"No se nos trata como amigos de los bolivianos, sino como a
delincuentes", apuntó un comunicado de la empresa india que lamenta que el
gobierno "maltrata y persigue a los inversionistas extranjeros que han
introducido millones de dólares en la economía de Bolivia".
Tras rescindir el contrato de riesgo compartido para explotar hierro del
cerro Mutún, frontera con Brasil, Jindal anunció además que "mediante la
vía legal que corresponda, ejercitaremos nuestro derecho al pago de todos los
daños y perjuicios".
El contrato fue disuelto en medio de acusaciones cruzadas, con el gobierno,
de incumplimiento.
Según fuentes de la firma, el gobierno pidió a Jindal un depósito bancario
de 2.100 millones de dólares como prueba de que tiene disponibilidad para
financiar la explotación del yacimiento de hierro Mutún, pero el ministro de
Minería, Mario Virreira, negó la versión.
La empresa india había prometido invertir en el primer tramo del proyecto
unos 600 millones de dólares, pero ello no ha ocurrido, según el gobierno, que
entre 2010 y 2012 ejecutó por ese supuesto incumplimiento dos boletas de
garantía por un valor total de 36 millones de dólares.
La compañía alega como motivo del lento desarrollo de su trabajo la falta
de gas natural para operar sus equipos, suministro que está a cargo de la
petrolera estatal YPFB.
Además de "acudir a las instancias que correspondan" por la
disolución del contrato, Virreira anunció que el gobierno iniciará "un
proceso de licitación para remplazar a la Jindal".
Según el contrato suscrito en 2007 entre la empresa minera estatal ESM y
Jindal, el complejo siderúrgico debía producir en una primera etapa cinco
millones de toneladas métricas (Tm) de pellets (hierro esponja) y otros dos
millones de Tm de hierro. En una segunda fase debía producirse acero.
Santa Cruz, 18 julio 2012
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