LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Tomado de ALT1040).-
¿Recuerdan el documental Super Size me?
Dirigido y protagonizado por el cineasta Morgan Spurlock, esta obra causó un
gran revuelo en 2004 al mostrar los efectos de una dieta basada exclusivamente
en productos de McDonald's durante 30 días seguidos.
El
documental explicaba cómo la también llamada comida basura causa estragos en
nuestro organismo, al provocar un aumento de peso (Spurlock engordó más de 11
kg en un solo mes), cambios de humor, problemas de disfunción sexual y daños en
el hígado. Super Size Me fue nominada a un Oscar al Mejor Documental, y se
convirtió en una muestra divulgativa de cómo la nutrición afecta directamente a
nuestra salud.
Mantener
un estilo de vida saludable puede reducir el riesgo, por ejemplo, de padecer
cáncer. La alimentación puede influir en la aparición de esta enfermedad, que
afecta a 2,66 millones de europeos cada año. Por este motivo, la Organización
Mundial de la Salud acaba de presentar el Código contra el Cáncer, en el que
proponen 12 recomendaciones para disminuir el riesgo de sufrir un tumor. Entre
esas medidas, podemos citar una: limitar el consumo de bebidas azucaradas.
¿Cuánto nos afecta tomar productos como Coca-Cola o Pepsi?
Primera
consecuencia: tu báscula lo notará
El
consumo de bebidas azucaradas, entre las que destacan especialmente las
carbonatadas (como la Coca-Cola, entendiendo ésta como 'marca genérica' de
bebidas de cola), se relaciona con un inevitable aumento de peso. Según
estimaciones de 2014, la obesidad y el sobrepeso afectan ya a uno de cada cinco
niños en los países del área de la OCDE. La epidemia más grave de las regiones
desarrolladas está causada por dos razones: dietas ricas en grasas y azúcares y
una baja actividad física.
¿Por
qué consumir Coca-Cola engorda? Cada lata de 330 mililitros tiene cerca de 39
gramos de azúcar, lo que equivale aproximadamente a 10 terrones. La Coca-Cola
Zero es, sin embargo, endulzada con aspartamo, que logra el mismo sabor dulce
con sólo 0,3 g. La diferente densidad de las latas es el motivo por el que una
lata de Coca-Cola normal se hunde, mientras que una Zero flota.
La
razón de que consumir Coca-Cola nos haga aumentar de peso es sencilla: presenta
un alto índice glicémico y un bajo índice de saciedad. En otras palabras, en
cada lata de este refresco hay demasiado azúcar, pero al beberlo, no llenamos
lo suficiente nuestro estómago, y seguimos teniendo hambre.
En
ese sentido, una revisión publicada en la revista Nutrición Hospitalaria señaló
la asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y el aumento de peso. Por
ejemplo, la ciencia ya ha demostrado que reducir una porción diaria de 355 ml
de estos refrescos se relaciona con una pérdida de peso de 0,7 kg.
En
ese artículo se comenta una investigación realizada en 2012, en la que
participaron 224 adolescentes con sobrepeso y obesidad de 14 y 15 años, que
regularmente consumían bebidas azucaradas como la Coca-Cola. La mitad de los
voluntarios tuvieron que abandonar los refrescos durante un año, tomando en su
lugar agua. El otro grupo no tuvo ninguna restricción alimentaria. ¿El
resultado? El aumento de índice de masa corporal (la relación entre el peso y
la altura) aumentó significativamente en los jóvenes que siguieron bebiendo
productos azucarados.
Los
kilos de más que cogemos gracias al consumo de Coca-Cola se asocian también con
problemas de salud, como la aparición de diabetes tipo 2. Una investigación
publicada en JAMA mostró la relación entre las bebidas azucaradas y la
aparición de esta enfermedad. ¿La causa? El aumento desmesurado de calorías y
la concentración de azúcares que se absorben rápidamente en sangre.
En
ese sentido, la tecnología puede ser una gran aliada a la hora de realizar
recomendaciones nutricionales. Recientemente científicos desarrollaron una
lengua electrónica, que permite determinar el índice glicémico de estas
bebidas, para así ayudarnos a cuidar nuestra salud y no abusar de este tipo de
productos.
Segundo
efecto: ¿problemas para respirar?
Aumentar
de peso si consumimos demasiada Coca-Cola parece una consecuencia, cuanto
menos, lógica. ¿Qué otros efectos puede haber sobre nuestra salud? Por
sorprendente que parezca, recientes investigaciones han apuntado que las
bebidas azucaradas podrían estar detrás del aumento de la incidencia de asma.
Este
trastorno está caracterizado por los problemas para respirar que sufren los
pacientes. Sus vías respiratorias se hinchan y estrechan, lo que hace que el
aire tenga menos espacio por el que pasar, apareciendo también cierta opresión
en el pecho y la característica tos.
Tres
estudios (en Suecia, Estados Unidos y Australia) señalarían inicialmente a refrescos
como la Coca-Cola como culpables del aumento de asma en la población.
Posteriormente, una investigación realizada en más de 2.400 niños de once años
de edad demostró que el consumo de bebidas azucaradas (zumos de frutas
industriales y refrescos) se asocia con una mayor incidencia de asma.
Los
jóvenes que tomaban más de 21 vasos de estas bebidas azucaradas o más de 10
vasos de zumo a la semana tenían un riesgo más alto de sufrir este trastorno
respiratorio. ¿Cuál es la razón? Según la investigación publicada en European
Journal of Clinical Nutrition, el motivo podría ser que el aumento de azúcar
favorezca la inflamación, tan característica del asma.
Esta
relación positiva entre el consumo de bebidas azucaradas o zumos industriales
con el asma ha sorprendido a muchos científicos. De confirmarse en próximos
estudios, la medicina contaría con una estrategia preventiva para disminuir la
incidencia de esta enfermedad respiratoria: promover la reducción del consumo
de azúcar en la población.
¿Afecta
a nuestro cerebro?
A
pesar de los efectos negativos que parece que producen estas bebidas, es
indudable la potencial adicción que causan. Tienen un buen sabor, se consumen a
bajas temperaturas y tienen ese refrescante toque que hace que la Coca-Cola sea
uno de los productos favoritos de la población.
¿Por
qué nos gusta tanto consumir bebidas de este tipo? La respuesta está en que el
azúcar, de una forma similar a las drogas o el sexo, es capaz de activar unos
centros nerviosos en el cerebro, aumentando el nivel de dopamina y serotonina,
a través de la vía mesolímbica dopaminérgica, responsable de la adicción o
craving.
Nos
satisface beber estos productos azucarados, ya que hacerlo nos produce una
cierta sensación de placer. Cuanto más consumamos, más estimulamos nuestro
cerebro. La activación del sistema de recompensa por los azúcares es de sobra
conocida, ¿pero funcionan igual los edulcorantes industriales?
La
respuesta la encontramos en un artículo en The Yale Journal of Biology and
Medicine, que apunta que sustancias como el aspartamo, considerado como seguro
por la EFSA, pueden activar sólo parcialmente el sistema de recompensa
cerebral. ¿La consecuencia? Consumir Coca-Cola Zero (o bebidas similares)
podría incrementar nuestro apetito y necesidad de tomar más azúcar, lo que a
largo plazo puede provocar un aumento de peso inesperado.
Este
aspecto no es el único efecto cerebral que provocan las bebidas azucaradas. Una
investigación realizada en University of Southern California demostró en
animales que el alto nivel de azúcar de estos productos puede alterar una
región del cerebro conocida como hipocampo. Estos cambios tenían como
consecuencia una modificación de procesos relacionados con el aprendizaje y la
memoria espacial en ratas. Necesitaremos más estudios para comprobar si estos
efectos son extrapolables a los seres humanos.
¿Envejecemos
antes con estas bebidas?
Por
último, cabe destacar una investigación publicada en American Journal of Public
Health, y reseñada en The Guardian, que muestra que los efectos negativos
conocidos hasta el momento podrían ser sólo la punta del iceberg.
Y es
que su estudio ha analizado los hábitos nutricionales de más de 5.300 adultos
entre 20 y 65 años. La relación entre el consumo de bebidas azucaradas y su
nivel de envejecimiento celular era alarmante. ¿Por qué? Al medir los telómeros
(que funcionan como capuchones de nuestros cromosomas) comprobaron que sus
relojes moleculares estaban adelantados una media de 4,6 años más de lo que
deberían.
El
acortamiento de estos capuchones puede provocar, a medio o largo plazo, la
aparición de células cancerosas, ya que su función principal es proteger al
ADN. No obstante, es importante señalar que esta investigación está en una fase
muy preliminar, y que necesitamos más estudios que demuestren la relación
causa-efecto entre el consumo de bebidas como la Coca-Cola y el envejecimiento
celular.
En
resumen, tomar demasiadas bebidas azucaradas puede ocasionar serios perjuicios
sobre nuestra salud. Además del consecuente aumento de peso, consumir a diario
productos como la Coca-cola puede llegar a provocar la aparición de problemas
como la diabetes o el asma. Reducir nuestro consumo de estas bebidas nos
permitirá mantener una vida saludable. ¿Eres capaz de evitar esta curiosa
adicción por los refrescos durante un año?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ANBOLIVIA te invita a ser el quinto poder, opina...con respeto
DEJA TU OPINIÓN EN:
TW: @ANBOLIVIA
TW: @ANBdigital
F: https://www.facebook.com/anboliviadigital