TARIJA
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Este martes, comunarios del cantón Chiquiacá fueron notificados por la Fiscalía con una demanda por “atentados contra la libertad de trabajo” e “impedir o estorbar el ejercicio de funciones”, presentado por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en contra de 20 comunarios que se oponen al ingreso de la petrolera a la Reserva Nacional de Flora y Fauna Tariquía.
“YPFB
nos está demandando a nosotros, no sabemos qué hacer. Ellos no obedecen lo que
las comunidades acordamos. No somos 20 comunarios que estamos obstruyendo,
somos todo el cantón en sí. Nos han dicho que con permiso o sin permiso van a
entrar, ese es el discurso que tienen”, dio a conocer Nelly Coca, dirigente del
cantón Chiquiacá, al Observatorio de Defensores de Derechos de Unitas.
Informó,
además, que la notificación no fue realizada a los 20 comunarios, más al
contrario, los notificadores hicieron llegar el documento a algunos comunarios
que “encontraron en el camino, incluso hasta los nombres no son nuestros, les
ponen otros nombres y otros apellidos”.
Según
el requerimiento fiscal al que accedió el Observatorio de Unitas, el
denunciante es Marcos Carlos Navarro Morales, representante legal de YPFB,
quien denunció a los 20 comunarios luego de que en fecha 1 y 2 de octubre de
2024, éstos impidieron que trabajadores de YPFB y Petrobras ingresen al cantón
de Chiquiacá, con dirección al proyecto exploratorio Domo Oso X3.
“Pese
a que se les explicó que se contaba con las autorizaciones respectivas para
realizar los trabajos, dicho grupo de personas no entendieron razón alguna y no
dejaron pasar al personal, hecho que fue constatado por parte de la Policía
Boliviana de Entre Ríos que se encontraba en el lugar, por lo que con el fin de
no sufrir ningún tipo de agresiones por parte de dicho grupo de personas, el
personal de YPFB y de Petrobras Bolivia SA procedió a retirarse perjudicándose
enormemente la logística y actividades diarias que realiza YPFB, por lo tanto
dichas personas inescrupulosas con los mencionados bloqueos están causando un
daño económico a YPFB y por ende al Estado”, se lee en la denuncia instaurada
por Navarro.
El
requerimiento fiscal establece la realización de la audiencia dentro de las
próximas 24 horas luego de hecha la notificación, y establece que “en caso de
inconcurrencia a audiencia señalada se librará mandamiento de aprehensión”.
Desde
hace varios meses, los comunarios de Chiquiacá se encuentran movilizados y en
vigilia permanente para evitar el ingreso de las petroleras.
De
acuerdo con Coca, el 80% de las comunidades del cantón Chiquiacá están en
contra del ingreso de YPFB y Petrobras a la reserva natural. Incluso, cuentan
con una resolución cantonal que rechaza la exploración petrolera en el lugar.
Lamentó
que a través de la prebenda, engaños y promesas se esté pretendiendo “comprar
conciencias” de las comunidades del cantón.
“Nos
han mareado la perdiz, todas las comunidades estábamos de acuerdo en defender
la reserva, contamos con un voto resolutivo y definitivamente se dijo que no
vamos a permitir la entrada. Ellos nos han dado largas, también reuniones, han
pedido que cada comunidad saque su voto resolutivo para saber cuántas quieren o
no. Hay algunas comunidades en las que han comprado conciencias”, denunció la
defensora de su territorio.
Recientemente,
a través de un comunicado, la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios
Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap) denunció una
serie de actos de acoso, intimidación, chantajes y prebendas ejercidos por
Petrobras y YPFB en contra de las comunidades de Tariquía.
“Denunciamos
que entre los meses de junio, julio y agosto del presente año, Petrobras y
YPFB, junto a grupos y sectores afines al partido gobernante, comenzaron una
campaña de acoso, intimidación, chantajes, prebendas y promesas inverosímiles
para que las comunidades den su aceptación (para la exploración petrolera);
pero lo que más bien han provocado son graves divisiones y fracturas internas
en las comunidades, con peleas incluso al interior de las familias”, se lee en
el comunicado de Contiocap.
La
Alianza de Defensores/as de Derechos Humanos de Tarija calificó la acción como
una “respuesta represiva” y desestima el papel de las y los defensores
ambientales en la protección de la naturaleza.
“Defender
el medio ambiente y los derechos de las comunidades reconocidos por la CPE no
es un delito ni implica dolo. La resolución de este conflicto debe basarse en
el respeto a los derechos humanos, la autodeterminación de los pueblos y la
concertación, no en la criminalización de quienes defienden el medio ambiente”,
cuestionó la alianza, que exige al Estado archivar de inmediato el proceso
penal.
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