LA PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- El vicepresidente Álvaro García Linera explicó la noche del
martes, en la ciudad de México, el proceso constituyente del Estado
Plurinacional de Bolivia, en el marco del diálogo organizado por la Fundación
para la Democracia Alternativa y Debate y la revista "La Zurda", que
se desarrolló en el Teatro Nacional de México.
"Un proceso constituyente es la auto
organización de una parte sustancial de la sociedad que admite que ya no quiere
ser más una parte dominada, tolerante o silenciosa de esa sociedad y que, al
hacer esto, se ve obligada a enfrentarse a quienes hicieron de ella sea una
parte dominada y sumisa de la misma sociedad", explicó la autoridad citada
en un boletín de prensa de la Vicepresidencia del Estado.
Añadió que un proceso constituyente
"es el derrumbe de los esquemas lógicos y morales primordiales con los que
la mayor parte de la sociedad dominada organiza su vida rutinaria y
cotidiana", también, es el derrumbe de las certidumbres institucionales y
el cierre de los viejos horizontes movilizadores que garantizaban la
"complicidad moral entre gobernantes y gobernados", para alcanzar una
nueva nación basada en lo común y colectivo, complementó.
"Proceso constituyente, constitución
de nación y conformación de hegemonía histórica más sentido común de larga
duración configuran los distintos componentes de un mismo acontecimiento
histórico de las sociedades", agregó.
Asimismo, indicó que en Bolivia este
proceso presenta seis momentos identificables: primero, la emergencia de la
acción colectiva de movimientos sociales que visibilizaron y cuestionaron a la
sociedad la existencia de dos bolivias, la de los indios y la de los no indios;
segundo, la emergencia de nuevas ideas fuerza con capacidad de irradiación y
ocupación territorial, "son ideas que empiezan a disputarse el viejo sentido
común", añadió; tercero, el empate catastrófico, cuando se encuentran en
un mismo terreno el viejo sentido común, proyecto se sociedad e ideas fuerzas
con el nuevo sentido común, proyecto social e ideas fuerza que le disputa
"la credibilidad, la aceptación y la convocatoria social",
complementó.
"Se trata de dos órdenes lógicos de la
vida cotidiana, órdenes morales de la vida familiar, de las expectativas
personales que comienzan a enfrentarse como opciones de vida" y esto se
traduce en movilización colectiva, explicó.
El cuarto momento en el proceso
constituyente que se dio en Bolivia fue el surgimiento de la nacionalización
frente a la acción privatizadora del sistema neoliberal; ante los pactos
partidarios surgió el concepto de movimiento social; y ante el concepto de
mestizaje y blanqueamiento social, el de gobierno de pueblos indígenas.
"Se trata de ideas fuerza que despiertan entusiasmo, que articulan, que
movilizan y que empiezan a ser utilizadas en los discursos y debates",
aseveró.
El quinto momento viene a ser el punto de
bifurcación que es en el que se define el rumbo a seguir mediante la
determinación de cuál de los sentidos comunes triunfará. "La bifurcación
es fuerza desnuda, donde alguien tiene que ser abdicado, derrotado. Es un momento
de exhibición de la capacidad de los ejércitos potencialmente movilizables de
los sectores contrapuestos", con lo que se puede retroceder o se puede dar
paso al nuevo orden, añadió.
Y el sexto momento, dentro del proceso
constituyente, es la expansión territorial de la nueva hegemonía que representa
el triunfo de los órdenes morales; de las ideas fuerza, articuladoras de la
acción colectiva; de una correlación de fuerzas que se vuelve institución
mediante la constitución, normas, leyes, decretos y la forma de administrar el
presupuesto general del Estado.
Todo esto dio lugar a una nueva
constitución donde se ampliaron los derechos colectivos de los pueblos
indígenas en base a su reconocimiento como naciones preexistentes a la
república e integrantes de una nación mayor que es Bolivia, con el respeto a
sus prácticas culturales, idioma, administración de justicia
indígena-originaria que coexiste con la justicia ordinaria, la elección de
autoridades por usos y costumbres y, la participación de los indígenas y de los
movimientos sociales en la toma de decisiones del gobierno.
Además, se da un proceso de indianización
de la identidad boliviana, es decir, que el 48 % de la burocracia boliviana
está compuesta por indígenas, "que es un hecho inédito", acotó.
"La plurinacionalidad boliviana no
solo es el reconocimiento de la nación indígena, sino la reinvención de la
misma nación boliviana. Por eso, decimos que un proceso constituyente es una
manera de construir la nación, es una manera de redefinir la propia
nación", complementó.
De igual manera, destacó que todo esto
permitió a Bolivia "una resolución de la coexistencia de pueblos y
naciones indígenas con no indígenas, una manera de unificación de criterios y
de horizontes que, en menos de diez años, ha transformado la cara de nuestro
país", que se traduce en un crecimiento económico destacado en el
continente y reducción de la extrema pobreza, "es el horizonte interior
que habilita un horizonte de porvenir y que impulsa hacia adelante",
agregó.
Además, García Linera aseguró que esta
revolución democrática y cultural que vive Bolivia en los últimos diez años se
pueden entender mediante la pregunta ¿cómo se llega a unificar una sociedad
donde existen varias y diversas culturas, naciones e idiomas?
Explicó que durante la colonia se dio una
forma de unificación basada en la imposición de una identidad extranjera que
subordinó, de forma vertical, a las identidades originarias. "Es la lógica
de la república de españoles y la república de indios en torno a las cuales se
estructuró el sistema jurídico, de propiedad y de derechos, durante la
colonia", acotó.
También, se refirió a que durante los
siglos XIX y XX se dio otro tipo de unificación basada en el exterminio de las
identidades originarias. A mediados del siglo XX se vivió un transformismo
cultural, "los indios para ser ciudadanos, debían dejar de ser
indios", señaló.
De igual manera, se dio el multiculturalismo
residual, como otra forma de unificar, "que viene de la lógica y de los
modelos neoliberales", entre los años 70 y 90, que se caracterizó por el
encierro en reservas de las identidades resistentes, "se habló de minorías
que había que preservar, en cuanto a sus derechos y a su territorio, en lugares
residuales de la república, donde no estorben ni perjudique",
complementó.
"Estas formas de unificación son
formas de cohesión fallida: la muerte deja el hueco social, el mestizaje y el
reservismo generan un resentimiento y una inferiorización histórica que, a la
larga, amputa la vitalidad social. No es posible encontrar en ellas formas de
democratización cultural, ni de hegemonía duradera", agregó.
Asimismo, dijo que no solo se trataba de la
unificación de pueblos, naciones y culturas, sino que se requería de una
"unificación de civilizaciones yuxtapuestas, es decir, modos de producir,
sistemas políticos y modos de representar a la sociedad diferenciados que
persisten en nuestras sociedades", añadió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ANBOLIVIA te invita a ser el quinto poder, opina...con respeto
DEJA TU OPINIÓN EN:
TW: @ANBOLIVIA
TW: @ANBdigital
F: https://www.facebook.com/anboliviadigital