SANTA CRUZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- La familia de una menor de 11 años que quedó embarazada
producto de una violación, hace dos meses aproximadamente, informó el miércoles
que decidió interrumpir la gestación y, para ello, espera la orden del
Ministerio Público.
"Ella nos dijo que no quiere ser mamá,
le vamos a llevar al hospital para que los médicos le hagan una evaluación y
ver si se puede abortar", dijo un familiar de la víctima que pidió el
anonimato.
La fiscal asignada a la Fuerza Especial de
Lucha Contra la Violencia, Giovanna Rivas, dijo que el autor del hecho, un
mototaxista del Plan Tres Mil, fue aprehendido y tras confesar su delito fue
imputado por el delito de violación agravada que establece 20 años de presidio.
"La menor no contó el detalle del
hecho, porque fue amenazada por el agresor y tenía miedo a la reacción de sus
padres", explicó.
La decisión del aborto ha generado polémica
en varias entidades de Santa Cruz.
El presidente del Colegio Médico, Erwin
Viruez, dijo que el cuerpo de la niña no está en condiciones de tolerar el
embarazo y que la ley faculta al a fiscal a ordenar la interrupción asistida
del mismo "a través de una orden legal" que servirá como respaldo a
los médicos encargados de llevar adelante el legrado.
En la misma línea, el psicólogo, Miguel
Sossa, afirmó que el trauma que tiene la menor puede afectar incluso con su
vida misma y que no está capacitada para ser madre.
"En estos casos las víctimas pasan por
un profunda depresión y hasta pueden atentar contra su vida misma", dijo.
Por otro lado, el vocero de la
Arquidiócesis de Santa Cruz, Erwin Bazán, dijo que "no se puede remediar
un mal con otro mal" y que en este caso los médicos tienen aplicar
"la objeción de conciencia" que es la de resguardar la vida, sobre
todas las cosas.
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