En
Brooklyn de manera temporal
Crecen las protestas en Estados Unidos. Foto/El País |
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Ninguna persona que entre en Estados Unidos con un visado en
regla podrá ser deportada por la orden ejecutiva firmada este pasado viernes
del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al menos temporalmente. Así lo
decidió la noche del sábado una jueza del tribunal del Distrito Sur de Nueva
York, en Brooklyn, mientas miles de manifestantes tomaban las terminales de los
grandes aeropuertos del país -de Chicago a Nueva York, San Francisco o Dallas-
para condenar la medida.
La
suspensión se mantendrá hasta el 21 de febrero, de acuerdo con la orden de
emergencia emitida por Ann Donnelly contra la aplicación de la prohibición
impuesta a ciudadanos de siete países musulmanes. La queja la cursó la American
Civil Liberties Union (ACLU) en nombre de Hameed Khalid Darweesh y de Sameer
Abdulkhaleq Alshawi, dos nacionales iraquíes que fueron detenidos al llegar al
aeropuerto JFK. "Nuestros tribunales funcionaron hoy como un baluarte
contra los abusos del Gobierno o las políticas inconstitucionales", dijo
un abogado de esa entidad.
A
última hora del sábado, el Departamento de Seguridad Nacional ha emitido un
comunicado en el que asegura que "cumplirá con las órdenes
judiciales", pero ha reiterado que la decisión ejecutiva del presidente
permanece en vigor. "Estos individuos han realizado un proceso de entrada
en Estados Unidos con una especial revisión de seguridad, todo incluido en
nuestras leyes de inmigración y órdenes judiciales", afirma el texto.
La
decisión judicial se conoció por la noche, tras una jornada de caos y
concentraciones de protesta de varios de los grandes aeropuertos
estadounidenses. En su octavo día completo como presidente de Estados Unidos,
Trump recibió su primer gran revés judicial. La orden ejecutiva que, en la
práctica, vetaba la llegada al país como refugiados o inmigrantes a los
ciudadanos de siete países mayoritariamente musulmanes, fue la primera prueba
de fuego para esta Administración, y el sistema ha fallado contra la Casa
Blanca, ha frenado la acción de Trump. La clave es que el decreto afectaba a
ciudadanos ya poseedores de visado y está plagado de elementos de discutible
legalidad.
“Nadie
puede ser enviado de vuelta”, anunció el abogado Lee Gelernt a las puertas del
tribunal en Brooklyn, tras esta primera victoria legal contra el decreto de
Donald Trump. La corte es federal, por lo que la decisión de la magistrada
cubre todo el país. Se calcula que hay unas 200 personas retenidas por todo
Estados Unidos que están en riesgo de ser deportadas en aplicación de la orden
ejecutiva.
La ACLU
considera que la prohibición impuesta por la administración de Donald Trump es
inconstitucional porque está dirigida contra un grupo religioso específico.
Además, al argumentar la moción, explicaron ante la magistrada que la vida los
refugiados que llegan de países como Siria corren peligro si son devueltos a
sus países de origen. En su resolución, la jueza señala que la expulsión
"viola sus derechos", supone un "peligro inminente" de un
"daño irreparable" para los refugiados y poseedores de visados y
"viola la Constitución". La orden de Donnelly, sin embargo, no
garantiza la estancia permanente.
Ya
durante la campaña electoral, el empresario y showman desató las críticas al
prometer que, bajo su presidencia, vetaría la entrada de musulmanes a Estados
Unidos como medida antiterrorista, lo que, en la práctica, suponía equiparar
musulmán con islamista radical y afectaba a los refugiados de la guerra y la
miseria. El decreto aprobado sortea en problema de la inconstitucionalidad
señalando como objetivos países que consideran “especialmente preocupantes”. La
orden no dice cuáles son. La Casa Blanca ha dicho extraoficialmente que son
Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.
Hay,
además, muchas partes en movimiento. La orden de suspensión de las
deportaciones se aplica a las personas que ya están retenidas en los
aeropuertos internacionales de EE UU. Sin embargo, no está garantizada la
entrada en el país de ciudadanos de los siete países que cubre el decreto pese
a que dispongan de visado válido. Las aerolíneas que cubren la ruta
transatlántica, además, les están negando el embarque.
Pese a
la confusión, y la cantidad de personas que quedaban en un limbo legal, Trump
aseguró en declaraciones a la prensa que el sistema estaba "funcionando
muy bien". "Se ve en los aeropuertos, se ve en todos sitios",
recalcó. El constructor se llevó el varapalo judicial y una de las principales
protestas del país en su propia ciudad, Nueva York, quintaesencia de la
diversidad y la inmigración. “Nueva York es pura diversidad. Donald Trump puede
ser de Nueva York, pero no es un neoyorquino porque aquí acogemos a todos. Esto
es lo que es Nueva York”, decía Pamela Margolin, una abogada judía de 47 años,
mientras se manifestaba en el JFK, el gran aeropuerto de la ciudad.
De
todas las acciones de gobierno llevadas a cabo por Trump en su primera y
frenética semana en la Casa Blanca, las restricciones a la inmigración fueron
la primera crítica con efectos tangibles e inmediatos, frente al impulso a la
construcción de un muro fronterizo con México -sin concretar plazos ni
procedimientos-, por polémico que sea, o la retirada de EE UU del tratado
comercial del Pacífico, que no se había puesto en marcha y ya estaba muerto en
las cámaras legislativas. El resultado ha sido un bloqueo.
TOMADO
DE EL PAIS
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