TRUMP Y ZELENSKI
EL ALTO, BOLIVIA (ANB / Actualidad RT).- En las últimas semanas, el notable avance de las fuerzas rusas hizo que las tropas ucranianas huyeran en masa de sus posiciones, dejando atrás armas y equipamiento militar.
El
Ejército ruso ha logrado liberar completamente la provincia de Kursk, que
estaba parcialmente controlada por las tropas ucranianas desde su incursión del
pasado mes de agosto.
Así,
el vocero presidencial ruso, Dmitri Peskov, afirmó este sábado que el jefe del
Estado Mayor General de las FF.AA. y primer viceministro de Defensa, Valeri
Guerásimov, ya ha comunicado la noticia al presidente Vladímir Putin.
"La
aventura del régimen de Kiev ha fracasado por completo, y las enormes pérdidas
sufridas por el enemigo, incluso entre las fuerzas más preparadas para el
combate, entrenadas y equipadas, incluso con material occidental, como unidades
de asalto y fuerzas especiales, repercutirán sin duda en toda la línea de
contacto", afirmó Putin.
"La
derrota completa del enemigo en la zona fronteriza de Kursk crea las
condiciones para nuevas acciones exitosas de nuestras tropas en otras zonas
importantes del frente y acerca la derrota del régimen neonazi", añadió.
Asimismo,
el mandatario felicitó a los soldados rusos por "este éxito y esta
victoria". "Les doy las gracias por su valor y heroísmo, por su
servicio a nuestra patria y al pueblo de Rusia", concluyó.
En
las últimas semanas, el notable avance de las fuerzas rusas hizo que las tropas
enemigas huyeran en masa de sus posiciones, dejando atrás armas y equipamiento
militar, incluido aquel de fabricación occidental, mientras los drones rusos
eliminaban en masa blindados que pretendían escapar por la 'carretera de la
muerte'.
No
obstante, los meses de ocupación se saldaron con miles de residentes que
perdieron sus hogares y graves crímenes perpetrados por los militares
ucranianos contra civiles rusos.
Incursión
El
6 de agosto de 2024, las FF.AA. de Ucrania empezaron una incursión en la
provincia de Kursk. Sus formaciones se hicieron con el control de la ciudad de
Sudzha, así como de varias otras localidades.
Desde
el Ministerio de Defensa ruso comunicaron que las tropas de Kiev lograron
apoderarse de un total de 1.268 kilómetros cuadrados. No obstante, para el 17
de enero, las fuerzas rusas ya habían recuperado unos 800 kilómetros cuadrados,
equivalentes al 63,2 % de los territorios ocupados y este 12 de marzo ya fueron
liberados más de 1.100 kilómetros cuadrados (más del 86 %).
Avance
del Ejército ruso
El
avance de las tropas rusas en esta región se intensificó en las últimas
semanas. Sus acciones decisivas hicieron que los soldados ucranianos huyeran en
masa de Sudzha y sus proximidades.
No
obstante, la liberación de Sudzha se convirtió en un momento crucial de la
derrota de las FF.AA. ucranianas en el área, ya que la ciudad tenía una
importancia estratégica para ellas, al ser su principal centro logístico, a
través del cual se abastecían en el territorio ocupado.
Tras
perder esta localidad clave, Kiev ya no tenía posibilidades de mantener sus
tropas en la provincia.
La
liberación de Sudzha fue precedida por el histórico operativo supersecreto de
las fuerzas rusas que influyó significativamente en el curso de la derrota de
sus adversarios.
Unos
600 militares rusos caminaron más de 15 kilómetros por un gasoducto vacío
subterráneo para atacar por sorpresa las líneas enemigas en ese distrito desde
la retaguardia.
En
total, durante los combates en la provincia de Kursk, Ucrania ha perdido más de
76.000 militares, más de 7.700 unidades de técnica militar, incluidos 412
tanques, 341 vehículos de combate de infantería, 314 vehículos blindados de
transporte de tropas, así como 2.297 otros vehículos blindados de combate y
2.803 automóviles. El Ministerio de Defensa ruso también indicó que Ucrania
perdió 647 unidades de artillería autopropulsada y cañones de artillería de
campaña, así como 64 lanzamisiles múltiples, incluidos 15 HIMARS y siete MLRS
de fabricación estadounidense.
También
fueron destruidos 31 lanzadores de sistemas de misiles antiaéreos, 11 vehículos
de transporte-carga, 134 estaciones de guerra electrónica, 13 radares de
defensa aérea y 22 radares contra-batería. Según la institución, las perdidas
de Kiev incluyeron 64 unidades de ingeniería y otros equipos, incluidos 23
vehículos de demolición de ingeniería, una unidad de desminado UR-77, cinco
vehículos de tendido de puentes, un vehículo de reconocimiento de ingeniería,
así como 16 vehículos blindados de recuperación, un vehículo de mando y estado
mayor y cinco radares electrónicos de reconocimiento.
El
pasado 12 de marzo, Putin llegó a uno de los puntos de control del Ejército
ruso en la provincia de Kursk para una reunión con mandos militares.
"Nuestra tarea es derrotar al enemigo atrincherado en la provincia de
Kursk lo antes posible, en el menor tiempo posible", instó el jefe del
Estado y comandante en jefe.
Por
su parte, Guerásimov reportó al presidente que la agrupación ucraniana en Kursk
ya estaba aislada y estaba siendo destruida sistemáticamente. Además, subrayó
que los militares rusos cruzaron la frontera en varios lugares y entraron en la
provincia ucraniana de Sumy.
En
este contexto, Putin planteó una nueva misión ante los militares: "Pensar,
especialmente, en crear en el futuro una zona de seguridad a lo largo de la
frontera estatal".
Objetivos
fallidos de la incursión
El
mandatario ruso explicó meses atrás que la incursión de las tropas de Kiev en
Kursk perseguía motivos políticos, así como buscaba detener la exitosa ofensiva
del Ejército ruso en Donbass y prolongar aún más las hostilidades para no
levantar la ley marcial impuesta en Ucrania.
"Сuando
se levante la ley marcial, será necesario celebrar inmediatamente elecciones
presidenciales, y está claro que las actuales autoridades no están preparadas
para ello. Tienen pocas posibilidades de ser reelegidas. Y por eso no les
interesa un alto el fuego", afirmó.
Putin
también subrayó que el régimen de Kiev no había logrado ninguno de sus
objetivos.
Por
su parte, durante la reunión con el presidente ruso en la provincia de Kursk,
el general Guerásimov declaró que el régimen de Kiev quería crear en la región
un punto de partida estratégico "para su uso posterior como moneda de
cambio en las posibles negociaciones con Rusia".
Además,
explicó que el mando ucraniano pretendía aprovechar la incursión para detener
el avance de las tropas rusas y para que se retirara parte de ellas de Donbass.
Guerásimov evaluó que ambos planes del enemigo "han fracasado
completamente".
El
propio líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski, reconoció que intentaba
aprovechar la incursión como "moneda de cambio" para fortalecer su
posición en posibles negociaciones con Rusia o, simplemente, realizar un
intercambio directo de territorios ocupados en esta región por alguno de los
que pasaron a formar parte del país euroasiático.
"Intercambiaremos
un territorio por otro", dijo Zelenski al diario The Guardian el pasado 11
de febrero. En respuesta, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, afirmó
que dichas declaraciones trataban de ocultar la verdadera magnitud del desastre
sufrido por las tropas ucranianas en la provincia de Kursk.
Por
su parte, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, tachó de imposible la
idea de intercambio de Zelenski. "No es posible. Rusia nunca ha discutido
y no discutirá el tema de canje de su territorio y, por supuesto, las unidades
de Ucrania serán expulsadas" de allí, aseveró.
Central
nuclear de Kursk
En
octubre pasado, el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia
(SVR, por sus siglas en ruso), Serguéi Naryshkin, reveló que durante su
incursión el Ejército ucraniano planeaba tomar el control de la central nuclear
de Kursk y minarla. "Según la información de la que dispone el SVR, el
plan del ataque terrorista incluía la toma y colocación de minas en la central
nuclear de Kursk", afirmó el funcionario.
"Si
este plan se hubiera llevado a cabo, Europa se habría enfrentado a una
catástrofe medioambiental y humanitaria comparable a la de Chernóbyl",
dijo.
Agregó
que, de acuerdo con los datos del SVR, los servicios de inteligencia
occidentales, principalmente el MI6 británico, entrenaban sistemáticamente a unidades
de Ucrania para organizar provocaciones en varias plantas nucleares de Rusia.
Poco
después, Zelenski dijo a la prensa que su Ejército simplemente "no
quiso" llegar hasta la planta en cuestión. "Si hubiéramos querido
apoderarnos de su central nuclear, lo habríamos hecho, podríamos haberlo hecho,
pero nunca quisimos hacerlo", sostuvo.
Crímenes
de Kiev contra civiles
Tras
el ingreso de las fuerzas ucranianas a la provincia de Kursk, las autoridades
rusas declararon una operación antiterrorista en la región e introdujeron el
estado de emergencia federal.
En
la primera semana, unos 121.000 de residentes fueron evacuados de la zona
fronteriza. Para el 22 de agosto, el entonces gobernador local en funciones,
Alexéi Smirnov, indicó que al menos 133.190 personas ya habían abandonado la
zona de emergencia para ser reubicados en lugares seguros.
No
obstante, no todos lograron salir de los pueblos ocupados, donde permanecían
unos 2.000 habitantes y cuyo destino era "desconocido", según reportó
el gobernador en su momento al presidente.
Además,
los militares ucranianos capturados en el área testificaron que tenían órdenes
de disparar contra la ciudadanía. Así, uno de ellos abrió fuego contra coches
civiles, matando a una mujer embarazada que junto con su familia intentaba
salir de la zona de ataque.
A
lo largo de varios meses, las autoridades rusas investigaron y confirmaron la
implicación de soldados ucranianos en crímenes atroces contra la población de
la provincia de Kursk. Uno de los casos más relevantes fue el hallazgo del
cadáver de un veterano de la Segunda Guerra Mundial con signos de tortura en el
distrito de Sudzha. El anciano "sobrevivió a los nazis, pero no sobrevivió
a los neonazis", lamentó Zajárova.
Varios
miembros de la 92.ª brigada de asalto ucraniana cometieron atrocidades contra
civiles rusos en la localidad de Rússkoye Poréchnoye, en el distrito de Sudzha.
Entre el 28 de septiembre y el 24 de noviembre del año pasado, asesinaron a 11
hombres y 11 mujeres, ocho de las cuales fueron violadas y sufrieron otros tipo
de abusos.
Los
combatientes ucranianos mataron con un dron a un niño de siete años en el
poblado de Nikoláyevo-Dárino cuando el pequeño intentaba refugiarse en el
sótano de una casa.
Asimismo,
en el recientemente liberado pueblo de Cherkásskoye Poréchnoye, los militares
rusos descubrieron múltiples cadáveres de civiles. La mayoría de los fallecidos
eran jubilados con claros indicios de muerte violenta: algunos cadáveres carecen
de extremidades, mientras que otros tenían huellas de disparos en la cabeza. En
una casa encontraron el cuerpo de una persona con discapacidad que fue golpeada
antes de morir.
"Todas
las personas que se encuentran en el territorio de la provincia de Kursk, que
cometen aquí crímenes contra la población civil, que se oponen a nuestras
Fuerzas Armadas, a las fuerzas del orden y a los servicios especiales, son
terroristas", declaró Putin el 12 de marzo.
El
presidente ruso también recordó que los mercenarios extranjeros no están
protegidos por el Convenio de Ginebra de 1949, que refiere al trato debido a
los prisioneros de guerra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ANBOLIVIA te invita a ser el quinto poder, opina...con respeto
DEJA TU OPINIÓN EN:
TW: @ANBOLIVIA
TW: @ANBdigital
F: https://www.facebook.com/anboliviadigital