ORURO, BOLIVIA (ANB / ABI).- El médico Jhiery Fernández visitó el sábado a su familia en
la cuidad de Oruro, luego que ayer un juez, en La Paz, ordenó su libertad
irrestricta, en el marco de la investigación del caso bebé Alexander.
Fernández fue condenado sin pruebas a 20
años de prisión y después de casi cuatro años de detención en el penal de San
Pedro tenía arresto domiciliario, hasta ayer, cuando logró su libertad.
"El sentimiento es muy fuerte desde el
primer momento que estaba entrando a la ciudad, mi corazón palpitaba de
emoción, mis manos temblaban, después de cuatro años Oruro había crecido, y
muchas cosas han cambiado (...) yo siempre decía lo primeo que quiero hacer es
ir a mi Oruro, pasea por sus calles, comer sus delicias", dijo en su
encuentro con los periodistas en la plaza de la Ranchería donde llegó junto a
su familia para servirse los tradicionales chorizos.
El galeno agradeció a su familia y a todas
las personas que lo apoyaron aún sin conocerlo, pero lamentó el tiempo que pasó
en el penal porque no pudo compartir con sus sobrinos y primos que nacieron.
Calificó a la justicia de "indolente e
inhumana", porque le inventaron un delito pues debían encontrar un
culpable, aunque señaló que su caso no es el único en el país.
Fernández afirmó que la fe en Dios y en la
Virgen del Socavón, de la que se declaró devoto, pues incluso bailó varios años
en el Carnaval de Oruro, le dieron fuerzas y esperanzas para seguir y ver cómo
salen a la luz todas las irregularidades de su proceso.
Recordó que en la cárcel ejerció su
profesión y encontró a una nueva familia, ayudó a muchas personas y se
comprometió continuar con esa labor.
El médico que desde el lunes trabajará en
el hospital de Cotahuma de la sede de Gobierno busca ahora su absolución en el
caso.
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