Una investigadora del equipo de EEUU en la base del Chacaltaya. Oroboros.at |
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / La Razón).- La investigación “encubierta” que realizó un
equipo de científicos de EEUU en Bolivia, tenía bases en el cerro Chacaltaya y
en Coroico, según una fuente que coordinó la logística con los científicos y
los “conejillos de indias”, a quienes tenían cosechando coca y café.
El grupo estaba liderado por el investigador estadounidense Robert Corwine
Roach Jr. y, en principio, tomó contacto con el Instituto Boliviano de Biología
de Altura y el presidente del Club Andino Boliviano, Wálter Laguna, de acuerdo
con una fuente que solicitó mantener su identidad en reserva.
La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, sostuvo que el equipo de Roach
Jr. estaba formado por al menos 24 personas y que arribó para realizar pruebas
para la adaptación de soldados destinados a acciones militares en Afganistán.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, anunció que Bolivia reclamará a EEUU
por violar la soberanía del país, ya que el científico ingresó al país como
“turista” y “por un día”, pero se quedó tres meses.
El entrevistado dijo a La Razón que, aparentemente, las averiguaciones
estaban destinadas a medir los efectos de la altura en deportistas, pero hubo
acciones que sembraron dudas, como el hecho de que los grupos debían permanecer
por más de dos semanas en un clima cálido, para luego ser trasladados
“raudamente” al Chacaltaya.
Reveló que ese equipo también realizó un convenio con el Laboratorio de
Física Cósmica, dependiente de la Universidad Mayor de San Andrés, “para
utilizar las instalaciones de Chacaltaya, el refugio, y hacer sus estudios. Se
pusieron en contacto con el Instituto de Física Cósmica y les pagaron un
alquiler, y lo mismo a la cabaña del Club Andino Boliviano”.
Operación. Además de la base en el Chacaltaya, contrataron el hotel Cerro
Verde de Coroico. Allí “tenían a una parte de los sujetos haciéndoles cosechar
coca y café durante 16 a 17 días”. Otro grupo se quedó en la reserva de Senda
Verde, en Yolosa (a 7,5 kilómetros de Coroico), que acoge a especies que
nacieron en cautiverio o fueron rescatadas tras ser arrancadas de su hábitat
natural. Fue allí que varios miembros del equipo se quedaron como
“voluntarios”. “Los tenían trabajando (...) decían que eran estudiantes de la
universidad, les daban viáticos de $us 15 a cada uno”, relató.
El ministro Romero, con base en declaraciones del mismo Roach Jr. (14 de
enero de 2012, The Denver Post), denunció que los estudios tenían
financiamiento del Departamento de Defensa de EEUU por $us 4 millones y que
responden a una “concepción belicista”, que no condice con la relación pacífica
entre Estados. Las bases a diferente altura sobre el nivel del mar ayudarían
al estudio. “Subían a su gente desde Coroico hasta Chacaltaya de un rato a otro
(...), eran usados como conejillos de indias”, comentó la fuente.
Las bases del acuerdo marco
Denuncia
Estados Unidos y Bolivia firmaron un acuerdo de respeto mutuo el 7 de
noviembre de 2011. El convenio marco bilateral establece siete principios y
propósitos, entre los principales: el “respeto a la igualdad soberana y a la
integridad territorial de los Estados”, “el deber de abstenerse de intervenir
en asuntos internos de otro Estado”, “el derecho de cada Estado a elegir, sin
injerencias externas, su sistema político, económico y social”. El ministro de
Gobierno, Carlos Romero, dijo que el caso de Roach Jr. demuestra “permanente
injerencia” de EEUU.
Había ‘estudiantes’ de diferentes naciones
El estudio “encubierto” que desarrolló el científico Robert Corwine Roach
Jr. en el Chacaltaya, entre el 6 de junio y el 15 de septiembre de 2012, no
sólo habría contado con ciudadanos estadounidenses, sino de varias
nacionalidades, reveló a La Razón una de las personas que los vio trabajar de
cerca.
“Los subían desde Coroico hasta Chacaltaya directamente. El viaje debía
realizarse lo más rápido posible para ver si les afectaba la altura y ver las
pruebas genéticas, porque tenían ‘estudiantes’ de diferentes naciones”, indicó.
El relato hace mención a que en el laboratorio del Chacaltaya permanecían un
día y medio y retornaban a Coroico.
Al parecer ninguno tenía porte militar, entre ellos sólo se distinguían dos
grupos, uno de científicos y otro de los “sujetos, que iban y venían (entre
Chacaltaya y Coroico), que eran los conejillos de indias” y supuestamente
“usaban drogas que no estaban autorizadas por el FDA (Food and Drug
Administration)”.
Mientras estaban en la cumbre, los colocaban en bicicletas, en una máquina
caminadora y los tenían viendo sus reacciones, según raza y tipo. “La idea es
que tenían que actuar como soldados, que estaban a 1.400 metros de altura y
subían a 5.500 metros de altura”. Aparentemente, no sólo eran 24 entre investigadores
y “deportistas” estudiados, acotó.
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