CIENCIA GLOBAL
ALEMANIA (ANB / Información de DW Noticias).- La increíble lentitud del pensamiento: la ciencia ha puesto cifras a la velocidad del pensamiento humano, y el resultado es tan fascinante como desconcertante.
Investigadores
del Instituto de Tecnología de California (Caltech) han cuantificado uno de los
procesos más intrigantes del universo conocido: la velocidad de nuestro propio
pensamiento. Y el resultado ha dejado a la comunidad científica perpleja,
revelando que nuestro procesamiento consciente de información operaría a una
modesta velocidad de 10 bits por segundo.
Para
contextualizar esta sorprendente cifra, consideremos nuestra realidad digital
cotidiana: mientras nuestros pensamientos procesan información al ritmo de un
goteo constante, la transmisión de un video de alta definición requiere unos 25
millones de bps y la velocidad de descarga en un hogar típico estadounidense es
de unos 262 millones de bps.
Resulta
aún más impactante si contextualizamos esta cifra con nuestra propia biología:
nuestro sistema nervioso periférico absorbe información del entorno a la
asombrosa velocidad de mil millones de bits por segundo, mientras que nuestra
mente consciente solo consigue procesar una ínfima fracción de ese torrente de
datos.
Esta
asimetría fundamental o cuello de botella neurológico plantea interrogantes
fundamentales sobre la arquitectura de nuestra cognición: ¿por qué nuestra
consciencia, con toda su sofisticación evolutiva, solo puede procesar un
pensamiento a la vez, mientras nuestros sistemas sensoriales manejan
simultáneamente miles de entradas? Además, otra pregunta crucial, como señala
Markus Meister, coautor del estudio publicado en Neuron, se vuelve inevitable:
"¿Qué hace el cerebro para filtrar toda esta información?"
El
estudio
Para
entender mejor esta brecha, Meister, junto a la investigadora Jieyu Zheng,
analizaron diversas actividades humanas. Por ejemplo, examinaron la velocidad
de mecanografiado de expertos que teclean textos en inglés. Según sus cálculos,
esa actividad indica que, en condiciones controladas, nuestro cerebro maneja
unos 10 bits de información por segundo. En un contexto menos predecible, como
escribir secuencias de caracteres aleatorios, el ritmo de tecleo cae
drásticamente, reforzando la idea de que dependemos de la estructura interna
del lenguaje para mantener cierta rapidez.
Otro
caso es el de los videojuegos: se han medido tareas como jugar al Tetris o
resolver cubos de Rubik con los ojos vendados (cerca de 12 bits/s), así como el
desempeño de gamers profesionales en juegos de estrategia en tiempo real
(aproximadamente 10 bits/s). Cada una de estas actividades, según datos
compartidos por IFL Science y Science Alert a partir de la misma publicación,
refuerza la conclusión de que la capacidad de procesamiento consciente se
mantiene en un margen muy similar.
"Es
una cifra extremadamente baja", señala Meister en un comunicado de
Caltech. "Cada instante extraemos solo 10 bits del billón que captan
nuestros sentidos y utilizamos esos 10 para percibir el mundo que nos rodea y
tomar decisiones", agregó.
Esta
limitación plantea así las intrigantes preguntas para la neurociencia. Por
ejemplo, ¿por qué tenemos más de 85.000 millones de neuronas si pensamos tan
lentamente? ¿Y por qué nuestro cerebro solo puede procesar un pensamiento a la
vez, en lugar de trabajar en paralelo como lo hacen nuestros sistemas
sensoriales?
Una
explicación evolutiva
Los
investigadores sugieren una explicación evolutiva: simplemente no necesitábamos
ir más rápido. "Nuestros antepasados han elegido un nicho ecológico en el
que el mundo es lo suficientemente lento como para hacer posible la
supervivencia", explican en su estudio. En otras palabras, esa velocidad
de procesamiento fue suficiente para mantenernos vivos y prósperos como
especie; cuando lo importante es la supervivencia, con predecir dónde estará el
depredador o la presa a continuación puede bastar.
En
ese sentido, según los investigadores, nuestro cerebro posiblemente heredó su
arquitectura de los sistemas nerviosos simples de organismos primitivos, que
utilizaban el cerebro principalmente para navegar, acercarse a la comida y
alejarse de los depredadores. "El pensamiento humano puede verse como una
forma de navegación a través de un espacio de conceptos abstractos",
escriben Meister y Zheng.
Los
límites del cerebro: ambiciones tecnológicas
Este
descubrimiento también pone en perspectiva algunas ambiciones tecnológicas
actuales. Los sueños de interfaces cerebro-ordenador que aceleren
dramáticamente nuestra capacidad mental podrían enfrentarse a un obstáculo
fundamental: la propia velocidad de nuestra cognición. Como señala IFL Science,
esto sería como intentar conectar una fibra óptica a una Game Boy, el hardware
limitaría inevitablemente el rendimiento.
El
estudio deja más preguntas que respuestas, sobre todo acerca de cómo filtra
nuestro cerebro esa avalancha de información sensorial para quedarse solo con esos
cruciales 10 bits por segundo. Mientras tanto, quizá podamos especular y
considerar que tal vez lo que en un principio podría parecer una limitación
surge, bajo un análisis más profundo, como un posible triunfo de la evolución:
¿podría esta aparente limitación cognitiva ser en realidad una sofisticada
adaptación que nos permite navegar eficientemente en un mundo cada vez más
saturado de información?
Editado
por Felipe Espinosa Wang con información de Caltech, Neuron, Science Alert, IFL
Science y The New York Times.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ANBOLIVIA te invita a ser el quinto poder, opina...con respeto
DEJA TU OPINIÓN EN:
TW: @ANBOLIVIA
TW: @ANBdigital
F: https://www.facebook.com/anboliviadigital