Los médicos dijeron que no sobreviviría, pero Ana tiene ahora 24 años y asegura que se puede ser feliz teniendo microcefalia. |
ESPAÑA (ANB / tomada de: bbc mundo).- Ana Carolina Cáceres vive en Campo Grande, Brasil, y nació
con microcefalia, una enfermedad que hace que el tamaño del cráneo sea inferior
al de la media y que se cree puede estar vinculada con el virus zika, que está
causando estragos en América Latina.
Los
médicos dijeron que no sobreviviría. Hoy tiene 24 años.
"Cuando
leí un reportaje sobre un proyecto del Tribunal Federal Supremo para permitir
el aborto en casos de microcefalia, me lo tomé como algo personal. Me sentí
ofendida y atacada", le contó Cáceres al periodista de BBC Brasil, Ricardo
Senra.
"No
va a caminar, no va a hablar y, con el tiempo, entrará en un estado vegetativo,
hasta morir", fueron las palabras
que pronunció el doctor cuando nació.
Los
doctores, como mucha gente hoy en día, se equivocaban.
Existen diversos
grados de microcefalia, un trastorno neurológico que afecta al tamaño de la
cabeza y que suele ir asociado a un retraso mental.
Las
investigaciones de la Clínica de Cleveland, en Ohio (EE.UU) reflejan que en el
15% de los casos los nacidos con microcefalia tienen una inteligencia normal.
Prejuicios
"Mi
padre dice que comencé a caminar de repente. Con 1 año, vi a un cachorro
pasando y me levanté para ir detrás de él", explica Cáceres.
"Crecí,
fui a la escuela, me gradué y entré a la universidad. Ahora soy
periodista y escribo en un blog".
La
joven brasileña asegura que escogió esa carrera para "dar voz" a las
personas con microcefalia que, como ella, "no se sienten
representadas".
"Quiero
ser una portavoz de la microcefalia y, como proyecto de fin de curso,
escribí un libro sobre mi vida y la de otras cinco personas con este
síndrome".
Con
la explosión de casos en Brasil vinculada con el virus zika, la necesidad de
información es cada vez más importante, pues abundan los prejuicios respecto al
trastorno, dice la joven.
Situación
complicada
Casos como el de Cáceres ponen de relieve que la microcefalia no siempre es tan grave; pueden darse problemas serios, pero no siempre.
Ana tuvo que someterse a cinco cirugías y contó con la ayuda de toda su familia para superar las dificultades. |
"Quienes
optan por el aborto no dan la posibilidad de que el niño sobreviva, como
sucedió conmigo y con tanta gente que trabaja, estudia y hace cosas normales, y
que tienen microcefalia".
"Las
madres de esas personas no optaron por el aborto y por eso existimos",
explica Cáceres.
Pero
la decisión no es fácil. En el caso de la familia de la joven, fue "toda
una batalla".
"Somos una
familia humilde. Mi padre es técnico de laboratorio y estaba desempleado
cuando yo nací. Mi madre, auxiliar de enfermería, trabajaba en un hospital, y
gracias a eso teníamos un seguro médico".
Cáceres
cuenta que sus padres tuvieron que recortar gastos y frenar las obras en su
casa para ahorrar dinero.
El
seguro médico cubre algunas cosas, como el parto, pero algunas otras pruebas,
que son muy caras, no están financiadas.
La
familia entera se reunió -tíos, tías, gente de un lado y de otro- y cada
uno aportó lo que podíapara conseguir el dinero necesario para costear las
pruebas y cirugías.
En
total, tuvo que someterse a cinco operaciones, la primera a los 9 días de vida,
para solucionar un hundimiento en su rostro que le impedía respirar.
Y
padeció convulsiones durante toda su infancia, algo que, según Cáceres, tendrá
todo el que tenga de microcefalia, "aunque existen medicamentos que los
controlan".
Medidas
de ayuda
Cuando
Cáceres leyó con más calma el reportaje que tanto le indignó sobre el aborto,
se percató de que el proyecto del Supremo también hablaba de la erradicación
del mosquito que transmite el virus zika, pues se está estudiando el vínculo
entre éste y los casos de microcefalia.
Y el
documento también defendía la adopción de medidas para ayudar a las madres que
tienen niños con microcefalia, así como una política sexual más amplia,
incluyendo la distribución de preservativos.
"Eso
me tranquilizó. Yo creo que el aborto tan sólo resolvería el problema de manera
paliativa. Lo más importante es el tratamiento: asesoramiento
psicológico, fisioterapia y neurología. Todo ello desde el
nacimiento", explica.
Cáceres
sabe que la microcefalia "puede traer consecuencias más graves" de
las que tiene ella, y es consciente de que no todo el mundo tendrá las
oportunidades que ella tuvo.
"Lo
que yo recomiendo a las madres que están viviendo esta situación es que se
tranquilicen y que no se desesperen".
La
joven también aconseja que "sobretodo, busquen a un neurólogo,
preferentemente antes de que nazca el bebé".
"También
deben contactar a madres de otros niños con microcefalia. En Facebook, por
ejemplo, existen grupos de madres que tienen incluso varios niños con este
síndrome y trabajan todos los días, sin dificultad".
"Si
todavía hay madres que prefieren abortar, no puedo interferir en ello, la
elección es suya".
"Lo
único que puedo hacer es darles lo más importante: información. Y cuanta más,
mejor", explica.
"Eso
fue lo que me llevó al periodismo y a ser todo lo que soy hoy en día: una mujer
plena y feliz".
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