Según
una encuesta reciente de Braun Research
ESPAÑA (ANB / Tomada de: el tiempo).- Las exigencias actuales para medir el éxito de los niños
–desde la escuela primaria hasta la admisión a la universidad– han eliminado
las tareas del hogar de las prioridades de muchos padres jóvenes.
Según
una encuesta reciente de Braun Research, el 82 por ciento de los padres
consultados (sobre una muestra de 1.001 personas) reportó haber
realizado esas tareas de chicos, pero solo 28 por ciento de ellos se las
reclama a sus propios hijos. (Lea
también: Así permea la cultura de la ilegalidad a los más pequeños)
Con
la presión de tener que aprender mandarín, presidir el club de ajedrez o
conseguir un galardón escolar, las tareas del hogar son desplazadas por
los imperativos de la construcción de una hoja de vida.
Sin
embargo, no es tan claro que estas actividades constituyan un mejor uso del
tiempo de los niños. (Lea
acá la nota original)
“Los
padres de hoy quieren que sus hijos pasen más tiempo haciendo cosas que les
sirvan para alcanzar el éxito en su vida adulta, pero, irónicamente, dejaron de
pedirles que hagan algo que es un probado indicador de éxito: las
tareas del hogar”, dice Richard Rende, un psicólogo de desarrollo de
Paradise Valley, Arizona, coautor de Raising Can-Do Kids, de próxima
publicación.
Décadas
de investigaciones demuestran los beneficios académicos, emocionales y
profesionales de dichas tareas. Estas son las mejores maneras de motivar a sus
hijos para que colaboren en el hogar:
Cuide
su lenguaje. Un estudio publicado por
Child Development encontró que agradecer a los niños por “ser una gran ayuda”,
en lugar de por simplemente “ayudar”, incrementa significativamente su deseo de
colaborar en casa. El estudio determinó que lo que motivaba a los niños era la
idea de crear una identidad positiva, el ser reconocidos como alguien que
ayuda.
Planifique
los horarios. Marque las tareas en el
calendario junto con la lección de piano y la práctica de fútbol. Esto indica
consistencia de propósitos.
Como
jugando. Al igual que los videojuegos,
empiece por darle algo pequeño para hacer y vaya agregando “niveles” de
responsabilidad, desde ordenar la ropa a ganar el derecho de usar la lavadora.
Separe
la mensualidad de las tareas. El
pago de dinero a cambio de hacer las tareas del hogar convierte un acto
altruista en una transacción comercial y disminuye así la motivación y el
desempeño.
Discriminar
bien el tipo de tarea. Para desarrollar
conductas prosociales como la empatía, las tareas deben ser una rutina y no
estar focalizadas en el auto-cuidado (limpiar el propio cuarto o hacer la
cama), sino en el de la familia (barrer la casa o lavar la ropa). Incluir a los
niños en la elección de las tareas los incentiva a hacerlas.
Cambie
su modo de hablar. Para mejorar la
colaboración de los niños, Rende sugiere que en lugar de decirles “haz tus
tareas”, les diga “hagamos nuestras tareas”, no como un deber, sino como una
manera de cuidar de los demás.
Dele
buena publicidad. No relacione las
tareas con el castigo. Siempre que se refiera a ellas, hágalo de forma
positiva, o al menos neutra. Si se queja de tener que lavar los platos, también
sus hijos se quejarán.
JENNIFER
BREHENY WALLACE
The Wall Street Journal
The Wall Street Journal
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