Trofolaxis en hormigas de la especie 'Oecophylla smaragdina' (Sean Hoylan / WP) |
ESPAÑA (ANB / Sitio Vanguardia).- Un estudio descubre que estos insectos sociales intercambian
fluidos como sistema de comunicación química.
La
Tierra alberga actualmente más de 14.000 especies de hormigas (algunos expertos
estiman que llegar a ser más de 20.000) y, por lo que sabemos, casi todas ellas
comparten conductas tan poco conocidas por el común de los humanos como la
trofolaxis o trofolaxia.
Muchas
personas hemos observado que las hormigas tienen el hábito de tocarse con las
antenas cuando, por ejemplo, se cruzan en el camino de ida y vuelta al
hormiguero. En ocasiones, este contacto es más estrecho y las hormigas
mantienen sus mandíbulas en contacto directo y amistoso.
A
simple vista, un aficionado a la mirmecología (estudio de las hormigas) diría
que estos insectos sociales se besan, y en parte no dejaría de tener algo de
razón (aunque las hormigas no tengan labios).
Con
mucha más precisión científica, en 1918 el entomólogo estadounidense William
Morton Wheeler descubrió que el contacto bucal entre las hormigas -y otros
insectos sociales- es una conducta compleja en la que se incluye el intercambio
de alimentos y fluidos diversos. El profesor Wheeler definió esta especie de
besos con la palabra técnica de trofolaxis (también, trofolaxia).
Hormigas hormigas madereras o carpinteras, del género Camponotus (jimdoberman / Getty Images/iStockphoto) |
Durante
las últimas décadas diversos expertos han avanzado en el estudio de trofolaxis
en las hormigas y la revista científica eLife publica ahora (edición on line de
29 de noviembre) los resultados de una investigación destacada en esta curiosa
especialidad.
Mucho
más complejo de lo que se creía
El
equipo encabezado por la profesora Adria LeBoeuf, de la Universidad de Lausana
(Suiza), recuerda en su nuevo estudio que hasta ahora se creía que la
trofolaxis en hormigas es básicamente un mecanismo de distribución de alimentos
entre adultos y entre adultos y larvas.
La
hipótesis que ha puesto a prueba este equipo internacional es que, además de
servir para intercambiar alimentos, la trofolaxis es un medio de comunicación
química entre los miembros de la colonia.
Utilizando
sistemas espectrometría de masas y secuenciación de ARN, los expertos han
analizado las proteínas y otras pequeñas moléculas presentes en los fluidos que
se intercambian bucalmente las hormigas de la especie Camponotus floridanus
(común en Florida, Estados Unidos).
Los
resultados muestran que estos fluidos contienen substancias relacionadas con la
alimentación y muchas otras que podrían asociarse con la conducta social de las
hormigas, incluidas algunas hormonas.
Algunas
de las substancias descubiertas en estos fluidos, por ejemplo, actúan como
reguladores de crecimiento, desarrollo y maduración conductual de los
individuos más jóvenes. Es decir, el intercambio de fluidos entre hormigas
transmite de unas a otras la forma de desarrollo y la conducta que mantienen estos
individuos dentro de la colonia (algo así como la cultura en los humanos).
”Estos
resultados sugieren que el trophallaxis desempeña roles previamente
insospechados en la comunicación y permite el control comunal de los fenotipos
de las colonias”, indican los autores en las conclusiones de su estudio.
Artículo
científico de referencia:
Oral transfer of chemical cues, growth
proteins and hormones in social insects. Adria C. LeBoeuf et al. eLife, 2016
Published November 29, 2016 DOI: http://dx.doi.org/10.7554/eLife.20375
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