ECONOMÍA CHINA
CHINA (ANB / Información de DW Noticias).- China realiza ya cerca de un tercio de su comercio, valorado en 6,2 billones de dólares, en yuanes, frente al 20 por ciento registrado en 2022.
El
impulso de China por reducir su dependencia del dólar estadounidense se
consolidó durante la crisis financiera mundial de 2008 y 2009, como respuesta a
la agresiva política monetaria de la Reserva Federal de EE. UU. El Banco
Popular de China (BPC) lanzó en julio de 2009 un programa piloto para realizar
por primera vez el comercio
transfronterizo en yuanes o renminbi.
En
la actualidad, el yuan se utiliza para liquidar el 30 por ciento del comercio
mundial de bienes de China, valorado en 6,2 billones de dólares, según declaró
el vicegobernador del Banco Central de China, Zhu Hexin, en una cumbre
económica celebrada en junio de 2025. Si se contabilizan todos los pagos
transfronterizos, incluidas las compras de bonos y la inversión extranjera, la
participación del yuan se disparó hasta el 53 por ciento, y superó por primera
vez al dólar chino en las transacciones comerciales en 2023.
La
participación del yuan en las reservas mundiales de divisas también alcanzó su
máximo histórico en el segundo trimestre de 2024, situándose en el 2,4 por
ciento, según informó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en octubre.
El
papel global del yuan crece, con límites
Mientras
que los países BRICS del Sur Global han empezado a explorar alternativas al
dólar, China ha adoptado un enfoque más pragmático, consolidando
progresivamente el papel del yuan en el comercio mundial y mantenienddo
deliberadamente el control sobre el tipo de cambio.
"China
quiere que el yuan se internacionalice para el comercio, para la economía
real”, explica a DW Miguel Otero Iglesias, investigador principal del Real
Instituto Elcano de Madrid.
Los
titulares de los medios suelen describir el reciente ascenso del yuan como
desafío frente al dominio del dólar, moneda de reserva mundial durante casi 80
años y aún utilizada en más del 58 por ciento de las transacciones
internacionales y las reservas de divisas.
Dan
Wang, director para China de la consultora de riesgo político Eurasia Group,
cree en cambio que "Pekín nunca lo ha llamado desdolarización”. "Una
descripción más precisa de la intenciones chinas es la regionalización del yuan
[en el Sur Global]”.
En
los últimos tres años, China ha aprovechado su enorme influencia económica y
las repercusiones geopolíticas de la guerra de Ucrania para conseguir acuerdos
favorables en cuanto a energía y materias primas.
Papel
clave del yuan en la financiación de la deuda
Un
segundo pilar de Pekín a la hora de impulsar el yuan se basa en préstamos en el
extranjero, que integran la moneda china en las estructuras de deuda de los
países en desarrollo.
Los
activos externos en yuanes de los bancos chinos, préstamos, depósitos y bonos,
se han cuadruplicado hasta alcanzar los 480.000 millones de dólares en cinco
años, según el Financial Times.
El
diario económico señaló que Kenia, Angola y Etiopía convirtieron antiguas
deudas de dólares a yuanes este año, mientras que Indonesia, Eslovenia y
Kazajistán están emitiendo bonos en la moneda china.
Pekín
ha establecido además una tercera estructura financiera independiente de los
sistemas dominados por el dólar, el CIPS (Sistema de Pagos Interbancarios
Transfronterizos de China). Es una alternativa al SWIFT para las transacciones
internacionales. En importantes centros financieros como Singapur, Londres y
Fráncfort, se han abierto centros de compensación y liquidación de yuanes. El
Banco Popular de China también está implementando un programa piloto con el
yuan digital, con el fin de agilizar aún más los pagos transfronterizos y
reducir la dependencia de los bancos occidentales. "Este podría ser otro
canal para que China internacionalice su moneda y ser pionera en la vanguardia
del dinero soberano digital", comenta Otero Iglesias a DW.
China
también ha firmado acuerdos de intercambio de divisas con más de 50 países, lo
que proporciona a países como Rusia e Irán una protección crucial contra las
sanciones estadounidenses, que han bloqueado el acceso al dólar. También
representan una gran ventaja para países que dependen del comercio y la
inversión de China, como Argentina, Pakistán y Turquía.
Pero
"Pekín no va a adoptar un enfoque liberal”, dice Otero Iglesias a DW.
"La internacionalización del yuan seguirá la lógica de mando y control del
Partido Comunista Chino”.
El
impulso para expandir el comercio en yuanes también se enfrenta a obstáculos
derivados de los propios desequilibrios económicos del país. La demanda
nacional se está debilitando, con un menor gasto por parte de consumidores y
empresas, en parte debido al desplome del mercado inmobiliario.
Además,
las fábricas chinas producen más de lo que el país necesita, por lo que Pekín
depende más de las exportaciones para impulsar su economía. Sin una demanda
externa constante, como resultado de la guerra arancelaria del presidente
estadounidense, Donald Trump, el crecimiento del comercio en yuanes podría
estancarse.
(rmr/ms)

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