BOLIVIA-JUSTICIA
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- Alfonso M. Dorado, el abogado habilitado ante la Corte Penal Internacional (CPI) para representar a un grupo de 10 ciudadanos bolivianos que presentaron una denuncia por crímenes de lesa humanidad contra el expresidente Evo Morales, prevé que "ambigüedades y falta de garantías" en la justicia del país pueden respaldar un eventual juicio.
Estas debilidades, incluso
señales de "clientelismo político" por los vínculos de los operadores
de justicia con el gobierno de Morales pueden constituirse, incluso, en una
base probatoria para que la entidad internacional tome el caso por crímenes de
lesa humanidad, señaló el jurista durante una entrevista que sostuvo desde
París con el periódico Bolivia.
Dorado explicó el procedimiento y
los requisitos para que la Fiscalía Internacional prosiga con el examen
preliminar y la investigación de los hechos denunciados y aclaró que el Estado
boliviano aún no ha tomado parte activas en estos procedimientos preliminares.
La denuncia contra Morales y
exministros -presentada el 30 de noviembre de 2019 ante la CPI- detalla hechos
cometidos entre el 27 de octubre y el 20 de noviembre del 2019, tras el
presunto fraude electoral del 20 de octubre de ese año.
Una ampliación de esa denuncia
considera otros sucesos discontinuos y de carácter político-ideológico
ocurridos entre el 09 de junio del 2006 y el 20 de noviembre de 2019. El 25 de
febrero de 2020, la Fiscalía de la CPI instruyó un análisis jurídico de los
acontecimientos.
P- ¿Qué se requiere para pasar
del análisis jurídico al examen preliminar y luego a la investigación?
R- La Fiscalía tiene que
averiguar primero si Bolivia ratifica o no el Estatuto de Roma y la respuesta
es sí, obviamente. La segunda pregunta de un análisis jurídico básico es
preguntar dónde han sucedido estos hechos, si han sucedido en Bolivia o si
estos hechos aún suceden en el Estado que ha ratificado el Estatuto, es otra
condición indispensable.
Una tercera pregunta importante
que se hace al final del análisis, es: ¿qué ha hecho Bolivia para poder juzgar
estos crímenes de lesa humanidad?
Hay dos condiciones que explica
el Estatuto de Roma en el que la CPI, en este caso la Fiscalía, puede decidir
si toma este caso porque se están cumpliendo las otras dos condiciones.
Entonces si el Estado boliviano no puede juzgar estos crímenes de lesa
humanidad, significa que no tiene un sistema judicial con instituciones
judiciales adecuadas para iniciar la investigación.
Entonces la CPI dice "no
tiene un poder judicial para poder juzgar", pero puede ser que se
considere que el país no puede porque -aunque tenga un sistema judicial y no
esté en guerra civil o esté relativamente pacífico- no tiene un sistema
judicial imparcial.
Eso es lo que estamos intentando demostrar
y hemos presentado elementos que demostraban un carácter muy ambiguo y
ambivalente de las posiciones, en particular del Ministerio Público que hace
parte del sistema judicial boliviano.
Nos demostró que había mucha
ambigüedad y que no existía la objetividad suficiente y garantía del Estado
boliviano y de la Fiscalía General para realmente llevar a cabo una
investigación objetiva en contra de los acusados.
Los han acusado de terrorismo, de
financiamiento al terrorismo y en realidad tenía que ser recalificado en
crímenes de lesa humanidad y no lo han hecho, eso es una manera de aminorar la
responsabilidad de los autores y si revisamos el Código Penal, podrían
fácilmente eludir sus responsabilidades por estos hechos que son gravísimos.
La segunda posibilidad es que la
Fiscalía puede considerar el principio de subsidiariedad, es decir, que el
estado boliviano no quiere y si demuestra que no existe voluntad. Eso también
dentro de la competencia de la Fiscalía dirá: "Yo considero por la información
que tengo que el Estado boliviano no puede porque no existe imparcialidad o que
además no existe voluntad real de perseguir", no significa condenar, pero
significa por lo menos mínimamente investigar.
Se activa este principio y la
Fiscalía en el análisis jurídico intentará informarse de manera reservada con
las autoridades bolivianas para ver qué es lo que han hecho, qué está
sucediendo con estos hechos que han sido denunciados y para ver hasta dónde va,
qué sucede y si realmente ver si existen garantías o no para llevar a cabo la
investigación de estos crímenes de lesa humanidad.
P- ¿Cuáles son los elementos que
demostraron?
R- Los elementos que hemos podido
demostrar y que se denunciaron incluso antes o al momento del primer cerco a
las ciudades que fue instruido por Evo Morales en octubre y otros casos, donde
la fiscalía del Estado boliviano no reaccionó, incluso rechazó.
Hay muchos elementos que vienen a
demostrar que el Ministerio Público no podía posiblemente por presiones
políticas muy fuertes y no tenía la voluntad real. Esa situación continuó en
evolución, no ha cambiado mucho en este tiempo. Tampoco hubo recalificación
como crímenes de lesa humanidad.
Eso es parte del análisis
jurídico que tendrá que hacer la Fiscalía de la CPI en función a la información
complementaria que va a recabar para poder tomar después su decisión.
P- Entonces esta ambigüedad y
falta de garantías dentro del sistema judicial boliviano, ¿podría ayudar a que
la Fiscalía de la CPI tome en cuenta la denuncia por lesa humanidad?
R- Sí, así es. Yo tendría muchas
dudas con respecto a la parte jurisdiccional, es decir de juzgamiento en
Bolivia. No es, estoy seguro que tengamos realmente garantías de un proceso
imparcial tanto para las víctimas como incluso para los autores en Bolivia para
este tipo de hechos. Tengo serias dudas.
Ese tipo de análisis lo hace la
Fiscalía de la CPI -que es prácticamente al final de sus análisis jurídico -de
saber que existe voluntad o no del Estado en cuestión para perseguir o si puede
o no.
El si puede o no y la voluntad
están estrechamente relacionados en el tema de la imparcialidad para juzgar de
la objetividad y la persecución realmente demostrada de este tipo de hechos,
sobre todo de la recalificación que debería hacerlo por crímenes de lesa
humanidad.
P- Nos dijo que la Fiscalía
boliviana no activó una denuncia por lesa humanidad, ¿Cómo afecta esto al
proceso de investigación en la Fiscalía Internacional?
R- Es más un tema de tiempo y de
peso, sobre los hechos en sí mismos que se han denunciado no tienen un gran
impacto. Sin embargo, obviamente es siempre mejor que un Estado pueda apoyar
los hechos denunciados y eso permite acelerar el procedimiento sobre todo en la
investigación de la Fiscalía. Lamentablemente hay casos que duran años.
El problema es que cuando no
tiene un Estado que respalda, simplemente hay un riesgo de que se pierdan las
pruebas, los testigos desaparezcan o que no se vuelva a contactar a los
testigos claves.
Entonces existe una dispersión de
los elementos de prueba que se diluyen y eso complica el trabajo de la Fiscalía
de la CPI y para el eventual procesamiento.
P- ¿Qué otros elementos comentó
usted a la Fiscalía de la Corte sobre el sistema judicial en Bolivia?
R- Los elementos que han parecido
muy contradictorios de la posición de la Fiscalía General desde el principio
por los hechos.
De manera clara y concisa se
explicó -y no hay ningún secreto en eso- es también la carrera de las personas
que están manejando el Ministerio Público en Bolivia. Cuál ha sido su
trayectoria pero, ligada a los autores.
Los nombramientos y designaciones
que han beneficiado y que demuestran que su objetividad está cuestionada porque
en cierta manera cuando uno ve su trayectoria y que además no es en una sola
institución durante 20 a 30 años sino que son de saltimbancos de altos puestos
que van desde el Tribunal Constitucional, Ministerio de Asuntos Exteriores y
Fiscalía.
No solo hablo en este caso pone
en duda, porque estamos hablando de las mismas personas que lo han nombrado y
que han designado. Un aparato que se ha ido constituyendo muchas veces de
manera no muy positiva de clientelismo político y que al final pone en duda el
trabajo que debería ser súper transparente y objetivo que tenga toda la
legitimidad y la credibilidad tanto de la opinión pública y de organismos
internacionales.
Hay una aparente credibilidad que
se le quiere dar, pero está siempre en función a las presiones políticas. Ese
es un problema endémico en Bolivia. Al darse esos elementos, son de información
pública pero dentro de una perspectiva de un estudio serio ameritará muchas
preguntas porque llama la atención la pasividad.
En Europa, cuando miran quienes
son las autoridades que omitieron de actuar o no actuaron por omisión, llama la
atención y eso es parte del análisis. En este caso, nosotros lo mencionamos.
P- ¿Durante el análisis jurídico,
el Estado a través de sus instituciones puede contribuir con más pruebas?
R- Obviamente, ese es un tema que
justamente dentro de unos días lo voy a abordar. El Estado boliviano puede
acelerar el procedimiento de esta denuncia presentándose, interfiriendo y
someter a investigación. La respuesta es tajante, sí. Pero no se la ha hecho.
Hubo muchas promesas desde noviembre de 2019 y un poco después, pero
formalmente no se lo ha hecho.
Yo personalmente estoy actuando
en ese sentido y en otro momento diré cómo. En efecto, no hay nada, pero podría
acelerarse el procedimiento y darle mayor fuerza.
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