CRISIS EN VENEZUELA
VENEZUELA (ANB / BBC Mundo).- Imagina que un futbolista está convencido de que anotó un gol, pero luego le pide a un tribunal que revise el VAR. Algo similar hizo el miércoles el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Luego
de haber buscado la reelección en los comicios presidenciales del 28 de julio y
de que el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso, lo
proclamara como vencedor, el mandatario venezolano acudió al Tribunal Supremo
de Justicia a interponer un recurso ante la Sala Electoral para que realice un
peritaje y establezca “la verdad” sobre los comicios.
Su
solicitud se produjo en el contexto de las denuncias hechas por la oposición
que asegura que el vencedor de la elección fue su candidato, Edmundo González
Urrutia, y que afirma tener las actas para demostrarlo.
Maduro
ha catalogado la acusación de la oposición como un "intento de golpe de
Estado" y solicitó al TSJ que atienda "este ataque contra el proceso
electoral".
En
primer lugar, porque es poco frecuente -por no decir inédito- que quien resulta
declarado como ganador de unas elecciones solicite que estas se revisen.
Y
en segundo lugar, porque esta petición ignora el asunto de fondo que está
reclamando la oposición venezolana y la mayor parte de la comunidad internacional:
el hecho de que el Consejo Nacional Electoral no ha presentado los resultados
detallados de cada mesa de votación que permitirían que los comicios puedan ser
auditados.
El
precedente histórico en las elecciones venezolanas es que el CNE publique todos
los resultados detallados y si hay alguien descontento, usualmente el declarado
perdedor, este impugna las cifras ante la propia autoridad electoral y pide su
revisión.
Por
otra parte, la exigencia de publicación de los resultados detallados cobra especial
relevancia porque, a diferencia del CNE, la oposición creó una página web en la
que compartió copias de todas las actas de votación que ha logrado reunir (más
de 81%). Según su totalización, hasta ahora González Urrutia suma 7.156.462 de
votos, mientras Maduro alcanza 3.241.461.
Si
estas cifras son correctas, la diferencia (de casi cuatro millones de votos) es
matemáticamente irreversible.
Este
viernes, Amoroso ofreció un segundo boletín que -según dijo- incluía el 96,86%
de las actas y que daba ganador a Maduro con 6.408.844 votos, mientras que
González Urrutia obtenía 5.326.104.
El
presidente del CNE atribuyó el retraso en el anuncio de resultados a un
supuesto hackeo al que ya había hecho referencia la noche de las elecciones,
pero no divulgó las actas ni ha explicado por qué no las han publicado.
En
todo caso, ¿qué busca Maduro al acudir al TSJ?
"Nada
que impugnar"
El
abogado José Ignacio Hernández, especialista de Aurora Macro Strategies y
procurador especial del autoproclamado gobierno de Juan Guaidó, señala que no
hay nada que impugnar ante el TSJ.
"El
problema de fondo en Venezuela es que no hay ningún acta electoral. En
Venezuela no ha habido una divulgación transparente, pública, verificable de
los resultados electorales que han sido anunciados", dice Hernández, quien
es experto en derecho constitucional y administrativo.
"Precisamente
lo que el CNE tiene que hacer es permitir un acceso abierto, apartidista y
técnico de todas las actas electorales. Así que este no es un tema de un
recurso que se va a presentar ante la Sala Electoral [del TSJ]".
El
experto explica que, de acuerdo con la información disponible, Maduro habría
presentado lo que en derecho se conoce como un recurso contencioso electoral
con una medida cautelar de amparo.
"Preocupa
mucho el abuso de la figura de amparo, porque esta es una técnica ya empleada
antes por el gobierno”, dice.
Hernández
recuerda que en 2015, después de que en las elecciones parlamentarias la
oposición se hiciera con una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, el
chavismo introdujo un recurso también con solicitud de amparo para impedir que
cuatro diputados electos por el estado Amazonas tomaran posesión de su cargo.
Tres
de estos diputados eran opositores y hacían la diferencia numérica entre que la
oposición tuviera una mayoría simple o una mayoría calificada de dos tercios
que le permitiera aprobar reformas importantes.
En
aquel momento, la oposición rechazó la medida del TSJ, lo que derivó en una
declaración de desacato, gracias a la cual el máximo tribunal anuló todas las
decisiones del Parlamento controlado por la oposición.
"El
recurso como tal no importa. En diciembre de 2015, la demanda principal era
cualquier cosa. De hecho, el TSJ nunca lo resolvió. Lo que en realidad importa
es la medida cautelar que puede ordenar a la oposición que entregue las
actas", señala Hernández.
El
abogado considera que si la oposición acatara una orden semejante del TSJ, esto
le supondría despojarse de las pruebas que permiten comprobar los resultados de
las elecciones.
"Si
entregan las actas, pierden las pruebas. Y si no las entregan, los van a
declarar en desacato y los van a meter presos", advierte.
El
experto indica que lo que realmente procede en esta circunstancia es lo que han
solicitado distintos actores internacionales en el sentido de que las
autoridades electorales hagan públicos los datos desglosados de las mesas de
votación.
"El
Consejo Nacional Electoral es quien tiene la información, tiene las actas
originales y las actas de totalización, tiene que divulgar esas actas. Maduro
dice que finalmente el [oficialista] Partido Socialista Unidos de Venezuela
(PSUV) tiene las actas. Eso no importa. No son el PSUV ni la oposición los que
tienen que mostrar las actas. Es el CNE", apunta Hernández.
"Cortina
de humo"
Pero
si desde el punto de vista jurídico puede haber dudas sobre el recurso
presentado por Maduro ante el TSJ, desde el punto de vista político puede
resultarle una jugada útil.
"Yo
creo que, simplemente, el gobierno lo que busca es distraer. Con esta jugada
del TSJ Maduro está intentando ganar tiempo, porque tiene el agua al cuello
debido a que está bajo una presión interna y una presión externa bastante
importante en estos momentos", señala Carmen Beatriz Fernández, consultora
política de Datastrategia y doctora en comunicación pública.
La
analista considera que esa solicitud también permite poner al TSJ, considerado
por muchos afín al chavismo, como un mediador que revise la elección y,
eventualmente, valide el supuesto fraude.
"El
TSJ va a pedir una pausa para evaluar el caso. Esa pausa puede durar un tiempo,
durante el cual ellos esperan que baje un poco la presión. Dirán: se lo estoy
dando al TSJ y vamos a esperar a ver qué dicen. ¿Y qué dirá el TSJ? Pues lo que
Maduro quiere que digan", apunta.
La
Sala Electoral del TSJ anunció el jueves que admitía el recurso interpuesto por
Maduro y convocó a los 10 candidatos presidenciales para que asistieran a su
sede este viernes, dónde se les notificó del procedimiento en marcha.
González
Urrutia no asistió, pero sí lo hizo Enrique Márquez, candidato del partido
opositor minoritario Centrados, quien se negó a firmar la notificación.
"Vine
a ver de qué se trataba y me voy igual. No sé de qué se trata esto. La Sala
Electoral admite un recurso del presidente de la República, que fue declarado
ganador por el Consejo Nacional Electoral. ¿Contra qué concurre el presidente
de la República?, ¿contra su propia proclamación?", se preguntó Márquez al
abandonar el acto.
Márquez
dijo que el TSJ les pidió firmar una notificación sobre el recurso interpuesto
por Maduro, pero que él se negó a firmarla porque no se les dio a conocer el
texto de esa demanda.
"No
me siento notificado de nada. La notificación tiene que venir acompañada del
recurso", señaló.
"Ratifico
mi compromiso con la voluntad popular expresada el 28 de julio y aprovecho la
majestad del TSJ para desde acá exigirle al CNE que se ponga a derecho y
publique los resultados electorales que soportan el boletín #1 y #2, producido
el día de hoy, mediante el cual ofrece los resultados. No hay otra forma",
sostuvo.
La
imparcialidad del TSJ
Los
reparos del abogado Hernández van más allá de las cuestiones jurídicas
mencionadas y se relacionan con la desconfianza existente sobre la
imparcialidad del CNE y del TSJ.
Tres
de los cinco directivos del CNE son considerados representantes del
oficialismo. Su presidente, Elvis Amoroso, fue diputado por el PSUV y, luego,
siendo contralor general de la República fue el responsable de la
inhabilitación administrativa que impidió a la líder de la oposición, María
Corina Machado, postularse a la presidencia.
Esta
medida -avalada luego por el TSJ- no solamente fue cuestionada por la
oposición, sino también por instituciones como la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH).
"Al
apartar de la contienda electoral a reconocidos dirigentes de la oposición se
corrobora que el sistema de justicia venezolano no ofrece garantías de
independencia e imparcialidad y que éste ha jugado un rol significativo en la
represión de opositores al gobierno", señaló la CIDH en enero de este año.
En
cuanto al TSJ, todos sus integrantes han sido nombrados por parlamentos
dominados por el chavismo y entre estos hay algunos que han formado parte del
PSUV como Calixto Ortega, quien fue diputado de la Asamblea Nacional por ese
partido, fue vicecanciller durante el gobierno de Hugo Chávez y, luego, fue
nombrado magistrado de la sala constitucional del TSJ.
Caryslia
Rodríguez, actual presidenta del TSJ y quien dirige la Sala Electoral donde se
dirimirá el recurso de Maduro, fue electa concejal en 2018 por el PSUV y, posteriormente,
fue alcaldesa encargada del Distrito Capital.
Numerosos
juristas y expertos que han analizado las decisiones del TSJ a lo largo de los
últimos años señalan que hay un patrón en sus sentencias que, invariablemente,
una y otra vez, favorecen al oficialismo.
La
jefa de la misión de observación electoral que el Centro Carter envió a
Venezuela, Jennie K. Lincoln, cuestionó que el TSJ vaya a inmiscuirse en el
proceso electoral.
"No
es una evaluación independiente", dijo la experta en una entrevista con la
agencia AP en la que señaló que, en lugar de ir al TSJ, Maduro debería exigir
al CNE que publique los datos de la elección mesa por mesa.
El
informe final divulgado el martes por el Centro Carter es muy crítico con las
elección del 28 de julio y concluye que no alcanzó los "estándares
internacionales de integridad electoral" y que "no puede ser
considerada democrática".
En
cuanto al CNE, indicaron que "a lo largo del proceso electoral, las
autoridades del CNE mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra
de las candidaturas de la oposición".
La
analista Fernández le dijo a BBC Mundo que la decisión del gobierno de acudir
al TSJ se contradice con el discurso del chavismo que durante décadas
"alardeaba de que el Poder Electoral era el quinto poder del Estado".
"No
creo que nadie va a comprar lo del TSJ porque al final lo que está en juego es
lo que tú has demostrado, no solo el domingo, sino a lo largo de los años: que
no tienes autonomía de poderes. Entonces, así como el Poder Electoral no es
independiente, tampoco lo es el TSJ. De manera que no es necesario que pongas
en manos del TSJ una decisión simplemente derivada de un crimen electoral que
cometió el árbitro", dice la experta.
El
oficialismo venezolano siempre ha negado el señalamiento de que en ese país no
hay independencia de poderes y ha rechazado las acusaciones de que todos los
poderes del Estado son apéndices del Ejecutivo.
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