LA HAYA, HOLANDA (ANB / ABI).- Como si se tratara de piezas de relojería, Bolivia escogía el
sábado los argumentos que sus abogados dirán el lunes a los 15 magistrados de
la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que terminará de escuchar los alegatos
orales, suyos y de Chile, el miércoles que viene.
El equipo de abogados nacionales y
extranjeros de Bolivia clavó los codos sobre la mesa para estudiar el remate de
los alegatos de lunes y martes pasados, bajo la intimación, de la Corte, que
las partes no podrán repetir los argumentos ya esgrimidos durante la semana.
Bolivia convirtió su embajada en La Haya y
un hotel en el cuartel general donde alisa los contraargumentos a los
argumentos de Chile.
Durante la semana, Bolivia expuso una
complejo de documentos, notas verbales, memorandos, actas diplomáticas, en que
Chile se comprometió, entre 1920 y 2011, a negociar para ceder una salida
soberana al mar para Bolivia.
A su vez, Chile argumentó que empleó el
lenguaje diplomático de uso extendido y que ninguno de sus actos, menos los
asumidos por el dictador Augusto Pinochet, entre 1973 y 1990, entrañaron una
obligación a negociar la entrega de alguna soberanía marítima a Bolivia.
Bolivia pidió a la Corte que obligue a
Chile a volver a la mesa de negociaciones para saldar el más antiguo pendiente
de la historia sudamericana, la
restauración de la calidad marítima boliviana.
Chile se fue al descanso seguro de haber
destrozado la estrategia jurídica de Bolivia y también hacía lo suyo en un
hotel exclusivo de la ciudad de La Haya.
El interludio del juicio fue cruzado por el
presidente Evo Morales que antes de retornar a La Haya, dijo el sábado en La Paz que Chile abría el paraguas y
desplegaba una estrategia de amedrentamiento en caso de que la CIJ otorgue
derechos a Bolivia.
"Siento que quieren amedrentar al
mundo entero, tratando de tergiversar nuestra demanda, confundir a los pueblos
del mundo y a la Corte Internacional de Justicia, como si la demanda fuera
contra el tratado de 1904" que zanjó un nuevo régimen de fronteras, con
Bolivia encajonada entre Los Andes y el Escudo Brasileño, precisó en alusión a los
alegatos de defensa de Chile de los últimos días de la semana.
Morales salió a contrarrestar las
declaraciones de su par chileno, Sebastián Piñera, que en Santiago predijo poco
menos que un cisma en las relaciones internacionales y en el régimen de fronteras
existente, si la CIJ fallara a favor de la causa boliviana.
Entre medio, el canciller de Bolivia,
Fernando Huanacuni, instó a su colega
chileno, Roberto Ampuero, "a que mantengamos los protocolos de respeto
diplomático" y evitar los exabruptos que caracterizaron la gestión de su
antecesor, Heraldo Muñoz, subido como asesor del equipo de juristas chilenos
que actúa en La Haya.
Huanacuni barajó de esa forma las
declaraciones de Ampuero que declaró que "si no estuviera Evo Morales es
probable que las relaciones entre Chile y Bolivia serían mejores".
Bolivia y Chile carecen de relaciones
diplomáticas desde 1976, cuando Chile volvió a dar un cerrazón a las
aspiraciones marítimas bolivianas tras un diálogo en que Pinochet postuló un
canje territorial que luego dejó que el tiempo lo deshilachara.
"No han guardado el protocolo de
respeto correspondiente. Nosotros siempre mantenemos los protocolos de respeto,
siempre, como han sido testigos ustedes los periodistas, cuando llegamos a la
Corte Internacional de Justicia de La Haya nosotros los saludamos de manera
respetuosa; nuestra prensa es respetuosa, Bolivia es respetuosa, venimos de la
cultura del respeto, de la cultura de la vida, de la cultura de la paz; pero
(Chile) no ha tenido la misma característica, lamentablemente", deploró
Huanacuni.
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