CHINA (ANB / Tomado de El País).- El enconamiento de la disputa histórica que
mantienen Japón y China por un grupo de islas en el mar de China oriental se ha
agravado hasta tal punto en los últimos días que varias fábricas de compañías
japonesas instaladas en la segunda economía del mundo se han visto obligadas a
cesar temporalmente la actividad debido a los ataques sufridos y en previsión
de posibles incidentes.
El fabricante de aparatos electrónicos Panasonic ha
asegurado que una de sus plantas ha sido saboteada por trabajadores chinos y
permanecerá cerrada hasta este martes, aniversario del inicio de la ocupación
en 1931 de partes de China por las fuerzas japonesas.
Canon, del mismo sector, paralizará la producción en tres de sus cuatro
fábricas chinas hoy y el martes, preocupada por la seguridad de sus empleados,
según informaciones de la prensa japonesa, mientras que la aerolínea Nippon
Airways ha afirmado que se ha producido un aumento de la cancelación de vuelos
desde China hacia Japón.
Una ola de protestas antijaponesas se ha extendido por varias ciudades
chinas en la última semana, a causa de la disputa que mantienen ambos países
por el grupo de islas deshabitadas, que están controladas por Tokio. Las
manifestaciones, registradas principalmente frente a las representaciones
diplomáticas japonesas, han derivado en algunos casos en ataques violentos
sobre conocidas compañías como las automovilísticas Toyota y Honda. Pero también
han afectado a negocios y restaurantes japoneses, que, en algunos casos, son
propiedad de ciudadanos chinos.
En Shanghai, donde existe una comunidad extranjera de unos 56.000
japoneses, un grupo de manifestantes expulsó el domingo a unos clientes japoneses
de un restaurante que se encuentra cerca del consulado del Gobierno de Tokio.
En Guangzhou (capital de la provincia de Guangdong), la policía ha afirmado que
ha detenido a 11 personas por destrozar un coche de marca japonesa, escaparates
y carteles de publicidad. Concesionarios de Toyota y Honda han sido incendiados
en Qingdao, ciudad de la provincia costera de Shandong. Algunos propietarios de
automóviles japoneses contaban el sábado en Pekín que habían decidido no
utilizar el vehículo para evitar posibles problemas
L os disturbios estallaron en numerosas ciudades el fin de semana, en
respuesta a la decisión de Tokio, la semana pasada, de comprar tres de las
islas en disputa al propietario japonés, nacionalizándolas de hecho. La medida
provocó la ira del Gobierno chino, que, en respuesta, envió a la zona seis
buques de vigilancia. Se cree que las aguas que rodean el archipiélago,
conocido en japonés como Senkaku y en chino como Diaoyu, contienen importantes
reservas de gas.
El enfrentamiento ha provocado uno de los peores brotes de sentimiento
antijaponés en décadas, y amenaza con dañar seriamente las importantes
relaciones económicas entre los dos vecinos. China es el mayor socio comercial
del Japón, mientras que Japón es el tercero de China. Los intercambios
bilaterales ascendieron a 342.900 millones de dólares (267.000 millones de
euros) el año pasado, según cifras chinas.
El primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, que se ha reunido este lunes en
Tokio con el secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, ha instado a
Pekín a que garantice la seguridad de sus nacionales, informa Reuters. Panetta,
por su parte, ha afirmado que Washington mantiene las obligaciones recogidas en
los tratados de seguridad con Japón -que incluyen las islas en disputa-, pero
ha añadido que Estados Unidos no tomará partido en el enfrentamiento y espera
que China y Japón “mantengan buenas relaciones y encuentren una forma de evitar
que se produzca una mayor escalada” del conflicto.
El Gobierno de Pekín ha advertido hoy sobre las potenciales consecuencias
de un incremento de las tensiones. El Diario del Pueblo –órgano oficial del
Partido Comunista Chino- ha asegurado en su edición internacional que la
economía japonesa podría sufrir gravemente durante 10 o 20 años si China decide
imponer sanciones. “Cómo puede ser que Japón quiera otra década perdida, y esté
incluso dispuesta a ir dos décadas atrás”, señala un editorial. China “siempre
ha sido muy cauta sobre la posibilidad de jugar la carta económica. Pero si las
luchas sobre la integridad territorial continúan, si Japón sigue con sus
provocaciones, entonces China presentará batalla”. Las sanciones serían, sin
embargo, un arma de doble filo, ya que tendrían consecuencias también sobre la
economía china, dada la interdependencia de los dos países.
Tokio ha advertido a sus residentes en China sobre la posibilidad de que se
produzcan grandes manifestaciones este martes. Muchos colegios japoneses por
todo el país, incluidos Pekín y Shanghai, han cancelado clases esta semana.
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