Harold Kroto, después de la entrevista / CARMEN VALIÑO |
ESPAÑA (ANB / tomada de: elpais).- Hace algo más de un año, en medio de una rueda de prensa
durante el festival
científico Starmus, un brioso Harold Kroto se lanzó a una discusión
acalorada con dos astronautas del programa Apolo.
Los dos héroes de la carrera
espacial negaban que los humanos estuviesen acelerando el cambio climático y
eso fue más de lo que este acérrimo defensor de la ciencia como forma de
comprender el mundo podía soportar. Aunque nada en su actitud lo delataba,
ese día Kroto ya sabía que padecía una enfermedad de la neurona motora, un
grupo de dolencias neurodegenerativas.
“Tengo
la misma enfermedad que sufre Stephen Hawking”, explicó Kroto a El País hace
dos semanas, durante la presentación en Londres de la Medalla Stephen Hawking, a
la que acudió en una silla de ruedas para sorpresa de muchos
asistentes. “Ahora no puedo andar y mi voz se está yendo”, detalló.
El
científico británico ganó el Nobel de Química en 1996 por descubrir los
fullerenos junto a los estadounidenses Robert Curl y Richard Smalley. Estas
moléculas esféricas de carbono muy parecidas en estructura a un balón de fútbol
eran interesantes por su potencial aplicación en nuevas terapias, aunque su
hallazgo surgió de la más pura curiosidad por la formación de estos compuestos
en las estrellas.
Kroto
(Wisbech, Reino Unido, 1939) ha sido siempre una mente inquieta. De no haber
descubierto los fullerenos podría haberse dedicado al diseño gráfico, otra de
sus pasiones. También ha hecho importantes apuestas por la divulgación
científica, en especial entre niños y jóvenes, y ha mantenido una activa
vida política que le ha llevado a criticar públicamente a papas y presidentes. Ahora está jubilado. “Lo que hago
es trabajar en mi página
web, publicando en ella todo lo que he hecho, pero pronto no podré hablar”,
reconoce. En esta entrevista, breve por el visible cansancio que le produce
hablar, el científico discurre sobre la importancia del hallazgo que hizo en
1985 y sobre la necesidad de redirigir la investigación hacia los verdaderos
problemas de la humanidad.
Pregunta. ¿Qué ha sido lo más excitante en su campo de trabajo?
Respuesta. Lo más excitante es que la predicción que hice hace 27
años se ha hecho realidad, que las moléculas de C60 [el fullereno hecho de 60
átomos de carbono] están por todo el universo.
P. ¿Qué implicaciones tiene eso?
R. Puede que sea esta la molécula que transporta carbono
al lugar en el que se forman los planetas. La implicación es que el C60 puede
sobrevivir y después romperse en moléculas más pequeñas
P. ¿Cree que hay vida en otros planetas?
R. Supongo que hay bacterias, formas primitivas de vida.
P. ¿Y vida inteligente?
R. Bueno, no hay vida inteligente aquí. Creo que ese es
el problema. El mismo impulso que ha hecho que lleguemos hasta donde estamos
actualmente puede ser autodestructivo. A medida que se desarrolla la
tecnología, la gente puede usarla para destruirnos. Ahora mismo estamos
mandando señales por toda la galaxia y aún no hemos visto nada. Tenemos
radiotelescopios muy sensibles, pero por ahora no hay nada obvio de que haya
formas de vida tan avanzadas desde el punto de vista tecnológico como nosotros.
P. En 1996 dijo que sin educación científica la humanidad
no durará más allá del siglo XXI ¿Cree que han mejorado las cosas?
R. Es cierto. Mira por ejemplo el uso de combustibles
fósiles. Necesitamos un gran descubrimiento rompedor en ciencia y tecnología
para evitar una catástrofe. No estamos lo suficiente preparados en ese aspecto.
Un montón de gente se cree falacias. La ciencia es como es y la gente no la
quiere reconocer. La ciencia es una forma de pensar, mantiene que solo lo que
es verdad merece ser contado. La gente que inventa cosas puede ser muy mala. Es
lo que vemos hoy cada día, la gente se cree cosas y hace cosas horribles. Por
ejemplo, el terrorismo. Antes tenías que matar a la gente de uno en uno, ahora
puedes matar a 90 de una vez y serán posibles armas que podrán destruirnos a
todos.
P. La crisis económica ha empujado a muchos gobernantes,
incluidos los españoles, a reducir el presupuesto para investigación ¿Qué les
diría?
R. Deberían reconocer que nuestra única esperanza es la
tecnología, pero esta debe estar guiada por criterios humanitarios y no por el
beneficio económico. Yo no quiero que se desarrollen aviones de combate.
Tenemos que pensar en este asunto y dirigir a la sociedad y a la investigación
hacia criterios de interés humanitario.
P. ¿Cuál cree que será la próxima revolución científica?
R. Soy un científico, no tengo ni idea. Pero una cosa es
segura, la próxima será una gran sorpresa y vendrá a través de la ciencia básica,
la fundamental, no la que usa la ciencia para hacer dinero. Mi descubrimiento
se hizo gracias al interés por las estrellas, no en la nanotecnología, y ese es
el problema.
P. Hace unos años firmó una carta de condena del Papa
Benedicto XVI ¿Qué piensa del nuevo?
R. Bueno, ha hecho cosas buenas. El anterior era
antagonista de lo secular. Por ejemplo, no reconocía que el 50% de la gente en
Reino Unido declara no tener religión. No podía simplemente ignorarlos. Por eso
gente como yo, que solo aceptamos la validez de la verdad, de la evidencia,
reconocemos que lo que la gente inventa, las religiones, pueden ser peligrosas.
Como podemos ver en Oriente Medio. El papa actual es mucho mejor que el
anterior pero, aún así, se puede hacer mucho con el humanismo. El humanismo
reúne todo lo bueno que hay en la religión y nada de lo malo.
P. ¿Hay algún lugar para Dios en la ciencia?
R. Yo creo que no. Nueve de cada diez científicos de
élite son escépticos, solo aceptan evidencias, pruebas. Depende de a qué llames
Dios. Si dices que es la naturaleza entonces sí, pero si quieres que sea el
concepto de la iglesia, no hay ninguna prueba. La ciencia se basa en probar si
las cosas funcionan y, si lo hacen, entonces tu móvil funciona. Si fuese tan
efectivo como rezar, no lo comprarías. Las ecuaciones de Maxwell están probadas
y funcionan cada vez que enciendes tu teléfono, cada vez. Billones y billones y
billones de pruebas a favor de esas ecuaciones.
P. ¿Por qué le gustaría ser recordado?
R. No me importa mucho. Creo que he sido un tipo bastante
decente. Intento ayudar a la gente a través de la educación, con mi web, a
través de unos cuantos proyectos humanitarios, como por ejemplo escribir cartas
a favor de Raif Badawi, un bloguero que está en prisión en Arabia Saudí, o hace
ya tiempo escribir a Bush y Blair para que no invadieran Irak. Ese tipo de
cosas son las más importantes. Ya que gané el premio Nobel, lo usé para
intentar mejorar un poco las cosas.
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