NATURALEZA Y MEDIO AMBIENTEASIA
ESPAÑA (ANB / Información de DW Noticias).- Las olas de calor son cada vez más extremas. Las altas temperaturas agotan al cuerpo, alteran la vida social y afectan la infraestructura. ¿Podrá el mundo adaptarse?.
Personas
en todo el mundo enfrentan temperaturas sofocantes alimentadas por el cambio
climático. La primera ola de calor del verano afecta con fuerza al sur de
Europa, partes de Estados Unidos y el Reino Unido.
En
el sur de España, las temperaturas alcanzaron los 46 grados el sábado, un nuevo
récord para junio, según informó la agencia meteorológica nacional. Barcelona
también registró el mes de junio más caluroso desde que se tienen registros.
Las
autoridades en toda la región mediterránea han instado a la población a
resguardarse del calor. Francia, Italia y otros países han desplegado
ambulancias cerca de zonas turísticas para atender casos de golpes de calor.
Los
incendios, alimentados por el calor y los fuertes vientos, se desataron el
domingo en Francia y Turquía, mientras que Grecia e Italia también combaten
fuegos vinculados a condiciones inusualmente calurosas y secas.
La
semana pasada, las autoridades chinas emitieron su segunda alerta de calor más
alta para Pekín y otras regiones, en uno de los días más calurosos del año
hasta ahora. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) señala que Asia se
está calentando más del doble de rápido que el resto del mundo debido a su gran
masa terrestre.
¿Qué
impacto tiene el calor en las personas y las sociedades?
Las
olas de calor son el fenómeno meteorológico extremo más letal a nivel mundial,
con cientos de miles de muertes al año relacionadas con el calor. Entre los más
vulnerables están las personas mayores de 65 años, mujeres embarazadas, niños y
personas con enfermedades crónicas.
Las
primeras olas de calor de la temporada suelen ser las más mortales, ya que las
personas no están preparadas y sus cuerpos aún no se han adaptado a las altas
temperaturas.
Existen
tres riesgos físicos principales asociados al calor: deshidratación,
sobrecalentamiento, y agotamiento o golpe de calor.
El
calor extremo no solo afecta al cuerpo humano, sino que también interrumpe la
vida social tal como la conocemos. UNICEF advierte que uno de cada cinco
menores —casi 500 millones de niños— vive en zonas que experimentan al menos el
doble de días extremadamente calurosos al año en comparación con hace 60 años.
Muchos de ellos no cuentan con infraestructura como aire acondicionado para
sobrellevarlo.
¿Cómo
se relaciona el aumento de temperatura con el cambio climático?
En
línea con la tendencia, el año 2024 registró los 12 meses consecutivos más
calurosos desde que existen datos. Según seis bases de datos internacionales,
la OMM informó que cada uno de los últimos diez años se encuentra entre los
diez más calurosos registrados.
"No
hemos tenido solo uno o dos años récord, sino toda una década. Esto ha venido
acompañado de fenómenos climáticos extremos, aumento del nivel del mar y
deshielo, todo impulsado por niveles récord de gases de efecto invernadero provocados
por actividades humanas", dijo la secretaria general de la OMM, Celeste
Saulo.
El
cambio climático causado por el ser humano ha incrementado la frecuencia e
intensidad de las olas de calor desde la década de 1950. Cada fracción de grado
de calentamiento cuenta y puede provocar olas más intensas y frecuentes.
El
carbón, el petróleo y el gas son, con diferencia, los mayores responsables del
cambio climático. Cuando se queman para alimentar motores, generar
electricidad, fabricar plásticos o calentar hogares, liberan gases de efecto
invernadero. Estos actúan como una manta sobre la atmósfera terrestre,
atrapando el calor del sol y contribuyendo al aumento de las olas de calor.
El
calor extremo también eleva el riesgo de otros desastres, como sequías e
incendios forestales.
¿Cómo
podemos vivir con temperaturas cada vez más altas?
Expertos
en salud aconsejan evitar la exposición al sol, reducir la actividad física y
beber abundante agua y no bebidas alcohólicas ni cafeína.
En
los hogares, se recomienda cerrar persianas o cortinas durante el día y abrir
las ventanas por la noche cuando baja la temperatura. Vestir ropa clara que
refleje el calor y usar ventiladores eléctricos —si la temperatura ambiente es
inferior a 35°C— también puede ayudar.
A
largo plazo, las estrategias para hacer el calor más soportable incluyen
adaptar las ciudades al clima mediante la plantación de árboles y la creación
de espacios verdes. Esto no solo proporciona sombra, sino que reduce el calor
atrapado en el concreto.
En
general, los expertos coinciden en que acelerar la transición energética hacia
fuentes renovables —que no emiten gases que atrapen el calor— es clave para
mantener controladas las temperaturas globales.
(gg/rml)

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