SUCRE
CHUQUISACA, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Un megaquirquincho que vivió en Bolivia. Se trata de un antepasado, un ancestro lejano del actual quirquincho: el gliptodonte ‘jatunkhirkhi’ de Yamparáez, que en mayo de este año fue encontrado en el municipio del mismo nombre ubicado en el departamento de Chuquisaca, cerca de la capital de Bolivia.
Jatunkhirkhi
es la denominación dada a esta nueva especie por la paleontología boliviana,
que deriva de la expresión en lengua originaria quechua “jatun-quirquincho” y
quiere decir gran quirquicho, de acuerdo al especialista chuquisaqueño Omar
Medina.
“Cuando
estuvimos en la zona habíamos escuchado a las personas de Yamparáez decir
‘jatun-quirquicho’, entonces es de ahí de donde viene la combinación”, relató
el paleontólogo Medina.
¿Qué
hace diferente a este megaquirquincho boliviano?
Medina
explica que es muy diferente a todos los gliptodontes que se han encontrado
antes. Algo que lo diferencia de otros gliptodontes hallados en países vecinos
es su caparazón.
El
científico boliviano detalla que la coraza de este animal, cuyos restos fósiles
están en nuestro país, tienen una estructura en sus rosetas “matemáticamente
bien distribuidas, de manera uniforme”.
Por
ello, en base a aquellas constataciones, el corresponsal de la red nacional
ERBOL en Sucre, el periodista Iván Ramos, señala en su reporte que Bolivia le
regala al mundo una nueva especie de un megamamífero.
“Es un
material extraño para la ciencia paleontológica”, añade el estudioso Medina.
Este
megaquirquicho fue encontrado por casualidad, en plena cuarentena por la
emergencia sanitaria nacional, mientras productores campesinos del área
rural realizaban una excavación en su
terreno en una comunidad de Potolo.
Este
gliptodonte o gliptodón, un animal ya extinto, viene a ser un tatarabuelo
remoto del actual quirquincho y del tatú, como se conoce a la variante de
tierras bajas, ambos perteneciente a la familia de los armadillos y que reciben
distintos nombres a lo largo de los lugares que habita sobre todo en el
continente americano.
Se
estima que esta especie de gliptodonte vivió en la zona que hoy es Chuquisaca
hace aproximadamente 20.000 años, durante el Pleistoceno, pero de manera
posterior a los dinosaurios del yacimiento de Cal Orcko donde también se han
encontrado huellas y fósiles en el departamento chuquisaqueño.
Tras el
descubrimiento en mayo, Medina especificó que el tamaño del gliptodonte podía
oscilar entre los 2 metros de longitud, aunque es probable que el espécimen
hallado en Chuquisaca sea de un tamaño algo menor.
En su
momento especialistas argentinos manifestaron su interés por los hallazgos ya
que en el vecino país del sur se encontraron restos de otro tipo de
gliptodontes. Por ello, el paleontólogo espera que este hallazgo y constatación
junto a las huellas y fósiles de dinosaurios puedan reactivar el turismo en la
región.
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