SALUD
ESPAÑA (ANB / Información de BBC Mundo).- Estar acostado boca arriba dentro de un gran escáner de hospital lo más quieto posible, con los brazos por encima de la cabeza y durante 45 minutos no es lo más divertido.
Eso es lo que tenían que hacer los pacientes del Royal Brompton Hospital de Londres durante determinadas exploraciones pulmonares, hasta que el hospital instaló el año pasado un nuevo dispositivo que redujo estos exámenes a sólo 15 minutos.
Esto
se debe en parte a la tecnología de procesamiento de imágenes del escáner, pero
también a un material especial conocido como CZT (las siglas en inglés del
telururo de cadmio y zinc), que le permite a la máquina producir imágenes
tridimensionales muy detalladas de los pulmones de los pacientes.
"Con
este escáner se obtienen imágenes preciosas", afirma la Dra. Kshama
Wechalekar, jefa de medicina nuclear y PET (Tomografía por Emisión de
Positrones).
"Es
una auténtica proeza de ingeniería y física".
El
CZT de la máquina, instalada en el hospital en agosto, fue fabricado por
Kromek, una empresa británica, y una de las pocas del mundo que puede
fabricarlo.
Puede
que nunca hayas oído hablar de él, pero -en palabras de Wechalekar- está
provocando una "revolución" en la imagenología médica.
El
maravilloso material tiene además muchos otros usos, como en telescopios de
rayos X, detectores de radiación y escáneres de seguridad aeroportuaria.
Y
es cada vez más solicitado.
Las
investigaciones sobre los pulmones de las pacientes realizadas por la Dra.
Wechalekar y sus colegas implican buscar la presencia de muchos coágulos de
sangre diminutos en personas con Covid prolongado, o un coágulo más grande
conocido como embolia pulmonar, por ejemplo.
El
escáner, que cuesta un millón de libras esterlinas (alrededor de US$1,4
millones), funciona detectando los rayos gamma emitidos por una sustancia
radiactiva que se inyecta en el cuerpo de los pacientes.
Pero
la sensibilidad del escáner significa que se necesita menos cantidad de esta
sustancia que antes.
"Podemos
reducir las dosis en aproximadamente un 30%", afirma la doctora.
Gran
demanda, poca oferta
Si
bien los escáneres basados en CZT no
son nuevos en general, los escáneres
de cuerpo entero de gran tamaño
como este son una innovación
relativamente reciente.
El
CZT existe desde hace décadas, pero su fabricación es notoriamente difícil.
"Ha
llevado mucho tiempo desarrollarlo para que sea un proceso de producción a
escala industrial", afirma Arnab Basu, director ejecutivo fundador de
Kromek.
En
las instalaciones de la empresa en Sedgefield, Inglaterra, hay 170 hornos
pequeños en una habitación que el Dr. Basu describe como "similar a una
granja de servidores".
En
estos hornos se calienta un polvo especial, se funde y luego se solidifica
formando una estructura monocristalina.
Todo
el proceso toma semanas.
"Átomo
a átomo, los cristales se reorganizan […] hasta que quedan completamente
alineados", explica Basu.
El
CZT recién formado, un semiconductor, puede detectar diminutas partículas de
fotones en rayos X y rayos gamma con una precisión increíble, como una versión
altamente especializada del sensor de imagen basado en silicio y sensible a la
luz que se encuentra en la cámara de tu teléfono inteligente.
Cada
vez que un fotón de alta energía incide en el CZT, moviliza un electrón y esta
señal eléctrica puede utilizarse para generar una imagen. La tecnología de
escáner anterior utilizaba un proceso de dos pasos, que no era tan preciso.
"Es
digital", precisa Basu.
"Es
un solo paso de conversión. Conserva toda la información importante, como la
sincronización y la energía de los rayos X que inciden en el detector CZT; se
pueden crear imágenes en color o espectroscópicas".
Añade
que los escáneres basados en CZT se
utilizan actualmente para la detección de explosivos en aeropuertos de Reino
Unido y para escanear el equipaje facturado en algunos aeropuertos
estadounidenses.
"Esperamos
que CZT se incorpore al segmento del equipaje de mano en los próximos
años".
El
material elegido
Pero
no siempre es fácil conseguir CZT.
Henric
Krawczynski, de la Universidad de Washington en San Luis (EE.UU.), ya ha
utilizado el material anteriormente en telescopios espaciales atados a globos
de gran altitud.
Esos
detectores pueden captar rayos X emitidos tanto por estrellas de neutrones como
por plasma alrededor de agujeros negros.
El
profesor Krawczynski necesita piezas muy delgadas de CZT, de 0,8 mm, para sus
telescopios, ya que esto ayuda a reducir la cantidad de radiación de fondo que
captan, lo que permite una señal más clara.
"Nos
gustaría comprar 17 detectores nuevos", afirma. "Es realmente difícil
conseguirlos delgados".
Kromek
no lo pudo ayudar pues, según Basu, su empresa tiene una gran demanda
actualmente.
"Apoyamos
a muchísimas organizaciones de investigación", añade. "Nos resulta
muy difícil hacer cien cosas diferentes. Cada proyecto de investigación
requiere un tipo de estructura de detector muy particular".
Para
Krawczynski, no es una crisis: dice que podría utilizar CZT que tiene de investigaciones
anteriores o telururo de cadmio, una alternativa, para su próxima misión.
Sin
embargo, hay problemas más graves en este momento.
La
próxima misión debía partir desde la Antártida en diciembre, pero "todas
las fechas están cambiando", dice Krawczynski, debido al cierre del
gobierno estadounidense de noviembre.
Muchos
otros científicos utilizan CZT.
En
Reino Unido, una importante modernización del centro de investigación Diamond
Light Source (Fuente de Luz de Diamante) en Oxfordshire mejorará sus
capacidades gracias a la instalación de detectores basados en
CZT.
Diamond
Light Source es un sincrotrón que dispara electrones alrededor de un anillo
gigante a una velocidad cercana a la de la luz. Los imanes hacen que estos
electrones, al pasar zumbando, pierdan energía en forma de rayos X, y son
dirigidos desde el anillo en líneas de luz para, por ejemplo, analizar
materiales.
Algunos
experimentos recientes han implicado el análisis de impurezas en el aluminio
durante su fusión. Comprender mejor estas impurezas podría ayudar a mejorar las
formas recicladas del metal.
Con
la actualización de Diamond Light Source, cuya finalización está prevista para
2030, los rayos X producidos serán significativamente más brillantes, lo que
significa que los sensores existentes no podrán detectarlos correctamente.
"No
tiene sentido gastar todo este dinero en mejorar estas instalaciones si no se
puede detectar la luz que producen", dice Matt Veale, líder del grupo de
desarrollo de detectores en el Consejo de Instalaciones Científicas y
Tecnológicas, una parte interesada en Diamond Light Source.
Por
eso, también aquí el CZT es el material elegido.

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