LA PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI, Agencias).- La ministra de Comunicación, Marianela Paco, afirmó ayer
que la renuncia del agente chileno ante la Corte Internacional de Justicia
(CIJ) de La Haya, Felipe Bulnes, evidencia fisuras internas en el Gobierno del
país transandino.
"Para nosotros evidencia que hay
fisuras internas en el interior del Gobierno de Michelle Bachelet y a nosotros
no nos cambia la historia. La historia y los hechos están ahí, hay una verdad
histórica que hemos demandado con procedimientos y argumentos jurídicos",
dijo en declaraciones a radio Cooperativa de Chile.
Paco reiteró que para Bolivia "la
verdad es primero", porque busca justicia para retornar a las costas del
Pacífico con soberanía y que su objetivo no cambiará "esté quien
esté".
"Trabajamos al unísono en nuestra
búsqueda de justicia como Bolivia, en eso no tenemos nosotros diferencia",
complementó.
Siempre según Cooperativa, la Ministra de
Comunicación aseguró que en la estrategia boliviana existe "una cohesión
única, una unidad fuerte y no solamente es interna esta fuerza, sino nuestra
fuerza también va cobrando respaldo a nivel internacional".
Respecto a la designación del exsecretario
de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, Paco
manifestó su deseo de encontrar coherencia y consecuencia en esa autoridad.
"Entendemos que el señor Insulza es un
político que como todos asume tareas en sus momentos y así lo hará y eso no
cambia nuestra historia", sentenció.
En 1825, Bolivia nació a la vida
independiente con una costa de aproximadamente 400 kilómetros sobre el océano
Pacífico. 54 años después, en 1879, Chile invadió y ocupó por la fuerza el
territorio del departamento de Litoral, desde entonces privó al país de un
acceso soberano al mar y de un territorio de al menos 120.000 kilómetros
cuadrados.
En 2013 Bolivia sentó a Chile ante La Haya,
en busca de un "diálogo sincero" para resolver la demanda marítima
boliviana.
Chile había objetado en 2014 la competencia
de la CIJ para conocer la demanda marítima boliviana, y después de 14 meses,
ese tribunal internacional rechazó ese recurso interpuesto por La Moneda.
En
resumen, no hubo ruptura. De Sousa Santos recuerda la carta que Lula da Silva
escribió a los brasileños cuando ganó la presidencia por primera vez, en 2003.
Aseguró que iba a mantener todos sus compromisos con el Fondo Monetario
Internacional.
El
crecimiento que vivía su economía lo permitía. Aprovechó la oportunidad
histórica de mantenerse en el poder y hacer una redistribución social sin
precedente. Se crearon clases medias que no había, se aceleró el mercado
interno. Pero esa misma oportunidad histórica no fue aprovechada para regular
el capital financiero.
Agrega
que en ese periodo, desde México hasta Argentina, aumentó el número de
millonarios año tras año. Los bancos nunca ganaron tanto. La diferencia fue que
en los países con gobiernos progresistas se desarrollaron políticas sociales
sin precedente. Y en los otros (México y Colombia, principalmente) no.
Otros
países plurinacionales, como Bolivia y Ecuador, desarrollaron otra
contradicción en su seno. El Estado nacional penetró como nunca antes en todo
el territorio. Pero al mismo tiempo la Constitución pluricultural que ellos
impulsaron llegó a estorbarles.
Pone
de ejemplo el caso del Yasuní ecuatoriano, reducto amazónico prístino, no
tocado por la civilización, y con un riquísimo yacimiento petrolero por debajo.
La nueva Constitución se propuso dejar el petróleo bajo tierra si las economías
industrializadas pagaban 50 por ciento de la renta petrolera que el Estado iba
a dejar de recibir por mantener la selva virgen. Era una idea totalmente
revolucionaria. El problema es que en el fondo siempre fue un plan B, porque el
plan A fue, y es, seguir con la explotación petrolera. Lo que pasó es que se
impuso la necesidad de seguir con la redistribución social, y para lograrlo el
gobierno profundizó el modelo neoliberal de acceso a los recursos. Esto
significa expulsar campesinos, reprimir protestas, contaminar aguas. Y eso se
está haciendo en todos lados.
Oportunidad
histórica que se desaprovechó
En
suma, es una contradicción de un modelo de carácter nacionalista con un modelo
neocolonial. América Latina sigue cumpliendo la función que le asignó el
sistema colonial, que es producir recursos naturales, y si acaso mano de obra.
Esta
contradicción, agrega, no se notó mientras hubo la demanda china. Pero eso
terminó y China tuvo que hacer cambios, devaluar su moneda, proteger su mercado
interno, y disminuyó su necesidad de productos naturales. El precio del
petróleo no baja de un día para otro en 50 por ciento. Nuestros países tomaron
entonces el camino del endeudamiento.
Hubo
otra oportunidad desaprovechada por los gobiernos progresistas, según De Sousa
Santos:Transformar a sus países en la especialización industrial, lo que
llamamos el post extractivismo, para no depender de los recursos naturales. Eso
no se hizo. Y ahora no hay demanda. Por eso es extremadamente difícil mantener
este modelo. Y la derecha, que es revanchista, está resurgiendo de manera muy
fuerte. Es una derecha oligárquica, golpista, muy agresiva.
–Otros
países no pasaron por el llamado ciclo progresista, México y Colombia de manera
particular. ¿Su mirada sobre la situación mexicana?
–A
México lo veo en un contexto más amplio, el de los tratados de libre comercio.
Primero fue el TLCAN y ahora el Transpacífico. Son procesos que a la larga van
a debilitar a los países menos fuertes y van a crear estados fallidos en
cadena. Esto va a ocurrir porque los mecanismos de control mínimo de cohesión
social van a ser atacados por este tipo de acuerdos.
–¿Qué
queda de esos grandes movimientos sociales que llevaron a Evo Morales, a Rafael
Correa, a los Kirchner, a Lula, a sus victorias electorales?
–Tuvieron
un papel determinante. Pero yo diría que luego se durmieron. Perdieron
vitalidad, dejaron de presionar. Lograron conquistas importantes. No las
minimizo. Pero creyeron que teniendo amigos en el poder ya no tenían que seguir
luchando. El problema es que se confundieron: tener un amigo en el gobierno no
es lo mismo que tener un amigo en el poder. Y dejaron de presionar.
Otra
cosa que ha faltado es la reforma política de fondo. No hubo una política de
ciudadanía, sino una de integración para el consumo. Y eso llevó a que en breve
los ideales de esas clases populares pronto se convirtieran en los ideales de
las clases medias. A las oligarquías eso no les gustó. Las nuevas clases
medias, con expectativas muy altas, quieren más. Y no hay más. Hubo más
universidades públicas, pero los servicios universitarios no crecieron. Hubo
más unidades habitacionales, pero los servicios públicos no mejoraron. De este
modo los gobiernos progresistas fueron perdiendo su base social de apoyo.
–¿Cuál
es la alternativa? ¿Cómo revertir la derechización?
–Los
pueblos a veces nos sorprenden. Los portugueses no podíamos imaginar en 1974 la
revolución de los claveles. Hoy mismo, en Colombia, con este proceso de paz,
que es la buena noticia del continente, puede permitir una recomposición de
fuerzas. En México, Morena es una opción interesante. Y si no hubiera fraude en
México, quizá podríamos ver un cambio.
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