Foro
Político Multiactor
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- El Foro Político Multiactor sobre Desarrollo, realizado en la
ciudad de La Paz, los días 15 y 16 de noviembre de 2018, emitió un manifiesto
en el cual destaca que se ha evidenciado una evolución prometedora hacia
alianzas más incluyentes en torno a políticas y estrategias de desarrollo, por
la participación de representantes del gobierno nacional, gobiernos
departamentales y municipales en el evento.
El Foro
se realizó con el propósito de fortalecer alianzas incluyentes en torno a la
implementación de la Agenda Patriótica 2025, la Agenda global 2030 y el Plan de
Desarrollo Económico y Social.
En el
manifiesto emanado del evento, las organizaciones de la sociedad que
participaron destacaron que con la participación de los distintos niveles de
Gobierno se “demuestra un interés compartido de cara a fortalecer el diálogo
plural y democrático, donde el análisis de los temas constituyen un punto de
partida para impulsar la coherencia de políticas a fin de aunar esfuerzos en el
combate contra la pobreza y la inequidad social”.
“La
participación de altas autoridades públicas y de la cooperación internacional
en el debate público, abre posibilidades para que la consulta a las
organizaciones de la sociedad civil sobre políticas nacionales de desarrollo,
sea una práctica constante, así como el acceso a información pública”, acota el
documento.
En el
Foro también se observó que existe un enorme potencial para identificar
aciertos y debilidades, compartir lecciones y facilitar el aprendizaje mutuo
para acelerar los esfuerzos por cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible
en 2030.
El
evento consistió en analizar estado de situación de las problemáticas, de la
aplicación de las políticas públicas gubernamentales y el grado de cumplimiento
alcanzado, además de proponer los retos y desafíos a asumir entre todos los
actores.
Se
sistematizó las conclusiones que se presentan a continuación:
I. DERECHOS EN LAS CIUDADES Y CIUDADES CON
DERECHOS
La política urbana en Bolivia y la política
integral de ciudades en particular, deben partir de una clara definición del
tipo de ciudades que queremos y de las dinámicas sociales urbanas que se van a
potenciar. Esto requiere marcar ciertas definiciones de carácter fundamental y
estratégico:
1. Es necesario dejar de confundir nuestra
visión de ciudad con nuestro objetivo de ciudad. Es decir, se requiere
establecer objetivos, resultados e indicadores claros, concretos, medibles y
basados en información confiable que nos ayuden a establecer el tipo de ciudad
que vamos constituir y que la política nacional urbana va a promover.
2. Es necesario establecer si se tratará de
una política que se concentre sólo en las ciudades y las áreas metropolitanas o
si se inicia en una definición amplia de lo urbano que tome en cuenta la
superación de la dicotomía urbano-rural y vea el vínculo entre la crisis
campesina y los procesos de migración, la destrucción del medio ambiente en el
ámbito rural y su relación con el crecimiento y el consumo poco sostene de las
ciudades. En relación con esto, la situación del medio ambiente en las ciudades
y el cambio climático es un aspecto que debe recibir suficiente atención del
Estado.
3. La Multilocalidad debería verse en su
relación con el éxito o fracaso de las políticas dirigidas al campo. Esto
obliga a los trabajadores campesinos y población indígena a dedicarse a
múltiples actividades y a realizar múltiples desplazamientos estacionales tanto
de ida y vuelta, inclusive desplazamientos de carácter transfronterizo, y, por
tanto, debería ser tomada en cuenta en el marco de una política urbana. En este
sentido, más allá de asumirla como el camino a una migración definitiva
campo-ciudad, es necesario apoyarla en sus características concretas en
relación con el sistema de ciudades. Esto amerita partir de una mirada que
articula población, economía y territorio, pero abordando una comprensión
empática de la perspectiva y motivaciones para migrar.
4. En este sentido, es importante que la
política integral de ciudades y la política urbana en Bolivia partan de una
reflexión de la relación entre ordenamiento territorial y vivienda, es decir;
observar si la base de una política urbana debe ser la vivienda o el
ordenamiento territorio. Si bien el ordenamiento territorial da una mirada más
amplia, la cuestión de la vivienda y el hábitat nos remite al sujeto urbano y
sus necesidades en el marco del derecho a la ciudad. En este sentido, resulta
fundamental establecer la complementariedad entre los procesos de ordenamiento
del territorio y la atención a la vivienda y el hábitat.
5. La participación de la sociedad civil
urbana y rural es la herramienta fundamental para construir una política de
ciudades en Bolivia y a la implementación en el marco del PDES, la Agenda
Hábitat III y el ODS 11.
II. SER MUJER SIN MORIR EN EL INTENTO
6. La violencia contra las mujeres diversas y
diferentes en Bolivia, aún no es considerado un asunto político y un problema
estructural, menos es un tema de relevante para diversos actores y autoridades
públicas.
7. La violencia se ha incrementado en los
últimos años, 7 de 10 mujeres en el área urbana y 8 de 10 mujeres en el área
rural, sufren violencia y los tipos de violencia es combinada, pese a existir
marco normativo constitucional que dice “el derecho a una vida libre de
violencia” y las Leyes N° 348 y N° 243 como marco regulatorio para su atención
y sanción, este no cuenta con los mecanismos necesarios, recursos humanos
capacitados, ni presupuesto suficiente.
8. Esperamos que la sociedad en su conjunto
se apropie del contenido normativo y regulatorio aprobado hasta ahora, para
modificar usos y costumbres patriarcales que impiden su aplicación y el cambio
de estructuras patriarcales.
9. Se requiere un amplio trabajo de difusión,
reeducación y desarrollo cultural para que esas normas sean asumidas, esa es
una tarea que debe ser encarada por las entidades públicas, así como por la
sociedad civil en su conjunto.
10. Se deben fortalecer las instancias
gubernamentales para que la coordinación intersectorial e interinstitucional
esté entrelazada entre niveles de gestión, descentralizados y entidades
autónomas, no sujetas o dependientes de afinidades políticas interpuestas por
autoridades de los distintos niveles de gestión.
11. Las organizaciones mixtas de la sociedad
civil deben incorporar es sus agendas la violencia contra las mujeres, como un
tema estructural y problema de la comunidad que afecta a la vida de las
familias y a la sociedad, incidiendo e políticas públicas y asignación de
presupuesto para la lucha contra la violencia contra mujeres y niñas.
12. Las organizaciones de mujeres y
organizaciones mixtas de la sociedad civil debemos ser partícipes del mecanismo
de coordinación interinstitucional, siendo su función de control social.
13. Reconocemos el trabajo sostenido de las
organizaciones de mujeres y colectivos
feministas, han logrado dejar claro que la discriminación y la violencia en
contra de las mujeres ha dejado de ser “un asunto de mujeres” solamente, hoy se
percibe un cierto grado de sensibilidad social en relación con ello,
particularmente entre las nuevas generaciones.
14. El Estado como garante de derechos tiene
la ineludible responsabilidad de intervenir efectivamente para resolver la
situación de violencia contra las mujeres, implementado y asignando recursos
suficientes a los planes gubernamentales, sin interrupción por cambio de
gestión y/o funcionarios del mecanismo institucional nivel nacional y
descentralizado.
15. Se debe cumplir la recomendación del
Comité CEDAW de jeraquizar la instancia gubernamental y tener un Ministerio de
la Mujer, con un andamiaje institucional construido para aplicar esas políticas
públicas de manera intersectorial, con asignación de presupuesto suficiente en
nivel central y en los niveles descentralizados, y entidades autónomas.
16. Se considera importante y reconoce el
aporte de la cooperación internacional, las ONGs en la lucha contra la
violencia contra las mujeres, pero no se puede seguir dependiendo, el Estado
tiene que asignar recursos públicos suficientes.
17. Las mujeres diferentes y diversas en
Bolivia debemos ser sujetos de derecho activas y reconocidas por las instancias
estatales al ser más del 50% de la población, no podemos permitir que los
feminicidios cada vez sean más violentos y se incrementen como en los últimos
años (89 por año- promedio) y sigan violentando los cuerpos de las mujeres y de
las niñas.
18. Las organizaciones debemos promover mayor
diálogo político multiactor para
resolver contradicciones conceptuales tan evidentes como las que tiene la
Agenda 2025 y el PDES en relación a la violencia contra las mujeres,
siendo estos los instrumentos rectores de las políticas públicas.
19. Debemos seguir vigilantes y hacer
seguimiento al cumplimiento de las metas previstas en el PDES, en el “Pilar 1.
Erradicar la pobreza” las mismas que se adecuan al cumplimiento del Objetivo de
Desarrollo Sostenible Nº 5 “lograr la igualdad de género y empoderar a todas
las mujeres y las niñas”.
20. Llamamos a diversos actores estatales,
privados y de la sociedad civil a promover un nivel de tolerancia “cero” no
porque la dictó una Ley, sino porque como sociedad debemos eliminar la
violencia de nuestros constructos mentales, no debemos tolerar ningún tipo de
violencia contra las mujeres.
III. ENCRUCIJADAS: NIÑOS, NIÑAS, ADOLESCENTES
Y JOVENES EN BOLIVIA
Las reflexiones sobre la temática se resaltan
las siguientes:
1. La temática de los niños, niñas y
adolescentes en Bolivia, a pesar de la promulgación de leyes y creación de
instituciones de protección a niñas y niños, sigue siendo uno de los problemas
sociales más complejos que evidencia el estado crítico de esta población.
2. Las cifras identificadas indican el
incremento de las condiciones de violencia y discriminación que sufren los
NNAS. Y, desde el Estado no se promueven políticas y acciones concretas y
sostenibles para intervenir esta situación. La serie de normativas, programas y
planes no garantizan el cumplimiento o ejercicio pleno de los derechos de
niñas, niños y adolescentes en Bolivia. Aunque las normas pueden ser
consideradas como una oportunidad para avanzar en la solución sobre la
problemática de la niñez y la adolescencia.
3. Bolivia, al igual que muchos países de
América Latina a pesar de los discursos por parte del Gobierno de haber bajado
los niveles de pobreza y de tener una bonanza económica; la pobreza aún está
latente y esto se expresa mucho más en sectores migrantes del área rural
llegando a ser los más vulnerables. Esta condición económica y material e
incluso espiritual no les permite a los NNA ejercer plenamente sus derechos.
4. Un fenómeno de mayor preocupación es la
explotación sexual, la trata y tráfico de niñas y niños, los niños de la calle
a los que se los considera como antisociales, el alto índice de empleo ocupado
por niñas y niños, problemas sociales que emergen de la pobreza como uno de las
causas más directas de afectación de los derechos de esta población. Los
indicadores muestran que la vulneración de los derechos de la niñez y
adolescencia no solamente es masiva sino también recurrente.
5. En nuestra sociedad aún no se ha superado
la visión adultocéntrica y patriarcal; a partir de ésta situación es que se
propicia la violencia doméstica, donde no se valora la participación de niñas,
niños y adolescentes. Muchas veces, los adultos en distintos espacios como la
familia y la escuela ejercen el poder sobre los menores.
6. Las Defensorías Municipales de la Niñez y
Adolescencia en municipios rurales presentan escasos recursos económicos y
técnicos, los cual demuestra el desconocimiento sobre las normas, la falta de
conciencia y voluntad política de tomar como prioridad el cumplimiento de los
derechos de NNA. Además, a pesar de existir normas, planes y programas para la
NNA, éstos no cuentan con los recursos suficientes desde el Estado por lo que
como en otros sectores como el de la mujer, no se garantizan su cumplimiento o
su implementación total.
7. Si bien, se cree que la familia siempre
cumple un rol protector, que brinda seguridad y afecto para el desarrollo de
los NNA; los estudios muestran que la familia, la escuela y los centros
laborales, llegan a ser los espacios de alto riesgo, donde se vulneran los
derechos de los niños, niñas y adolescentes con facilidad e impunidad. Esta
situación nos demuestra que la sociedad ha llegado a naturalizar el uso de la
violencia sobre los NNA.
8. Como conclusiones y propuestas, tomando la
situación de NNA en nuestro país, es un imperativo generar mayores procesos de
reflexión y debate que propugnen la recuperación y transmisión de valores, y,
que los ámbitos de la familia, la escuela, se transformen en verdaderos
espacios de protección y promoción de los derechos de las niñas y niños. Como
personas con dignidad y libertad, debemos tener cero tolerancia frente a
cualquier forma de violencia. Además de analizar la situación de las políticas
públicas. Esto supone concientizarnos que la defensa y protección de niñas,
niños, adolescentes y jóvenes es una responsabilidad tanto del Estado como de
la sociedad.
IV. SOBERANIA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA
En esta temática lo abordado en políticas
agrarias, campesinos y obreros agrícolas se hace un balance y se plantean perspectivas
como sigue:
1. La identificación de los actores y
procesos: Una nueva realidad social caracteriza a actores y procesos en la
problemática agraria, la conversión de aquellos campesinos cuya producción
agrícola y artesanal (estrechamente interrelacionada) era destinada
fundamentalmente al autoconsumo, en otro tipo de productores que ya son simples
agricultores y que destinan una parte importante de su producción al mercado
dependiendo cada vez más de éste, tanto para su consumo productivo como personal.
La expansión de los pequeños productores agrícolas capitalistas o de los
campesinos ricos en toda la geografía nacional que trabajan la tierra
personalmente, pero con el concurso de peones y jornaleros asalariados. Y como
parte del proceso de diferenciación campesina, se debe remarcar la cada vez
mayor relevancia cuantitativa de una gran masa de campesinos pobres asalariados
generando acelerados procesos de su descampesinización.
La relevancia económica de las tres clases
sociales fundamentales que corresponden al predominio de la agropecuaria
capitalista en el agro; es decir, la presencia de la burguesía agraria y de la
clase de los obreros agrícolas, así como la de los terratenientes que obtienen
renta capitalista de la tierra y que no tienen ninguna semejanza con los
terratenientes que obtenían renta en trabajo antes de 1953.
2. Los planes de desarrollo: Se ha debatido
sobre la compleja propuesta del Estado desde sus diferentes niveles por lograr
potenciar la producción agropecuaria, concentrando sus esfuerzos en el
incremento (ampliación) de la frontera agrícola y de la productividad, a objeto
de mejorar la oferta interna de alimentos y la exportación de los mismos con
valor agregado, así como incrementar el aporte de los pequeños productores de agricultura
familiar y comunitaria a la producción total agropecuaria. Sin embargo, en la
realidad se observa que las políticas públicas han apuntado a beneficiar más
los intereses de los sectores articulados a los agronegocios que fomenten la
exportación de productos agropecuarios en contra del bajo incentivo de
políticas y programas para la producción de alimentos internos.
3. Del discurso inicial del Vivir Bien y de
la soberanía alimentaria: Se ha pasado rápidamente a plantear la necesidad de
producir lo que el mercado nacional y mundial requieren, lo que implica el
desarrollo de programas y proyectos estatales claramente orientados a cumplir
con estos objetivos. El uso indiscriminado de agroquímicos, los requerimientos
del mercado que intensifican el uso de la tierra a extremos, la producción
agropecuaria basada en la ampliación de la frontera agrícola y no en
incrementos de la productividad que lleva a importantes procesos de desbosques,
la contaminación de ríos y fuentes de agua como consecuencia de la expansión de
la minería que afecta a los productores agropecuarios, están terminando de constituir un escenario
contrario a lo que señala esta meta de
la agenda 2030.
4. Participación del Estado: Se ha visto la
necesidad de demandar a los actores del Estado mayor participación en el diseño
de las políticas públicas, mayor seguimiento y monitoreo además de acceso real
a los programas y proyectos para el pequeño productor, con mejores incentivos
para el desarrollo productivo de alimentos sanos para todos los bolivianos y
bolivianas.
5. Cumplimiento de las ODS: El planteamiento
de los ODS en sentido de “duplicar la productividad agrícola y los ingresos de
los productores de alimentos en pequeña escala” debe ser una meta exigible a
nivel nacional, debiéndose para ello iniciar un debate sustantivo acerca de las
limitaciones de la pequeña parcela para alcanzar la misma. En esta perspectiva
se deben reivindicar nuevas formas colectivas o cooperativas de producción
entre los campesinos minifundistas que permitan eliminarlo como condición
básica para superar la pobreza en el campo.
V. MARCHA POR LA DESCENTRALIZACION Y LAS
AUTONOMIAS
1. Las autonomías son parte esencial de la
nueva estructura del Estado Boliviano, y que por ello demanda el imperativo de
su respaldo y reconocimiento de su institucionalidad.
2. Los procesos de las autonomías para los
Pueblos Indígenas Originarias Campesinas es una herramienta para la
reconstitución de sus territorios y de sus pueblos y hacia su autodeterminación
plenas en el ejercicio de sus derechos.
3. Las instancias estatales reconocen
autocríticamente que el proceso hacia las autonomías indígena originaria
campesinas tiene una serie de exigencias y requisitos que hacen largo, penoso y
duro alcanzar la constitución de esa herramienta, aún así, la acción
gubernamental y no gubernamental debe enfocarse desde y hacia la realidad de
los Pueblos Indígenas
4. Revitalizar el contenido del Vivir Bien
como horizonte de las AIOCs, superando el concepto institucionalizado del Vivir
Bien como un dispositivo de poder y que sea un concepto que verdaderamente
proponga una alternativa al modelo de desarrollo extractivista. El modelo del
Vivir bien debe superar el modelo de desarrollo clásico, hay que trabajar en
eso, por ahora no hay coincidencias.
5. Las NyPIOC han ejercido ancestralmente
procesos de autodeterminación y mecanismos de autonomía por su prexistencia territorial,
por ello, deben fortalecerse en su vínculo con el Estado para su pleno
ejercicio y reconocimiento.
6. Las Políticas públicas deben tener
procesos de participación plural y amplia en su construcción desde la propia
concepción de los Pueblos Indígenas y la sociedad civil organizada vinculada al
ejercicio de sus derechos.
7. Es irrenunciable la conquista de las
autonomías indígenas y a pesar de los obstáculos impuestos por el Estado
boliviano la lucha seguirá de manera inclaudicable por el ejercicio de los
derechos.
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