LAS DEUDAS SOBREVIVEN AL FUEGO

LA PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- Ángel se prestó dinero del banco para llenar su almacén, sin embargo, a menos de dos semanas de que llegue la navidad, el local en el que vendía ropa quedó hecho polvo por el fuego, surgido de quién sabe dónde, que redujo a cenizas el trabajo de toda su vida, que lo dejó en calle, y lo único que tiene hoy son deudas.

    "Se ha perdido casi todo, tal vez algunas cositas (se pueden rescatar), es casi todo lo perdido. Es el trabajo de una vida, no tengo el dato exacto de cuánto se ha perdido, pero es harto, debemos a bancos a los proveedores", dijo con la voz entre cortada, impotente ante una alfombra de cenizas de todo lo que perdieron los dueños de 14 stands que ocupaban la galería.

    La vieja casona de la calle Jenaro Sanjinés, número 348, conocida por los paceños como la Galería Discolandia, dejaba ver pequeños hilillos de humo y permitía ver zapados, cinturones, ropa, maniquíes, cartones entre otros materiales, calcinados, además de los propietarios de la mercadería que se comerciaba en ese lugar que con lágrimas en los ojos veían con "impotencia" todo su trabajo en cenizas.

    Cerca de 40 mil litros de agua no fueron suficientes para salvar un peso, de los que empezaron a quemarse, cerca a las 9h00 de la noche, hora a la que supuestamente se dio la alerta del fuego.

    Vecinos y personas que estaban cerca del hecho dicen que el dueño de la galería, Miguel Dueri, corría de un lado a otro ante la impotencia de ver que el fuego, que se hizo fuerte, devoraba zapatos, ropa, nylon, plásticos, entre otros objetos, que más que otra cosa, lo alimentaron.

    La representante de todos los mercantes de esa galería, Gloria, doce horas después de que se inicie el siniestro aún guarda lágrimas en los ojos para llorar la pérdida de toda una vida de trabajo, además de la angustia de no saber cómo responder a los bancos el pago de las cuotas que salda de los préstamos que se hicieron para surtir sus negocios para la clientela que los visitaría por las fiestas de fin de año.

    "Es una galería, es una boutique de ropa nueva, es una galería que está dividida en stands, y cada stand tiene su mercadería propia. Ellos han estocado, se han hecho préstamos de los bancos, y ellos pueden demostrar en los bancos cómo se han hecho préstamos", dijo angustiada.

    Otra de las propietarias, sin poder aguantar el llanto, cargado de angustia e impotencia, explicó que lo perdió todo, porque en su negocio invirtió todos sus ahorros, que juntó desde niña.

    "Más de 80.000, 100.000 dólares desde casi mi niñez he trabajado de lunes a lunes, he trabajado", dijo frustrada y cansada de ver y recoger sus sueños hechos cenizas.

    Ahora los dueños de los locales que vendían diferentes artículos se prepararán durante "10 días", aproximadamente, para recibir el informe de las autoridades, buscando una respuesta de dónde se originaron las llamas que consumieron en al menos siete horas el trabajo de varios años.

    "Se está colectando los indicios, primero los ambientes de abajo y luego los ambientes de encima, porque son dos pisos los que ha afectado", dijo el comandante de bomberos, Edwin Lazo, quien además de lamentar el siniestro, se preocupa por la baja de tres de sus 50 hombres, porque tuvieron que ser internados en un hospital con un cuadro clínico de intoxicación por inhalar tanto humo tóxico.

    Sin poder cerrar si quiera las puertas de ingreso a la galería, los dueños de los locales que ocupaban ese centro de negocios se van retirando del lugar, recogiendo en bolsas y saquillos los contados artículos que pueden rescatar, llenos de ropa impregnada de lágrimas convertidas en polvo.