Nuevo
manual para homilías
ESPAÑA (ANB / información tomada de
periodistasdigital.com).- El Vaticano considera
que las homilías deben ser actuales y evitar sermones abstractos o enseñanzas
catequéticas. Así lo pone de manifiesto el nuevo manual, con directrices
claras, pero sin normas nuevas, para preparar mejor las homilías y que la Santa
Sede ha remitido a todas las Conferencias Espiscopales del mundo. El documento
pone de manifiesto que no basta sólo la técnica, sino que lo importante es
llevar a Cristo en cada palabra.
El
texto, que ha sido presentado este martes por el Vaticano, deja claro que la
homilía "no es un sermón sobre un tema abstracto", ni un "puro
ejercicio de exégesis bíblica", ni siquiera una "enseñanza
catequética". Por último, destaca que "la homilía no debe ser utilizada
como un momento para dar testimonios personales del predicador".
En
este línea subraya que es necesario que una buena homilía "reflexione
sobre los acontecimientos de su tiempo, busque incesantemente desarrollar esas
capacidades que le ayuden a predicar de manera apropiada y, sobre todo que
consciente de la propia pobreza espiritual, invoque al Espíritu Santo como
artífice principal en hacer dócil el corazón de los fieles a los misterios
divinos".
La
homilía, aconsejan en el texto, debe ser preparada con tiempo y estudio y no
"improvisada" y para ello se recogen las palabras "fuertes"
del papa argentino en las que asegura: "un predicador que no se prepara,
que no reza, 'es deshonesto e irresponsable, un falso profeta, un estafador o
un charlatán vacío'".
En el
texto se explica que, por ejemplo, para ser un "homileta (predicador)
eficaz no es necesario ser un gran orador, pero naturalmente el arte de la
oratoria o de hablar en público, asimilado el uso apropiado de la voz e incluso
del gesto, contribuyen a la eficacia de la homilía".
Se
recuerda también cómo Francisco afirma que la homilía "es un género
peculiar, ya que se trata de una predicación dentro del marco de una
Celebración Litúrgica; por consiguiente, debe ser breve y evitar parecerse a
una charla o una clase".
"No
es un sermón abstracto o una lección", se asegura en el documento.
También
aconseja que la "homilía no debe ser utilizada como un momento para dar
testimonios personales del predicador", pero "la enseñanza doctrinal
y el testimonio personal pueden resultar elementos eficaces" en una buena
homilía.
El
texto recoge en varias ocasiones la necesidad de que el sacerdote que prepara
la homilía "sepa poner en relación los textos de una celebración con los
hechos y cuestiones de actualidad".
El
Directorio explica cómo Francisco afirma que "el predicador necesita
también poner un oído en el pueblo, para descubrir lo que los fieles necesitan
escuchar"
Por
esta razón, añade, "es útil comenzar a preparar la homilía dominical
algunos días antes. Junto con el estudio y la oración, la atención a lo que
sucede en la parroquia, así como en la sociedad en sentido amplio, sugerirá
caminos de reflexión sobre lo que la Palabra de Dios tiene que decir a tal
comunidad en el momento presente".
Asimismo,
se destaca cómo "el homileta (el predicador) debe tener cuidado de
trasladar los resultados de su estudio en un lenguaje que pueda ser comprendido
por sus oyentes".
Y por
ello se pide, como explicaba Pablo VI, "una predicación sencilla, clara,
directa, acomodada".
El
papa Francisco, recuerdan en este documento, "alerta a los predicadores
sobre el uso de un lenguaje teológico especializado que no resulta familiar a
quienes escuchan".
El
documento contiene además consejos para redactar cada homilía según la
celebración y en el caso de los matrimonios y funerales se pide también que el
predicador "muestre particular interés por aquellos ya sean no católicos o
católicos que casi nunca participan en la Eucaristía", pero que acuden en
estos momentos a la Iglesia.
El
nuevo Directorio Homilético consta de dos partes: la primera dedicada a la
homilía en el ámbito litúrgico. Es decir, se describe la naturaleza, la función
y el contexto, así como algunos aspectos que le caracterizan, como el ministro
ordenado al que le compete, la referencia a la Palabra de Dios, su preparación
próxima y remota, los destinatarios; la segunda dedicada al ars praedicandi.
Esta parte analiza todo lo relacionado con las claves de lectura para el ciclo
dominical-festivo de la misa a partir del año litúrgico y tiene como función
dar las coordenadas metodológicas y de contenido para tener en cuenta a la hora
de preparar y pronunciar la homilía.
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