Dio
señal de ignorancia, dice Salazar
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- El exrepresentante Permanente de Bolivia ante la
Organización de Estados Americanos (OEA), Fernando Salazar Paredes, descalificó
la gestión de Diego Pary en ese organismo, porque dio “señal de ignorancia e improvisación”,
que repercute en contra de los intereses del país.
El
abogado internacionalista en el artículo “Interés nacional, política exterior
barroca y diplomacia troglodita”, publicado en Página 7, cuestionó la conducta
asumida por el actual diplomático en el manejo de la crisis venezolana y
recuerda que el concepto de interés está definido en términos de poder.
“Frente
a un problema delicado y complicado, aparentemente, le venció el miedo e
improviso un autoritario subterfugio para evadir la reunión. Un representante
con oficio diplomático hubiera presidido la reunión y hasta habría morigerado
el contenido de la resolución o, inclusive, la habría postergado antes de la
votación”, afirmó.
El 31
de marzo pasado, Pary, que recientemente había asumido la presidencia del
Consejo Permanente de la OEA, decidió suspender una sesión solicitada por 20
países, arguyendo que fue una “convocatoria inconsulta y sin entregar
información alguna a Bolivia”.
Señal
negativa para Bolivia
Salazar
Paredes indicó que los efectos que arrastró ese intento de suspensión de la
sesión que abordó posteriormente el tema de Venezuela fueron desastrosos para
el país.
“El
representante en la OEA ha dado una perjudicial señal de ignorancia, temor,
improvisación y autoritarismo en el momento de asumir sus funciones. Ignorancia
es desconocimiento de los reglamentos”, mencionó.
La
exautoridad representó a Bolivia ante la OEA y también ante la Organización de
Naciones Unidas. Fue autor y negociador de la resolución de la OEA de 1983 sobre
el problema marítimo, la única que fue acompañada por Chile y que es una de las
bases de la demanda ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Sobre
el intento de suspensión, Salazar condenó a Pary, indicando que “prefirió optar
por la vía del desastre” y definiendo su presidencia con una imagen de poca
eficacia y nula credibilidad.
“Para
tratar de recuperar el prestigio perdido, tuvo que ser el Canciller quien
retome la presidencia pro tempore del Consejo Permanente (situación por demás
extraña)”, agregó.
El
diplomático advirtió que esta “desbalanceada posición” tendrá sus consecuencias
en contra de Bolivia.
“Una
política exterior barroca y una diplomacia troglodita son una afrenta a los
intereses nacionales permanentes”, concluyó.
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