COCHABAMBA, BOLIVIA (ANB / ABI).- La 96ava Asamblea de Obispos se inauguró el
jueves con el pedido de una mayor participación social y de velar por el
respeto a la institucionalidad para frenar la intromisión y la violencia del
narcotráfico, como ocurrió el mes pasado en la localidad de Apolo, La Paz.
'Hechos como este reclaman de
forma ineludible la mayor participación de la sociedad y un respeto a la
institucionalidad', dijo el presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia
(CEB), Oscar Aparicio, al dar lectura a una resolución del sector eclesiástico
católico.
Un grupo de cocaleros ilegales en
Apolo, presuntamente ligados al narcotráfico, emboscó en octubre a efectivos de
la Fuerza de Tarea Conjunta, con el saldo de un médico, dos policías y un
militar muertos, 14 heridos de bala y 15 policontusos.
En ese sentido, Aparicio expresó
la preocupación de los obispos por el incremento del creciente nivel de
violencia y el desprecio por la vida humana que tiene como base el afán de
promover intereses personales y bienes de la tierra.
Recordó que la CEB solicitó una
investigación profunda e imparcial con la participación de instituciones que
velan por los derechos humanos.
En ese contexto, Aparicio subrayó
la obligación de enfrentar la intromisión del narcotráfico en el territorio
nacional, porque 'parece crecer de forma amenazante para todos'.
'El narcotráfico, así como la
producción de cocaína, al ser actividades que se lucran de la muerte están en
contra de los principios básicos de la moral y la ética y van empujando a un
espiral de violencia y muerte con efectos perversos', sostuvo.
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