevan negocios para Bolivia en el exterior, así como las
precarias legaciones diplomáticas y consulares afectadas por la “política de
austeridad” erróneamente aplicada, resulta un “pecado” para un país que lo que
más precisa es de “antenas comerciales” para captar capitales y ganar mercados
para sus exportaciones.
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