CIENCIA GLOBAL
EUROPA (ANB / Información de DW Noticias).- ¿Qué ocurre cuando el universo no sigue las reglas que creíamos entender? ¿Y si nuestros modelos más fundamentales estuvieran equivocados?
Una
vez más, el universo nos recuerda lo mucho que nos queda por comprender sobre
sus misterios más profundos. En un nuevo giro que está sacudiendo los cimientos
de la cosmología moderna, recientes mediciones no solo confirman resultados
anteriores controvertidos sobre la rápida expansión del cosmos, sino que
profundizan el enigma: el universo se expande más rápido de lo que nuestros
modelos teóricos pueden explicar. La discrepancia es tan significativa que los
expertos han dejado de referirse a ella como una mera "tensión" y
ahora hablan abiertamente de una "crisis de Hubble", señalando un
posible punto de inflexión en nuestra comprensión del cosmos.
El
dilema se remonta a 1929, cuando Edwin Hubble descubrió que el universo se
expande constantemente. Desde entonces, los científicos han intentado
determinar con precisión la velocidad de esta expansión, conocida como la constante
de Hubble, usando dos métodos diferentes.
Midiendo
la expansión: dos caminos divergentes
Por
un lado, las mediciones directas emplean "velas estándar": objetos
con luminosidad conocida, como las supernovas de tipo Ia o las variables
Cefeidas. Midiendo su brillo aparente, se determina su distancia y se compara
con la velocidad a la que se alejan, deducida de su corrimiento al rojo. Según
Space.com, estas observaciones sugieren que la constante de Hubble ronda los 73
kilómetros por segundo por megapársec (73 km/s/Mpc).
El
segundo método mira hacia el pasado más remoto del universo, estudiando la luz
más antigua que podemos detectar: el fondo cósmico de microondas (CMB), emitido
cuando el universo tenía apenas 379.000 años. El satélite Planck de la Agencia
Espacial Europea analizó esta radiación primigenia y, aplicando el modelo
estándar de la cosmología (dominado por la materia oscura fría y la energía
oscura, que opera bajo la provincia de la Teoría General de la Relatividad de
Albert Einstein), predijo un valor de 67,4 km/s/Mpc. Ambas mediciones son muy
precisas, pero incompatibles entre sí, y de esa disparidad nace la llamada
"tensión de Hubble".
Un
nuevo descubrimiento agudiza la crisis
Ahora,
un nuevo descubrimiento ha agitado aún más las aguas de este debate
cosmológico. Un equipo dirigido por Dan Scolnic, de la Universidad Duke, y Adam
Riess, de la Universidad Johns Hopkins, ha encontrado evidencia que profundiza
la crisis en nuestro propio "vecindario" cósmico.
Según
su estudio, publicado en The Astrophysical Journal Letters, el cúmulo de
galaxias de Coma –uno de los grupos de galaxias más cercanos a la Tierra– está
significativamente más cerca de lo que debería estar: Space.com reporta que se
encuentra a 321 millones de años-luz de distancia, mientras que el modelo
estándar predice que debería estar a 359 millones de años-luz. Esta
discrepancia de 38 millones de años-luz no es un simple error de medición, sino
un nuevo indicio de que algo fundamental podría estar fallando en nuestra
comprensión del cosmos.
"Me
gusta pensar en la tensión de Hubble como cuando eras un niño en la consulta
del médico", explica Scolnic en declaraciones recogidas por Space.com.
"El médico podría decir, bueno, si eres así de grande cuando eres joven,
serás así de grande cuando seas adulto... En astronomía podemos hacer lo mismo
con imágenes del fondo cósmico de microondas, que es cuando el universo era un
bebé, para predecir lo grande y rápido que se estaría expandiendo el universo
hoy en día. Y luego los astrónomos como yo podemos ir y medir la expansión del
universo hoy. Y esta no coincide con la predicción".
Los
resultados del equipo de Scolnic son especialmente significativos porque el
cúmulo de Coma ha sido estudiado durante décadas, mucho antes de que existiera
el debate sobre la tensión de Hubble. Como señala el investigador en un
comunicado de la Universidad de Duke, "este cúmulo está en nuestro patio
trasero, se ha medido mucho antes de que nadie supiera lo importante que iba a
ser".
La
escalera cósmica: mediciones precisas
Para
Scolnic, esta nueva medición sirve como primer peldaño de una "escalera
cósmica" que calibra todas las demás distancias. No solo coincide con
estudios previos que también situaban a Coma a unos 320 millones de años luz,
sino que intensifica la discrepancia entre la realidad observada y la
predicción del modelo cosmológico. En otras palabras, como señala la
Universidad de Duke, la medición coincide con la tasa de expansión del universo
tal y como la han medido recientemente otros equipos, pero no tal y como la
predice nuestra comprensión actual de la física. "La tensión se convierte
ahora en crisis", advierte el propio Scolnic.
Para
llegar a esta conclusión, los investigadores emplearon una innovadora
"escalera cósmica" basada en datos del Instrumento Espectroscópico de
Energía Oscura (DESI). Como peldaño fundamental de su medición, estudiaron 12
supernovas de tipo Ia en el cúmulo de Coma. Estas explosiones estelares actúan
como "velas estándar" perfectas: su brillo es tan predecible que permiten
calcular distancias cósmicas con gran precisión. Utilizando esta nueva
calibración, el equipo calculó que la constante de Hubble es de 76,5 kilómetros
por segundo por megaparsec, lo que significa que cada segmento del universo de
3,26 millones de años-luz se expande 76,5 kilómetros cada segundo, una
velocidad significativamente mayor que la predicha por el modelo estándar.
Desde
su ubicación en el Observatorio Nacional de Kitt Peak, DESI observa actualmente
más de 100.000 galaxias. "La colaboración DESI hizo la parte realmente
difícil", dijo Scolnic, aunque añadió que "a su escalera le faltaba
el primer peldaño".
En
el pasado hay quienes han apuntado a enterrar esta tensión. En el verano de
2024, un equipo dirigido por Wendy Freedman (Universidad de Chicago) midió la
distancia a diez galaxias usando el telescopio espacial James Webb y obtuvo un
valor que coincidía con el modelo estándar. Pero, como señala Scolnic, basarse
únicamente en diez galaxias es arriesgado, y los nuevos resultados de Coma
devuelven el enigma a primera línea.
"No
debemos apresurarnos a desechar lo que nos ha servido tan bien hasta
ahora", advierte Scolnic, reconociendo que los datos del cúmulo de Coma
dejan poco espacio para negar la existencia de la tensión de Hubble.
¿Qué
significa todo esto?
En
ese sentido, los científicos se enfrentan a dos posibilidades: o hay algún
error en nuestras mediciones (algo cada vez menos probable dado que diferentes
equipos obtienen resultados similares), o nuestro modelo del universo necesita
una revisión seria.
Algunas
explicaciones tentativas sugieren que podría haber habido una explosión
adicional de energía oscura en el universo primitivo, o que partículas exóticas
llamadas axiones podrían haber inyectado energía extra en el cosmos temprano.
Pero como señala Space.com, todo sigue siendo especulativo.
Lo
que está claro es que esta discrepancia ya no puede ignorarse. Como sentencia
Scolnic: "Estamos presionando muy fuerte contra los modelos que hemos
estado utilizando durante dos décadas y media, y estamos viendo que las cosas
no coinciden. Esto puede estar cambiando nuestra forma de pensar sobre el
universo, ¡y es emocionante! Todavía quedan sorpresas en cosmología y quién
sabe qué descubrimientos vendrán después".
Editado
por Felipe Espinosa Wang con información de Space.com, la Universidad Duke y
Cosmos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ANBOLIVIA te invita a ser el quinto poder, opina...con respeto
DEJA TU OPINIÓN EN:
TW: @ANBOLIVIA
TW: @ANBdigital
F: https://www.facebook.com/anboliviadigital