EL CHACHA O EL COMANDANTE CASTRO, DEL MAESTRANZA A LA SELECCIÓN

Por Jorge Guillén

LA PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- Hace año y medio jugaba en la ignota segunda división del fútbol boliviano y ya trepado en los 24 años, un buen día de esos, se mandó a una prueba que, con la pretensión de captar chicos promisorios, convocó el entonces director técnico del The Strongest, Eduardo Villegas.

    Ese día de entre semana la vida le hizo una caricia y sin apenas soñarlo pegó un salto a primera división.

    El jueves, con 26 años, se alineará en el once titular de la selección de Bolivia que abrirá los fuegos de la Eliminatoria sudamericana para el mundial de Rusia 2018, frente a la bien pintada selección de Uruguay, campeón de América en 2013 y cuarta mejor ubicada en el Mundial de Brasil 2014.

    Sus compañeros de pelota siguen designándole por el mote de la niñez: el "Chacha" Castro. La prensa especializada ha aprovechado su homonimia con el actual Presidente de Cuba y ha trazado un curioso paralelo con el líder de la revolución cubana de principios de los "60: cada vez que entra en contacto con el balón le dicen "comandante Castro".

    Este paceño de 1,78 m de estatura física, de complexión más bien delgada, de cabellos indoblegables y tez cobriza comenzó en el fútbol tal vez a los 6 años. Los que le recuerdan dicen que jugaba para el Independiente de Moco Moco, un equipín perdido de barriada popular, metido en un campeonato de fútbol de salas en la transición del siglo.

    A esas vocaciones debe su alta técnica.

    Castro, titular indiscutible en el The Strongest de La Paz, uno de los más poderosos de Bolivia, no ha dejado de ser "el chico humilde" del Maestranza de Viacha, célebre en los "50 y "60 en La Paz, que lo catapultó a la primera división boliviana ahora hace 18 meses.

    "Estoy confiado", le soltó sin pestañar ni mentir este paceño de hablar telegráfico a un periodista de la ABI, apenas la Selección de Baldivieso terminó de desayunar a primera hora del martes con el presidente Evo Morales en el Palacio de Gobierno.

    Los que le conocen aseguran que este volante de marca o volante central, que a ratos se dedica con arte de joyero a la creación, no le teme a nadie y que frente a Uruguay no le temblarán las tabas.

    Se trata de un "salonista" o "salonero" por excelencia, duro como metal y forjado a fuelle cuando se trata de ponerse al hombro al equipo que este mismo martes el timonel uruguayo, Washington Tabarez, dijo que "era la peor selección" de Bolivia que hubo tenido enfrente.

   Este aguerrido volante de marca cumple con el requisito de los grandes del fútbol mundial, impertérrito, bizarro o corajudo.