LA PAZ, BOLIVIA (ANBOLIVIA / Erbol).- “Un Estado se mide por el tipo de inversión”, “el sistema escolar del país es muy malo aunque hay alternativas” y “la inversión en la nutrición de la niñez repercutirá en la calidad de vida” son frases de los técnicos al conocer que cada nueve de cada 10 niños del área rural son pobres y con futuro incierto, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El investigador de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Rolando Barral Zegarra, en entrevista con Erbol Digital, manifestó que el dato de hace décadas del 80 por ciento de pobres y 20 por ciento no pobres no se ha revertido, pero lastimosamente las clases populares como indígenas y campesinos tienen comprometido a la infancia por los niveles de pobreza y falta de políticas públicas estructurales en favor de la niñez porque el Bono “Juancito Pinto”, es un paliativo.
“Un Estado se mide por el tipo de inversión (económica) que hace en su niñez, si estamos así en condiciones adversas (conocimiento), imagínate de 20 a 30 años vamos a tener una juventud desorientada, deseducada y con menos competencias y lastimosamente esa gente es la que más se dedica a la política no a la ciencia y la investigación para aportar (al desarrollo de) nuestro país”, afirmó.
Sin embargo, según datos del Ministerio de Economía y Finanzas sobre el “Presupuesto por cada habitante” en Bolivia, del 48,59 por ciento presupuesto del Órgano Ejecutivo, el 25,48 por ciento está destinado al Ministerio de Defensa, el 23,11 por ciento al Ministerio de Gobierno; sin embargo, sólo el 2,16 por ciento está consignado al Ministerio de Educación y el 6,78 por ciento al Ministerio de Salud.
Barral agregó que con los estudios efectuados pudieron conocer que los niños y niñas con o sin Reforma Educativa están en condiciones iguales y peor cuando desde el Estado se plantea actualmente que en primaria nadie va a reprobar que el mismo fomentaría la “ley de menor esfuerzo” en un sociedad altamente competitiva.
En tanto, Mónica Barreda, docente de la carrera de Nutrición de la UMSA, sostuvo que la población que no tiene suficientes ingresos para proveerse de elementos nutricionales suficientes limita su desarrollo físico y la capacidad de cognición porque uno de los micronutrientes más deficitarios en el país es el hierro que se traduce en anemia.
Pero, “la inversión en el perfil nutricional de la población de la niñez obviamente va a repercutir en la calidad de vida de las próximas generaciones (…) venir del área rural ya se presenta con cierta condicionante biológica, fisiológica y los bajos niveles de alcance de competencia en la formación escolar; entonces, los jóvenes que llegan del área rural y enfrentan la vida universitaria tienen dificultades porque los niveles de conocimientos no están acordes a la (situación) urbana que son exigentes”, dijo Barreda.
En tanto, el académico Rodrigo de Urioste señaló que mediante la investigación de la carrera de Psicología de la UMSA, en 2011, se conoció que los niños de las áreas rurales que viven en tranquilidad y sin polución del medio ambiente también enfrentan una situación de abandono, temor e inseguridad del futuro, aunque hay personas que sobresalen de situaciones muy críticas.
“Lo que vemos (es que la situación es) generalizada del sistema escolar de nuestro país (que) es muy malo más bien aprenden a leer y escribir (pero) sólo el 30 por ciento de los niños. La mayoría de los colegios urbanos y privados llegan a este nivel (deficiente) pero los colegios fiscales y de las zonas rurales la situación es mucho mas (preocupante); entonces, seguramente se compromete el futuro académico y profesional aunque hay muchas alternativas (de emprendedurismo)”, sustentó.
En el Día del Niño boliviano, el 12 de abril, UNICEF señaló que a pesar de los indudables avances macroeconómicos de Bolivia, la situación de pobreza y disparidad que afecta a muchos niños, niñas y adolescentes bolivianos aún no se ha revertido.
El 58 por ciento o casi 6 de cada 10 niños, niñas y adolescentes bolivianos es pobre desde una perspectiva multidimensional; además, 1,7 millones de niños, niñas y adolescentes carecen de vivienda.
Agregó que los niveles de pobreza multidimensional en el área rural son significativamente altos; es decir, de cada 10 niños, niñas adolescentes que residen en el área rural, nueve de ellos “enfrentan situaciones que comprometen el desarrollo de sus capacidades y su futuro”.
La Paz, 13 abril 2012 - J.C.
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