CIENCIA GLOBAL
CHINA (ANB / Información de DW Noticias).- Un estudio demuestra cómo el ácido ribonucleico y los aminoácidos pudieron combinarse espontáneamente en charcos o lagos de la Tierra temprana, revelando el inicio del proceso que permitió la síntesis de proteínas.
Científicos
demostraron que el ácido ribonucleico (ARN) y los aminoácidos, dos ingredientes
esenciales para la vida, pudieron unirse por sí solos hace unos 4.000 millones
de años, detalla un estudio publicado en Nature.
Los
aminoácidos son la base de las proteínas, fundamentales en los procesos vitales.
Sin embargo, no pueden replicarse sin instrucciones: estas las proporciona el
ARN, un "pariente químico" del ácido desoxirribonucleico (ADN).
Condiciones
similares a las de la Tierra primitiva
En
concreto, los autores lograron unir los aminoácidos esenciales al ARN en
condiciones simples, como las que podrían haberse dado en charcos o lagos de la
Tierra primitiva, pero no en océanos.
Este
hallazgo, buscado desde principios de los años 70, representa un avance clave
para comprender el origen de la síntesis de proteínas, base de toda forma de
vida.
"Comprender
el origen de la síntesis de estas (proteínas) es fundamental para comprender de
dónde proviene la vida", dice el autor principal, Matthew Powner, en un
comunicado del University College of London.
"Nuestro
estudio es un gran paso hacia este objetivo, ya que muestra cómo el ARN podría
haber llegado a controlar por primera vez la síntesis de proteínas",
agrega.
La
complejidad del ribosoma para sintetizar proteínas
En
la actualidad, el ribosoma es esencial para sintetizar proteínas. Sin embargo,
este órgano celular es una máquina molecular inmensamente compleja, que
requiere instrucciones químicas escritas en el ARN mensajero, que transporta la
secuencia de un gen desde el ADN de una célula hasta el ribosoma.
Posteriormente,
el ribosoma, como la cadena de montaje de una fábrica, lee este ARN y une los
aminoácidos, uno por uno, para crear una proteína.
Cómo
unir los ingredientes de una manera más simple
El
nuevo experimento replicó de forma más simple la primera parte de este proceso,
en agua a pH neutro, mostrando cómo los aminoácidos pudieron unirse al ARN sin
necesidad de maquinaria celular compleja como el ribosoma.
Los
intentos anteriores de unir aminoácidos al ARN utilizaban moléculas altamente
reactivas, pero estas se descomponían en el agua y provocaban que los
aminoácidos reaccionaran entre sí, en lugar de unirse al ARN.
El
papel de los tioésteres en el origen de la vida
Para
lograr la unión de aminoácidos al ARN, los científicos usaron tioésteres,
compuestos de alta energía que ya desempeñaban un rol en procesos bioquímicos
primitivos y que, según las teorías, ya jugaban un papel en el inicio de la
vida.
Para
formar estos tioésteres, los aminoácidos reaccionaron con un compuesto que
contiene azufre, llamado panteteína. El siguiente paso fue establecer cómo las
secuencias de ARN podían unirse preferentemente a aminoácidos específicos, de
modo que el ARN pudiera comenzar a codificar instrucciones para la síntesis de
proteínas, el origen del código genético.
Un
paso hacia el origen de la síntesis de proteínas
Aunque
aún quedan desafíos para explicar completamente el origen de la vida, este
hallazgo acerca a los científicos a entender cómo el ARN pudo haber controlado
por primera vez la síntesis de proteínas.
"Hay
numerosos problemas que superar antes de poder dilucidar completamente el
origen de la vida, pero el más desafiante y emocionante sigue siendo el origen
de la síntesis de las proteínas", resume Powner.
Editado
por Jose Urrejola, con información de efe, Nature.com y El País

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