No
hubo control y pesó el aval político, explican
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- El
asesor del Consejo nacional de Ayllus y Markas del Qollasuyo, Hugo Flores, dijo
que dirigentes campesinos e indígenas se “embolsillaron” rexcursos que entregó
el Fondo Indígena (Fondioc) para financiar proyectos de desarrollo.
El
representante del Conamaq dijo que en varias oportunidades habían advertido a
la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo, y otras autoridades
que no había transparencia en el manejo de esos recursos, además que el control
era inexistente y primaba lo político.
“En
su momento hemos remitido cartas donde denunciamos indicios de corrupción, pero
no nos hicieron caso. Hemos pedido que se haga una auditoria, vimos que
proyectos enviados eran fantasmas por parte de algunos dirigentes”, manifestó.
El
jueves 12 de febrero, el contralor del Estado, Gabriel Herbas, explicó que para
153 proyectos aprobados entre los años 2010 a 2011, el Fondioc entregó
anticipos correspondientes al 20% aproximadamente, es decir, 71 millones de
bolivianos, y no fueron concluidos porque los interesados no cobraron el total
del monto para su finalización.
Dijo
en particular este caso es alarmante porque algunos ni siquiera habrían sido
iniciados. Indicó que este caso ya fue denunciado ante el Ministerio Público
porque cada obra tenía un plazo de dos hasta 24 meses para su cierre, pero
hasta diciembre de 2014 el Fondo
Indígena no hizo seguimiento ni monitoreo sobre su conclusión.
“Los
más grave está en estos 153 proyectos, que se presume de estos proyectos no se
han iniciado en algunos casos y no tienen ninguna conclusión. Los antecedentes
de los 153 proyectos han sido remitidos como denuncias por parte de la
Contraloría al Ministerio Público, por lo tanto ya es el Ministerio Público el
que tiene que generar las acciones correspondientes para la recuperación de los
recursos”, manifestó.
Aval
político y falta de control
Hugo
Flores identificó a la falta de control del propio Fondioc, la deshonestidad de
representantes de organizaciones sociales y la obligatoriedad implícita del
aval político para que persista la corrupción en la ejecución de proyectos que
supuestamente tendrían que beneficiar a los indígenas.
“Pesó
el aval de las organizaciones que le dan tributo al MAS. Nosotros decimos que
ellos se llevaron los recursos. No hubo criterio técnico y quien pesaba más es
porque ingresó por el MAS, ahí se tiene a Elvira Parra de Chuquimia. Ellos
pensaban que debían dar el recurso a estas organizaciones principalmente, aquí
pesan los dirigentes y el gobierno de turno”, indicó.
El
asesor del Conamaq señaló que a raíz de esta inconducta, el pedazo grande de la
torta del Fondo indígena se entregó a la Confederación Sindical Única de
Trabajadores Campesinos de Bolivia, la Federación de Mujeres Bartolina Sisa e
los interculturales.
Identificó
como ejemplo que muchos de los proyectos aprobados por el directorio del
Fondioc correspondían a estos entes sindicales y lo restante se distribuía a la
Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente de Bolivia (Cidob) y Conamaq.
“Los
dirigentes que presentaron proyectos firman convenio con el Fondo indígena y
eso se pasa una cuenta al banco. El dinero se divide en montos. En la primera
fase se maneja el proyecto y recién se hace desembolso para la segunda fase.
Nos sorprende a nosotros que se desembolsen recursos sin demostrar que se va
ejecutando. Los dirigentes se lo han embolsillado los recursos que sacaron”,
enfatizó.
La
Contraloría tras conocer estas irregularidades dijo que inició un proceso penal
por daño económico al Estado contra los directores ejecutivos que se hicieron
cargo del Fondo Indígena, desde 2010 hasta la fecha: Elvira Parra,
representante de las Bartolinas; Daniel Zapata, representante de la Asamblea
del Pueblo Guaraní (APG) y contra el actual director, Marco Antonio Aramayo, de
la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), que dirige Melva
Hurtado.
“El
Fondo Indígena tenía la misión de financiar recursos para proyectos. Se lanza
la convocatoria y en un mes debían presentar a diseño final. El directorio
aprobaba con dirigentes a la cabeza. Cada uno tenía que hacer seguimiento,
había que corregir la parte legal y técnica y adjuntar documentación”, agregó.
El
asesor sostuvo que el Conamaq hizo una propuesta para reajustar el mecanismo de
aprobación de proyectos, a través de una mejor fiscalización y no fueron
escuchados.
“El
2013 presentamos propuesta para modificar y planteamos distribución equitativa
y descentralización. Parece que a Achacollo no le convenía. El fondo indígena
está como así. El dinero fue a parar a los dirigentes y no a la comunidad. A
Hilarión Mamani le dieron 280 mil para talleres y no sabemos cómo le distribuyó
Pedimos auditoría interna y externa. Sentimos mucho que se despilfarre la
plata”, concluyó.
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