A poco
de reunión con Trump
ESPAÑA (ANB / Fuente: El País).- Corea del Norte ha anunciado la suspensión de sus pruebas
nucleares y de misiles y desmantelar su base de pruebas nucleares que tenía en
Punggye-ri, en el norte del país. La sorprendente notificación, impensable hace
unos pocos meses, sirve para allanar el desarrollo de las próximas cumbres
entre las dos Coreas y de Kim Jong-un con el presidente estadounidense Donald
Trump.
Las
pruebas “ya no son necesarias para la República Democrática Popular de Corea
(el nombre oficial del país)”, al haber completado ya el desarrollo de su
programa de armamento, ha dicho el líder supremo norcoreano, citado por la
agencia KCNA. A partir de ahora, ha dictaminado Kim, los esfuerzos se centrarán
en el desarrollo de la economía.
“Vamos
a abandonar las pruebas nucleares y de cohetes balísticos intercontinentales
desde el 21 de abril de 2018. El campo de pruebas del norte se desmantelará
para garantizar con transparencia que se terminan las pruebas nucleares”,
indica el comunicado. “Concentraremos todos los esfuerzos en crear una potente
economía socialista y mejorar notablemente la calidad de vida del pueblo,
mediante la movilización de todos los recursos humanos y materiales del país”.
Corea
del Norte también facilitará “un estrecho contacto y un diálogo activo con los
países vecinos y la comunidad internacional” y creará “un clima internacional
favorable” que permita ese desarrollo económico.
El fin
de las pruebas de armamento resulta sorprendente por cuanto Corea del Norte lo
ha adoptado de modo voluntario. Un gesto de Kim Jong-un para garantizar el buen
desarrollo de su cumbre del próximo viernes con el presidente surcoreano, Moon
Jae-in, y de finales de mayo o principios de junio con Trump.
Pero,
aunque llamativo, por ahora no es más que un gesto, una concesión inicial y la
más fácil para Corea del Norte, que si lo desea podría dar marcha atrás en
cualquier momento. Como indica el propio comunicado de la KCNA, el régimen ha
completado su programa armamentístico. Y en ningún momento hace ningún tipo de
alusión a que se plantee deshacerse de sus bombas nucleares o los misiles que
ha tardado veinte años en desarrollar, y que considera la garantía de
supervivencia del país y del régimen.
Con
todo, es un primer paso, que todas las partes implicadas en las negociaciones
sobre Corea del Norte se han apresurado a celebrar. Trump, a través de un tuit,
ha festejado que Pyongyang “ha acordado suspender todas sus Pruebas Nucleares y
cerrar un importante campo de pruebas. Son muy buenas noticias para Corea del
Norte y el Mundo - ¡grandes progresos! Muchas ganas de nuestra Cumbre”.
Seúl
también ha celebrado el anuncio, que ha acogido como un primer paso
“significativo” para la desnuclearización que exige a su vecino. Según este
Gobierno, la medida contribuirá a crear condiciones favorables para el
desarrollo con éxito de las próximas cumbres. Japón, el otro país que Corea del
Norte ha tenido tradicionalmente en el punto de mira de sus invectivas y sus
pruebas de armamento, ha expresado su satisfacción, pero también ha insistido
en la necesidad de que Pyongyang acabe comprometiéndose a una desnuclearización
completa y verificable. Por sí solo, ha dicho Itsunori Onodera, el ministro de
Defensa nipón, “los contenidos del anuncio son insuficientes”.
Desde
que a finales del año pasado Kim y Trump intercambiaban insultos y amenazas de
destrucción mutua, la situación ha cambiado radicalmente. Si en agosto el líder
norcoreano amenazaba con atacar la isla estadounidense de Guam, y desde
entonces aún completaba su prueba nuclear más potente de la Historia y otra de
un misil intercontinental, el 1 de enero, en su discurso de Año Nuevo, se
mostraba inesperadamente conciliador.
Los
Juegos Olímpicos de Invierno en Corea del Sur, en los que el norte participó
con un grado de entusiasmo insospechado, sirvieron de catalizador a un proceso
de deshielo que ha ido avanzando desde entonces a pasos agigantados. Hasta el
punto de que comienza a hablarse de la posibilidad de un tratado que ponga fin
formalmente a la guerra de Corea (1950-53), hasta ahora detenida solamente por
un armisticio.
Hace
dos semanas, el director de la CIA y candidato a secretario de Estado de EE.
UU., Mike Pompeo, viajó en secreto a Pyongyang. Hasta ahora no ha trascendido
el contenido de sus reuniones en la capital norcoreana.
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