JUEZ CONGRATULA A JUSTICIA URUGUAYA POR DAR LUZ VERDE A EXTRADICIÓN DEL FINANCIADOR DE LA CÉLULA TERRORISTA

LA PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- El presidente del Tribunal Primero de Sentencia, Sixto Fernández, congratuló el martes a la justicia uruguaya por dar luz verde al pedido de extradición de Alejandro Melgar Pereira, acusado de principal financiador de la célula terrorista, que lideró el boliviano-húngaro Eduardo Rózsa Flores, organizada con fines separatistas en 2008.

    "Nos enteramos que Adriana De los Santos, juez del Crimen Organizado del Uruguay falló a favor del pedido de extradición que presentó el 2014 el Estado Boliviano a través de Cancillería, a solicitud del Tribunal de Garantías que lleva adelante el juicio en el caso terrorismo", puntualizó.

    A su juicio, el trámite debe agilizarse para que Melgar sea remitido a la justicia, donde se ventila el juicio por los delitos de terrorismo y alzamiento armado.

    Informó que en Uruguay se realizaron varios trámites para fundamentar la extradición tomando en cuenta que fue apelada por abogados de Melgar.

    Por su parte, el fiscal Marco Antonio Rodríguez recordó que Melgar, ex árbitro del Centro de Conciliación y Arbitraje en Asuntos y Procesos de la Cámara de Comercio y Servicios de Santa Cruz (Cainco), está recluido en una penitenciaría de Montevideo.

    Explicó que en Bolivia fue declarado "rebelde de la justicia".

    Melgar de 45 años de edad, fue detenido por la Interpol en el Aeropuerto Internacional de Carrasco cuando pretendía viajar a Brasilia, el 24 de abril de 2012 y desde esa fecha está recluido en esa cárcel.

    "Melgar está acusado en el caso Terrorismo I y II de ser uno de los principales articuladores y financiadores del grupo irregular que vino a dividir Bolivia. Además, fue el principal contacto con el ex propietario de la empresa aérea 'Aerosur', Humberto Roca para transportar a ese grupo irregular a Bolivia", remarcó.

    Según la investigación, fue el nexo entre los financiadores y la célula de Rósza que tenía previsto invertir 20 millones de dólares para la compra de armas sofisticadas altamente destructivas, entre ellos, misiles para encender en Bolivia una guerra civil.