CATÁSTROFES CHILE
CHILE (ANB / Información de DW Noticias).- DW habló con expertos sobre las causas de los catastróficos incendios de la región de Valparaíso y cómo enfrentar la situación.
Chile es escenario prácticamente
cada verano de voraces incendios forestales, pero los de este fin de semana han
sido devastadores. Se habla de la peor catástrofe desde el terremoto de 2010. A
más de 120 se eleva ya el número de muertos que han dejado estos incendios en
la región de Valparaíso, según datos del Instituto Médico Legal. ¿Cómo llegó a
alcanzar esta magnitud la tragedia, en la que se habla de casi 17 mil hectáreas
devastadas?
"No es que Chile esté mal
preparado. Lo que sucede es que estamos viendo emergencias nunca antes vistas
en la historia de la protección frente a desastres”, dice a DW Miguel Castillo,
director del Laboratorio de Ingeniería de Incendios Forestales de la
Universidad de Chile. Afirma que el país está en un profundo cambio en sus
sistemas de emergencia y primera respuesta, y que ha habido avances
sustantivos, por ejemplo, en materia de alerta temprana. Castillo considera que
no se bajó la guardia. "Detección oportuna sí la hubo, pero la rápida
propagación fue muy nefasta. Aquí se juntó todo: altísima temperatura, viento,
material fino, dirección de avance. Por eso fue la propagación tan violenta en
las primeras horas”, explica.
Un problema social
Xavier Úbeda, doctor en geografía
de la Universidad de Barcelona, se ha dedicado al estudio de los efectos de los
incendios forestales y conoce bien en caso de Chile, donde estuvo en agosto
pasado en una conferencia sobre la materia en la Universidad Católica de
Santiago. "Valparaíso es una zona de muy alto riesgo. El fuego sube por
las cañadas”, indica en conversación con DW, subrayando uno de los aspectos que
dio un carácter tan fatídico a lo ocurrido ahora: "Este es un incendio de
interfase urbano-forestal. Estamos hablando de incendios que tienen lugar en
una zona en que hay mucha vegetación, pero además hay casas. Y está comprobado
que, en muchas ocasiones, las casas son más inflamables incluso que la
vegetación del bosque”.
Se trata en su mayoría de
viviendas de sectores más vulnerables de la población. "Aquí detrás hay,
evidentemente, un problema de planificación y hay un problema social”, dice el
académico español. "Pero los incendios no saben de esto. Los incendios van
a tener lugar porque hace mucho calor, porque hay mucho combustible. Mucha
vegetación que se puede quemar”, acota Úbeda.
Por su parte, el ingeniero
forestal chileno coincide en que es necesario hacer "una evaluación de
conjunto, porque este es un tema social. Este ya no es un tema forestal. No es
un tema de cuántas hectáreas se quemaron de vegetación. Se requiere regulación
del uso del suelo, infraestructura crítica, infraestructura vial. Este es un
problema multifactorial”, dice Miguel Castillo.
El chileno subraya que "la
gravedad de la catástrofe no hay que mirarla desde el punto de vista de las
áreas afectadas, sino de la
infraestructura dañada, del daño ecológico y patrimonial y, sobre todo, de los fallecidos”.
No es solo cuestión de recursos
¿Qué hacer ante fenómenos como
este, por lo demás recurrentes? Xavier Úbeda plantea que, por lo pronto, es
necesario dotar a los habitantes de zonas en riesgo de herramientas para poder
reaccionar a la emergencia y ponerse a salvo. Eso se hace ya en Chile, por
ejemplo, para casos de tsunami, situaciones en las que la población conoce las
vías de evacuación.
El académico de Barcelona subraya
que, después de la etapa de duelo, habrá que pensar en cómo hacer las cosas
mejor. "No podemos volver a repetir el mismo modelo. No se puede volver a
construir casas en los lugares donde están. El modelo de urbanizar cerros es un
problema. Y con el cambio climático, aún más”, dice, pensando no solo en
incendios, sino también en deslizamientos de tierra o aluviones.
A su juicio, eso es lo principal.
"En España, los mismos bomberos dicen que lo que se necesita no son más
hidroaviones, lo que se necesita es prevención y gestión del territorio. Hay
que intentar que estos asentamientos vayan a menos y gestionar el terreno para
que la carga de combustible sea menor. Hay lugares que tienen muchísimos medios
y también tienen incendios catastróficos. Por ejemplo, California. En Estados
Unidos, la potencia económica mundial, tienen el mismo problema”, destaca
Úbeda.
"No es un tema de recursos.
Es un tema de organización, de oportunidad de respuesta y también de conciencia
de la población”, plantea a su vez Castillo, aunque reconoce que hace falta
regulación sobre cuáles son las zonas en que debería haber una exclusión total
de construcciones. Pero puntualiza que aún hay que analizar lo ocurrido y
también "investigar las causas de los incendios. Toda la evidencia indica
que esto fue intencional”.
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