CONFLICTO
EL ALTO, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Tras el cabildo realizado el pasado viernes en la ciudad de El Alto, un grupo de personas violentas en presunto estado de ebriedad y sujeta a drogodependencia agredieron, rodearon, amenazaron e incluso llegaron a intentar apuñalar a un periodista de la Red ERBOL que simplemente cumplía con su trabajo de cobertura profesional.
El periodista Omar Escóbar, en entrevista con la revista informativa La Mañana en Directo relató los detalles y los momentos de zozobra que tuvo que pasar cuando su vida estuvo en riesgo a manos de estas personas que se encontraban ejecutando desmanes y agresiones en inmediaciones de La Ceja, el peaje de la Autopista, el puente y el primer mirador de la zona.
“Por lo menos en dos
oportunidades él intento apuñalarme, agredirme con el arma blanca, pude
esquivar”, testimonió el reportero de ERBOL.
El agredido recordó que “nosotros
como periodistas no nos podemos callar ante estos hechos; no podemos callar
ante los excesos del poder, pero tampoco ante los excesos de estos grupos que
empiezan a agredir”, afirmó.
El periodista asimismo lamentó
que “es muy ingrato hablar de este tipo de cosas que tenemos que atravesar los
periodistas” y detalló las circunstancias en que fue agredido por estas
personas.
“El día viernes yo fui a cubrir
el cabildo de la ciudad de El Alto, llegué cuando ya estaba culminando, ahí
resulta que un grupo de jóvenes empieza o pretende a bajar al centro de la
ciudad de La Paz porque estaba en desacuerdo con lo que habría resuelto el
cabildo”, expuso.
A continuación relató: “Me di la
molestia de sacar algunas imágenes, algunos videos: lo que pude registrar es
que de manera agresiva empezaron a lanzar algunos objetos a los vehículos que
estaban en el peaje trabajando y los que también estaban en el camino viejo”.
“Los hicieron corretear, si vale
el término, a los conductores
lanzándoles piedras y también otros objetos”, contó Escóbar. El joven
comunicador alteño, desde el equilibrio y sensibilidad periodística expresó:
“yo quise registrar porque se trataba de algo indignante porque al final muchas
personas también viven del trabajo diario”.
Escobar prosiguió: “Dejé de
grabar y me asomé un poco más hacia el peaje para ver qué es lo que hacía este
grupo de jóvenes; bajaron hasta el primer mirador, vieron que eran pocos y
regresaron a bloquear el peaje y el camino viejo”.
Y continuó haciendo su trabajo:
“Yo me quedé un momento más a observar qué es lo que pasaba y vi que no iba a
pasar nada más, entonces pretendí volver al cabildo para hablar con algún dirigente
sobre lo que habían resuelto”.
“En ese momento un señor se
acerca a mí, porque yo saco mi celular ya que siempre estamos en contacto con
las redes, lo que pasa, los mensajes, etcétera”, dijo.
Recordó que “una persona se
aproxima muy de cerca; yo me imagino que pretendía quitarme el celular y pude
notar que él se acercó tanto que leyó incluso mis mensajes y todo”.
“Más bien pude reaccionar a
tiempo y guardar mi celular y la persona me dijo que que borre el video que
había grabado”, narró el periodista radiofónico multimedia.
- Borrá el video que has grabado, le insistió
el agresor.
“Yo le dije: por qué -relató
Escobar- le pedí una explicación de por qué tenía que borrar”.
Él individuo sólo le gritó: “No,
no, borrá” y estaba cada vez más alterado.
“Yo le dije que ese era mi
trabajo, que yo era periodista”, argumentó Omar.
El reportero trató de evadir la
confrontación y la agresión: “No le hice caso, seguí caminando y el tipo sacó
de su bolsillo un arma blanca, a lo cual me dijo: ¡Borra ese video!”.
Omar volvió a explicar que no
podía borrar el material audiovisual porque era parte de su trabajo. Fue allí
cuando el agresor intentó herir al joven reportero en dos oportunidades con el
arma punzocortante.
Afortunadamente el periodista
logró esquivar las arremetidas de esta persona violenta gracias a que -según
Escobar- el sujeto “estaba en estado de ebriedad, incluso hasta drogado”.
Pero la agresión no terminó ahí.
Ante las circunstancias el periodista agredido comenzó a caminar más rápido. El
agresor que le había intentado apuñalar, en vista de su estado y al darse
cuenta que no iba a poder alcanzar al reportero, gritó:
- ¡Aquí hay un infiltrado!
“Comenzó a hacer un lío, a tratar
de armar un lío grande y ahí se empezaron a acercar un grupo de personas en
estado de ebriedad”, contó.
Y otra nueva agresión: “Me
empezaron a amedrentar y a decir que yo era un infiltrado”, atestiguó el
periodista, quien detalló que aquello sucedió en presencia de varias personas
cerca del peaje, las que provenían de la desconcentración del cabildo.
“Yo les dije que era un
periodista de ERBOL, les mostré mi credencial y les expliqué que solamente estaba
realizando mi trabajo”, pormenorizó.
A momentos, el vía crucis del
trabajador de la prensa parecía detenerse: “Me querían agredir y uno de los
bloqueadores dijo: “ya, es periodista, déjenlo trabajar” y se dispersaron.
Pero nuevamente alguien se interpuso
en su camino e incitó a la agresión: “Entonces ese grupo de jóvenes me empiezan
a rodear y comienzan a utilizar adjetivos calificativos contra el medio, contra
los periodistas que aquí le dieron mucho al medio y utilizan palabras que no se
pueden reproducir”, manifestó.
Fue entonces cuando después de
varios intentos de evadir la agresión finalmente el periodista se vio
totalmente rodeado, agredido e insultado, casi sin escapatoria de la turba que
comenzó a formarse. Sintió -nuevamente- que su vida corría peligro.
“Lo que intento hacer en ese
momento es salir de ahí porque ya mi vida de alguna forma corría peligro, yo
pretendía salir”, rememora los momentos de angustia.
Pero el calvario no se había
detenido para el comunicador: “Un tipo se para al frente y no me deja avanzar
no y yo tengo que hacerlo a un lado con el brazo y caminar rápido y él tipo se
molesta y otra vez empieza a gritar y a decir: aquí hay un infiltrado”.
El nuevo agresor llamó a las
personas que estaban bloqueando y ellos se acercaron a insultar, a amedrentar.
“Me empiezan a rodear una
cantidad considerable de personas empezar, a agredir con palos y otros con los
tubos de las bandera me golpean, yo le trató de explicar que soy periodista y
que sólo estoy cumpliendo mi trabajo”, rememoró.
Entonces, cuando la agresión
aumentaba y empeoraba, surgió de entre los perpetradores otro periodista de una
radio colega, quien se había mimetizado entre los agresores; Omar declaró: “Ya
no sabía cómo salir de ahí y un compañero colega también periodista me jaló me
sacó de ahí más bien”.
“Lo que realmente me llama la
atención y molesta mucho es que estás personas permiten que haya jóvenes o
personas que están en estado de ebriedad, incluso algunos drogados y que luego
reprochen que nosotros los periodistas les decimos que son unos delincuentes”,
reflexionó indignado tras las múltiples agresiones el periodista alteño.
El Jefe de Prensa de ERBOL, Pedro
Saúl Gemio, a su vez, aclaró durante la entrevista, que en ningún momento se
está involucrando a todos los ciudadanos alteños en estos reprochables hechos y
en línea similar, la Directora Ejecutiva de ERBOL, Inés Gonzales, recordó que
la institución siempre tuvo una lectura crítica del poder y ha trabajado con
organizaciones campesinas y sociales de áreas rurales y urbanas incluso
formando comunicadores populares y lideres que después han participado en la
gestión pública.
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