CRIMEN EN SAN RAMÓN APUNTA A AJUSTE DE CUENTAS

No hay detenidos

De izquierda a derecha: María Romy Antelo Raldes (24) y Hans Grover Vallejos Castellón (44). Foto: El Deber.

SANTA CRUZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- El ganadero cochabambino Hans Grover Vallejos Castellón (44), su novia María Romy Antelo Raldes (24) y el vaquero Huber Fernández Arauz (27) fueron asesinados en San Ramón, por un supuesto ajuste de cuentas, indicaron este lunes sus familiares.

El hecho se produjo la tarde del sábado en esa población distante a 174 kilómetro de la ciudad de Santa Cruz, específicamente en la propiedad Las Carmelitas, pertenecientes al extinto.

Autoridades de la Policía y la Fiscalía realizaron las primeras investigaciones e indagaciones, a fin de encontrar una explicación del hecho que conmovió a os pobladores de ese fundo cruceño.

Según datos proporcionados por los investigadores, Vallejos y su compañera murieron por golpes en la cabeza y algo parecido sucedió con su colaborador. Los cuerpos de los dos primeros aparecieron en su lecho conyugal, en tanto que el tercero yacía a 100 metros de la vivienda.

Una forense explicó a la prensa que un bate o un fierro habrían utilizado los malhechores para acabar con la vida de la pareja. No se observaron rasgos de defensa o acciones que deduzcan algún tipo de defensa.

Explicaciones

Gróver Vallejos, progenitor del extinto, indicó que la promediar las 18 horas del sábado se habían dirigido a dicha propiedad que se encuentra distante a 500 metros del pueblo de San Ramón y no encontraron a nadie.

“Lo han matado por venganza es lo único que puedo decirles”, explicó el padre tras observar a su hijo y novia ensangrentados.

Carlos Antelo, hermano de la novia, pidió la colaboración de los vecinos para dar con los autores del horrendo crimen.

Un testigo recordó que una hora antes del hecho, alrededor de las 16:30 horas se observó la partida violenta de una vagoneta color beige.

De la hacienda sólo, los asesinos sólo robaron una computadora, mientras el resto de los objetos de valor se mantenían.

María Antelo y el difunto eran enamorados desde hace un año y habían planeado casarse muy pronto.