GOBIERNO NO DEFINE SUBVENCIÓN
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Las ciudades de La Paz y El Alto cumplen ya tres semanas sin la tradicional marraqueta, el pan de batalla que forma parte de la dieta cotidiana de miles de familias. La escasez mantiene en alerta a los consumidores y ha obligado a los panificadores artesanos a plantear un incremento del precio si el gobierno decide retirar la subvención a la harina.
Rubén Ríos, ejecutivo de la Confederación Nacional de Panificadores y Artesanos de Bolivia (Conapabol), señaló que cerca de 1.000 panificadores se reunieron en un ampliado para definir su estrategia. El sector dio un ultimátum al gobierno: si no hay pronunciamiento sobre la continuidad de la subvención, el precio de la marraqueta a partir del jueves subirá de 0,50 a 1 boliviano por unidad, lo que representa un incremento del 100%.
Mientras
tanto, La Paz y El Alto solo cuentan con pan surtido, muchas veces de calidad
inferior, ante la inacción de las alcaldías y del Viceministerio de Defensa del
Consumidor, que no han retomado los controles sobre el peso y la calidad del
pan.
Desde
la instalación del nuevo gobierno, no se ha emitido una política clara sobre la
subvención de la harina y otros insumos que durante la gestión del MAS
beneficiaban a los panificadores. El viceministro de Comercio y Logística,
Gustavo Serrano, estimó que una respuesta oficial se conocería hasta este
miércoles.
En
el gobierno de Luis Arce, la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos
(Emapa) tenía previsto garantizar este año 2.495.392 bolsas de harina de 50
kilos, superando las 2.305.205 bolsas del año pasado.
De
esa cantidad, 825.713 bolsas era para La Paz, 999.205 El Alto, 320.458
Cochabamba, 171.129 Oruro, 85.043 Potosí, 60.018 Chuquisaca y 33.825 Beni.
Hasta el 30 de marzo de este año solo se habían entregado 348.283 bolsas,
siendo La Paz y El Alto las ciudades más afectadas con 14.644 y 133.370 bolsas,
respectivamente.
El
Presupuesto General del Estado (PGE) 2025 prevé un acopio de 150.000 toneladas
de trigo, además de la compra de 126.000 quintales de azúcar, 144.000 cajas de
manteca y 48.000 cajas de levadura para garantizar la elaboración de pan de
batalla a precio justo.
Para
la subvención de alimentos, el PGE destina 750 millones de bolivianos: 383
millones para trigo, 268 millones para maíz y 99 millones para arroz.
La
situación mantiene en tensión a los consumidores y panificadores, mientras se
espera la definición del gobierno sobre la continuidad de la subvención y el
eventual regreso de la marraqueta a precios accesibles.

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