CIENCIA GLOBAL
PANDO, BOLIVIA (ANB / Información de DW Noticias).- La ciencia parece haber tomado partido (de momento) en uno de los debates cotidianos más comunes.
Esta
es quizás una discusión que hayas tenido con un amigo, un familiar o tu pareja:
¿qué es mejor, ducharse al empezar el día o al terminarlo? Por un lado, los
defensores de la ducha matutina aseguran que no hay mejor manera de activar el
cuerpo y la mente que con el estimulante contacto del agua fresca.
En
el otro extremo, quienes prefieren ducharse por la noche destacan la
satisfacción incomparable de deslizarse entre sábanas limpias tras eliminar el
rastro del día. Pero más allá de preferencias personales, ¿qué dicen los
expertos que han analizado el asunto desde la microbiología y la dermatología?
Según
la Dra. Primrose Freestone, profesora titular de Microbiología Clínica de la
Universidad de Leicester, la respuesta está clara, y no es una buena noticia
para los amantes de las duchas nocturnas. "Como microbióloga, soy
partidaria de la ducha diurna", afirma categóricamente en un artículo para
The Conversation.
Pero
antes de decidir el mejor momento, es importante entender por qué nos duchamos.
Más allá del simple placer, la ducha cumple una función higiénica fundamental:
elimina la suciedad y la grasa de la piel, previniendo erupciones cutáneas e
infecciones. También elimina el sudor, responsable indirecto del olor corporal.
Como
escribe Freestone, es un malentendido común pensar que el sudor causa mal olor
por sí mismo. En realidad, el sudor fresco es inodoro. Son las bacterias que
viven en nuestra piel, especialmente los estafilococos, las que utilizan el
sudor como fuente de nutrientes. Al descomponerlo, liberan compuestos con
azufre llamados tioalcoholes, responsables de ese característico y poco
agradable olor corporal.
Microbiología
e higiene: por qué la ducha matutina gana terreno
Durante
el día acumulamos contaminantes, alérgenos, sudor y grasa sebácea que, sin una
ducha nocturna, terminan en nuestras sábanas. Por este motivo, la ducha antes
de dormir parece lógica, pues elimina estos elementos acumulados durante la
jornada.
Sin
embargo, la ducha matutina ofrece ventajas significativas. Y es que seguimos
sudando mientras dormimos independientemente de la temperatura, y los microbios
aprovechan estos nutrientes. También desprendemos células muertas que alimentan
ácaros del polvo, cuyos excrementos pueden causar alergias y agravar el asma.
En
ese sentido, la ducha por la mañana elimina células muertas, sudor y bacterias
acumuladas durante la noche. Como explica Freestone, ducharse al despertar
garantiza que nuestro cuerpo esté más limpio de microbios nocturnos al
vestirnos. Además, comenzamos el día con menos sudor disponible para las bacterias,
lo que nos ayuda a mantener un olor más fresco durante más tiempo comparado con
quien se duchó la noche anterior.
Por
su parte, el Dr. Alok Vij, dermatólogo de la Cleveland Clinic, tiene una visión
más flexible: "No hay una respuesta definitiva para toda la población
sobre si ducharse por la noche o por la mañana, pero para cada persona suele
haber una respuesta correcta. Y todo se basa en las preferencias".
Aun
así, su preferencia parece clara: "Me ducho por la mañana para despertarme
de verdad, para sentirme vivo", confiesa el Dr. Vij. "No me siento yo
mismo si empiezo el día sin tener la cara limpia y recién fregada".
Además
de ayudarnos a sentirnos despiertos y más alertas, Vij asegura que la ducha
mañanera también prepara nuestra piel para los productos de cuidado diario y
pueden ayudar a combatir las espinillas, ya que el cuero cabelludo produce
grasa durante la noche que puede apelmazarse con la presión de la almohada.
Por
otro lado, ducharse por la noche facilita el sueño y forma parte de la rutina
nocturna recomendada por la Sociedad de Dermatología Pediátrica y la Academia
Americana de Pediatría para establecer ciclos de sueño normales en los niños.
También elimina cualquier resto de productos para el cuidado de la piel, como el
protector solar, aplicados durante el día.
Consejos
para una ducha ideal
Independientemente
del momento elegido, los expertos coinciden en varios aspectos clave para una
ducha óptima.
El
Dr. Vij recomienda que la ducha dure entre cinco y diez minutos, usando siempre
agua templada en lugar de caliente para evitar resecar la piel. También
aconseja aplicar limpiadores suaves que no alteren el manto ácido de la piel,
evitando productos con fragancias, colorantes y numerosos conservantes que
podrían causar irritaciones. Un paso esencial que muchos olvidan es hidratarse
inmediatamente al salir de la ducha, cuando la piel aún está ligeramente
húmeda, lo que permite sellar mejor la humedad.
Un
detalle crucial: las sábanas
Un
factor determinante, independientemente de cuándo te duches, es la limpieza de
tu ropa de cama. Freestone recomienda lavar las sábanas y fundas de almohada al
menos una vez a la semana para eliminar el sudor, las bacterias, las células
muertas y la grasa que se acumulan. El lavado también eliminará las esporas de
hongos y las fuentes de nutrientes que utilizan los microbios productores de
olores.
En
definitiva, si bien los expertos se inclinan por la ducha matutina, también
sugieren que es una decisión personal. Como aconseja Vij: "Experimenta
para encontrar tu versión favorita de ti mismo. Si siempre te has duchado por
la mañana, prueba lo contrario durante una semana y comprueba cómo te hace
sentir. Y si te hace sentir genial, sigue con ello. Y si no, regresa a lo
mismo".
Editado
por Felipe Espinosa Wang con información de The Conversation y Cleveland
Clinic.

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