Advierten
daños económicos y sociales
LA
PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Más de un centenar de
representantes de pueblos originarios y nativos, comunidades locales, ribereñas
y campesinas de la cuenca Amazónica analizan desde el viernes la situación de
sus comunidades. Los participantes debaten y realizan intercambio de
experiencias sobre su lucha y resistencia frente a los proyectos
hidroeléctricos en la Amazonía.
El
encuentro, que se desarrolla en el Palacio de la Cultura de Guayaramerín, Beni,
busca estrechar lazos de resistencia para conservar la vida en la Amazonía,
compartir experiencia de organización y resistencia, además de conocer y
difundir estudios técnicos de las diferentes represas en estos países.
Participan también representantes de diferentes Universidades de Brasil, Colombia
y de Bolivia la Universidad Mayor de San Andrés, asimismo de representantes de
la iglesia y otras organizaciones internacionales que trabajan en defensa de la
vida en la Amazonía.
En
su intervención, el monseñor Eugenio Cote del Vicariato Apostólico de Pando,
representante de REPAM Bolivia, advirtió que el problema de fondo es la
generación de pobreza con la presencia de estas obras. "La construcción de
represas en la Amazonía, ha generado desplazamiento forzado de las comunidades
y pueblos ribereños o que habitan esta región", sostuvo.
El
representante de la Iglesia señaló que la deforestación de grandes extensiones
de hectáreas causadas por las represas, centrales eléctricas, líneas de
transmisión y carreteras ha generado migración forzada y conformación de nuevos
cordones de pobreza en las ciudades de estos países.
Por
otro lado, el representante del Foro Social Panamazónico (FOSPA), Germán Niño,
dijo que la “realización de estas obras al no pasar por un proceso de consulta
amplia informada participativa se ven abocados (los pobladores) a asumir
desafíos y destinos que no han sido de su elección”. Manifestó que “si bien las
represas históricamente han sido una forma de proveer energía ya las exigencias
de estos tiempos de cambio climático nos exigen pensar en formas diferentes de
proveer energía”.
Comentó
que en Colombia se tiene el caso de la represa de Hidroituango, ubicada sobre
la cuenca del Rio Cauca, que por ser una decisión determinada por los dueños
del capital, desestimaron todos los estudios ambientales y no tuvieron las
previsiones necesarias de todo tipo ambiental, cultural y el resultado ha sido
una verdadera tragedia ambiental y social.
Se
debe destacar que en la primera jornada los pobladores de las comunidades
ribereñas identificaron como las mayores afectaciones producto de la construcción
de megarepresas: las inundaciones causadas por la deforestación, la
modificación de régimen alimenticio a causa de la pérdida de peces y otros
alimentos que sirven para el sustento de los pueblos y comunidades de la cuenca
amazónica, el cambio forzado del sistema económico tradicional de las
poblaciones que habitan en áreas donde se han construido represas o centrales
hidroeléctricas.
Por
su parte, el representante de la Universidad Federal de Rondonia, Artur de
Souza Moret, afirmó que en Brasil se vio la eliminación de muchas comunidades,
del trabajo de esas comunidades, de su cultura. Dijo que "por ejemplo las
personas que vivían de la pesca ya ahora no es posible, las personas que
trabajaban en los bosques, tampoco ahora es posible”. Señaló que “ahora estas
personas viven en extremas condiciones de pobreza en la Fabelas, en los lugares
vulnerables de Porto Vello. En Brasil tenemos más de un millón de afectados y
afectadas por las hidroeléctricas que hoy viven en malas condiciones, eso
pasará en Bolivia, si se construye megarepresas”, advirtió.
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