INGLATERRA (ANBOLIVIA /
BBC).- Considerada por la NASA
como uno de los alimentos "más completos" para los seres humanos
debido a su alto contenido nutricional, la quinua se ha convertido en un grano
de moda y ahora constituye el centro de una violenta disputa de tierras al
interior de Bolivia.
El cultivo del grano, abanderado por los partidarios de una alimentación
sana en todo el mundo, ha reavivado un problema limítrofe entre las principales
zonas productoras del país. Según algunas fuentes, las plantaciones también
amenazan con provocar la desertificación de una región que ya es inhóspita para
la agricultura.
El enfrentamiento entre los productores de quinua de las localidades de
Quillacas y Coroma, en el occidente boliviano, dejaron ocho heridos el mes
pasado, según informó el gobernador del departamento de Potosí, Félix González,
quien ha estado pidiendo al gobierno central de la militarización de la zona.
Según medios locales, en marzo tres campesinos de Potosí fueron tomados
como rehenes en el marco de conflictos en la misma región. La representación de
las Naciones Unidas en Bolivia se ofreció para mediar.
De acuerdo con el diario La Razón, decenas de bolivianos resultaron
heridos por impactos de piedras y una explosión de la dinamita, y cien policías
fueron desplegados para controlar la situación.
Los enfrentamientos ocurrieron dentro de una zona que se disputan los
departamentos de Oruro y Potosí, las dos principales regiones productoras de
quinua de Bolivia, y probablemente del mundo.
La fiebre de la quinua
Ampliamente consumida por los incas, la quinua se utiliza ahora en
ensaladas o en lugar del arroz.
La NASA la ha catalogado como alimento ideal para quienes habitan las
estaciones espaciales, principalmente debido a su alto contenido en proteínas.
En la última década, las exportaciones bolivianas de cereales se han
incrementado más de 20 veces, al pasar de US$ 2,5 millones a US$ 65 millones.
El precio del producto se ha triplicado desde 2006.
Según Mario Martínez, vocero del gobierno de Potosí, aunque los agricultores
de la región han llegado a una tregua hace poco, dividiendo por la mitad del
área de producción, las tensiones persisten.
"Es un acuerdo frágil y, como estamos en la época de cosecha, podría
dar pie a una nueva guerra en cualquier momento", dice Martínez, quien
acusa a los campesinos de Oruro "de tomar por la fuerza" el 25% de la
cosecha en la región en disputa. Los orureños lo niegan.
Nueva frontera agrícola
Bolivia es el principal exportador de quinua, que se produce en menor
escala en otros países andinos, y que recientemente ha empezado a cultivarse
también en los Estados Unidos, Canadá y Brasil.
"La rápida expansión de la agricultura en Bolivia ayuda a alimentar
los conflictos", dice el coronel David, el Instituto Nacional de
Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF). "Antes tenía que viajar cuatro
o cinco horas de Oruro para encontrar áreas de cultivo. La quinua está ahora a
menos de diez minutos de la ciudad", asegura.
Uno de los fenómenos causados por la "fiebre de la quinua" es
el retorno de los campesinos que habían abandonado las zonas rurales del
empobrecido altiplano boliviano hacia las ciudades u otras regiones del país.
Algunos de estos emigrantes volvieron a instalarse en sus antiguas
comunidades. Otros prefieren permanecer en el campo sólo durante las temporadas
de siembra y la cosecha.
"Incluso hay casos de bolivianos que viven en el extranjero, en
países como Brasil y Argentina, que están recurriendo al cultivo de
quinua", dice Ernesto Juan Crispín, la Asociación Nacional de Productores
de Quinua (ANAPQUI), la cual reúne a más de 1.200 productores.
La disputa de límites entre Oruro y Potosí es centenaria. Las dos
regiones reclaman un área de aproximadamente 250 km² adecuados para el cultivo
de quinua, pero también ricos en uranio y roca utilizada en la fabricación de
cemento.
Contra la
Desertificación
Además del conflicto limítrofe, la fiebre de la quinua también está
dejando como efecto una desertificación masiva en ciertas áreas.
El ingeniero agrónomo Vladimir Orsag, experto agrícola de la Universidad
Mayor de San Andrés, explica que la quinua se siembra en un suelo frágil,
compuesto en un 80% por arena. El clima es seco y las temperaturas pueden
llegar a -30 grados.
"Con el auge de los precios en el mercado internacional, hay
productores que están abandonando las técnicas tradicionales y reduciendo los
períodos de descanso de la tierra en favor de la agricultura en masa",
dice.
Según Orsag, la migración de los productores podría conducir a nuevos
conflictos como los de Coroma y Quillacas. "La llegada de personas
procedentes de otras ciudades y regiones a las zonas productoras de quinua crea
una tensión subyacente que sólo se incrementará si hay un agotamiento de los
suelos", dice Orsag.
Todo esto a pesar de que gran parte de los beneficios están en la venta y
exportación del grano, no en la producción en sí, según señala Sandro López, de
la Cámara Departamental de Quinua Real de Potosí (Cadequir).
Los campesinos bolivianos ganan alrededor de US$ 1,60 por kilo de quinua.
En los mercados de Sao Paulo o Río de Janeiro, el precio llega a US$ 30 por
medio kilo del producto.
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