LA PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- Juan Pari Mamani, de 27 años, se ha convertido en el ladrón
más controvertido de la historia boliviana de los delitos financieros de las
últimas décadas, cóctel de bufón, incauto, ostentoso, lo mismo que mundano,
audaz, apartado de la realidad y dueño de una viveza criolla e inteligencia
emocional fuera de lo racional y rayanas en lo patológico, al grado que, al
final de las cuentas, ha condenado a sus familiares y amigos, a la cárcel.
Pari Mamani se ha robado 37,3 millones de
bolivianos en 10 meses del estatal Banco Unión, entre diciembre y setiembre
últimos, es decir 200% más que lo que se llevaron empleados de bancos, incluso
el emisor Central de Bolivia, según el diario capitalino La Razón, en 9
episodios diversos entre 2009 y 2014.
Encargado de bóveda de la agencia del Banco
en la localidad lacustre de Batallas, las gansadas de este
"sonsovivo" o muy tonto o muy vivo, como se dice en la jerga popular
boliviana, detonaron finalmente el encarcelamiento de su madre, uno de sus más
íntimos amigos, su hermano y hasta su amante.
Las andadas criminales de Pari Mamami, que
pareció actuar en arca abierta, dieron tras de rejas, por el momento, a dos de
aquellos que tuvieron la desdicha de dejarse tentar por el dinero a manos
llenas, entre ellos un vendedor y comprador de autos de alta gama y segunda
mano que prete3ndía salvar la cosecha con los negocios millonarios que
planteada este simple empleado de banco, y un prestidigitador.
Por su culpa o a causa de sus raterías, 18
empleados del Banco Unión que no se dieron cuenta del faltante semanal, de
20.000 y 150.000 bolivianos, durante 40 largas semanas, que Pari Mamani y su
amante sacaban de las bóvedas en bolsas y hasta adosados a sus cuerpos, han
perdido sus empleos y, lo peor, arriesgan penas en el marco del proceso
policial y judicial que estos días se enseñorea en las portadas de los diarios
locales.
Un gerente nacional del Banco también ha
sido despedido mientras los investigadores piden las listas de empleados para
indagar sus cuentas, movimientos de dinero, compras, viajes y desplazamientos
personales.
Cuesta creer que nadie, en el Banco y los
organismos de control financiero nacionales, se haya dado cuenta de las
raterías de este hombre que lucía seguro que no iba a ser descubierto y que,
propio de criminales de poca monta, llegó a publicar los frutos de su repentino
buen pasar en redes sociales.
Pari Mamani subió a su muro de Facebook las
fotografías de los autos, productos suntuarios y hasta cajas de escocés con que
"adornaba" su recibidor, como así de casas y apartamentos que había
comprado "cash".
Su socio vendedor y comprador de coches de
alta gama, orondo aparece en un vídeo posteado por Pari Mamani, hablando de
"money, money".
La forma cómo este hombre se embolsilló 5 millones de dólares, tiene
perpleja a la opinión pública boliviana.
Pari Mamani ha caído en desgracia: ha sido
encarcelado, su fotografía ha sido publicada innumerables veces en periódicos y
canales de televisión, sin contar la reproducción infinita e infinitesimal en
las redes sociales, su esposa ha descubrierto, en medio del escándalo que cobró
un potente estado público, que era traicionada y que era la amante, uno de los
primeros detenidos en el caso, la que se embolsada las platas con la misma
facilidad que Pedro se pasea por su casa.
De hecho la mujer, que se echó varios
viajes a Estados Unidos y Argentina en los últimos meses, ha sido considerada
cómplice y se le ha ordenado prisión domiciliaria.
En puchos de 20.000 y hasta 150.000
bolivianos, este Pari Mamani, que entregó una fuerte suma de dinero para que su
amigo prestidigitador y conductor de un programa de televisión montara un canal
con la misma simpleza con que se monta una panadería de barrio, que apuntaba a
importar una discoteca de China y hasta establecer una fábrica de paredes de
yeso, viene de hacer volar los seguros propios de la banca local.
Aunque Bolivia es el país de las quiebras
fraudulentas de bancos comerciales, financieras y comerciales, al menos 20 y
decenas de millones de dólares desde finales de los "70 del siglo pasado,
el desfalco de 37,3 millones de bolivianos del Banco Unión, el de mayor
crecimiento en la última década en el país, saltó a la arena de la política
criolla.
Los opositores interpelarán en la Asamblea
Legislativa Plurinacional al ministro de la Economía, Mario Guillén, en un
intento por sumar este caso de hurto a casos focales de corrupción registrados
por la prensa local.
"Siete bancos han sido desfalcados en
este último tiempo, han puesto el foco en el Banco Unión, pero siete bancos han sido desfalcados
por sus propios empleados, entiendo que haya una actitud, una campaña en contra
del Banco Unión, porque es el Banco del Estado, está bien, porque es parte del
tema, pero no hay que perder de vista que este tipo de situación se ve también
en la banca privada", pidió considerar el presidente del Senado boliviano,
Alberto Gonzales.
El ministro de Justicia, Héctor Arce,
intentó poner el desfalco en su justo medio: "Es una actitud aislada, no
es una actitud (propia) una red o una situación mayor, es una situación aislada
de un grupo de personas que ha sido identificada y se está trabajando
intensamente no sólo para la sanción penal que corresponde, sino también para
el resarcimiento de los daños, dada la magnitud y la sinvergüenzura con la que
se ha actuado en este caso".
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