Designación
causó revuelo
Foto: El Nuevo Herald. |
ESPAÑA (ANB / El País).- Maikel José Moreno Pérez, un polémico magistrado, fue
elegido este viernes por unanimidad como el presidente del Tribunal Supremo de
Justicia (TSJ) de Venezuela. La designación ha generado un revuelo en este país
caribeño por el pasado del abogado.
Hasta
hace una semana, Moreno, presidente de la Sala de Casación Penal del TSJ,
ratificó la condena del encarcelado Leopoldo López, exalcalde del municipio
capitalino Chacao, de casi 14 años de prisión por su participación en las
protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro ocurridas en 2014 y en las que
murieron 41 personas.
Pero
el pasado del presidente del Supremo es el que ha provocado estruendosas
críticas. Moreno, que sustituye a la abogada Gladys Rodríguez, es acusado de
haber asesinado a una mujer en el Estado de Bolívar (sur de Venezuela) en 1987.
En esa década trabajaba como oficial de la policía política venezolana, ahora
Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), y estuvo dos años en
prisión por este crimen.
Tras
conseguir un beneficio procesal y reincorporarse al cuerpo policial, Moreno fue
relacionado con el homicidio de Rubén Gil Márquez, sucedido durante una
balacera en Caracas en 1989. Esta vez no fue hallado culpable por las
autoridades venezolanas, pero fue retirado de su cargo como oficial de
seguridad.
Su
cuestionada fama resucitó en el Gobierno de Hugo Chávez. Moreno ya había
abandonado la policía política para convertirse en un abogado del Ministerio
Público. En 2007, el exmagistrado chavista Luis Velásquez Alvaray, un prófugo
de las autoridades venezolanas, señaló al actual presidente del Supremo por
participar en una organización, denominada La banda de los enanos, que
supuestamente opera en el sistema judicial de este país sudamericano y
sumergida en varios casos de corrupción. Pero esta denuncia fue desestimada por
la Fiscalía.
Moreno
es un hombre de peso en el chavismo. Este abogado fue designado agregado
comercial de Caracas en Roma, tras ser destituido como juez por desacato a una
orden de la Sala Constitucional del TSJ en 2007. Ahora, el nuevo presidente del
Supremo ha jurado acabar con la impunidad en Venezuela. “Yo, desde este
momento, al frente del Tribunal Supremo de Justicia y conjuntamente con los
compañeros magistrados, estaremos 24 horas al día trabajando para acabar con la
impunidad, la corrupción en este país”, declaró.
El
jueves, el diputado opositor Lester Toledo, actualmente perseguido por el
Gobierno venezolano, había denunciado que Moreno estaba en trámites para
obtener la ciudadanía italiana. “Hemos pedido con fuerza a las autoridades
(italianas) que tienen que negar la nacionalidad al magistrado Maikel Moreno,
porque el primer requisito que pide cualquier país para otorgar la nacionalidad
es no tener antecedente penales y este señor los tiene de sobra: juzgado por
homicidio y un violador de derechos humanos”, dijo.
La
designación de Moreno puede suponer una jugada extremista del chavismo en la
pugna entre el Supremo y el Parlamento en Venezuela. Desde la elección de la
oposición en la Asamblea Nacional, en diciembre de 2015, se han invalidados las
decisiones de los diputados. Los adversarios del Gobierno temen que el nuevo
presidente del TSJ pueda dar un zarpazo para fulminar al Legislativo.
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