CIENCIA GLOBAL
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Información de DW Noticias).- Una investigación de Stanford abre la puerta a que personas con discapacidad del habla se comuniquen solo pensando lo que quieren decir, gracias a avanzadas interfaces cerebro-ordenador.
Un
equipo de científicos ha logrado descifrar la actividad cerebral que se produce
durante el lenguaje interno (el monólogo silencioso que tiene lugar en la
mente) y traducirla en palabras con una precisión de hasta el 74 %.
El
estudio, publicado en la revista científica Celly liderado por la Universidad
de Stanford, Estados Unidos, podría ayudar a que personas que no pueden hablar
se comuniquen fácilmente mediante tecnologías de interfaz cerebro-ordenador
(BCI, por sus siglas en inglés).
"Es
la primera vez que logramos comprender cómo es la actividad cerebral cuando
solo se piensa en hablar", explicó Erin Kunz, de la Universidad de
Stanford y autora principal de la investigación.
"Para
las personas con graves discapacidades motoras y del habla, las BCI, capaces de
descodificar el lenguaje interno podrían permitir una comunicación mucho más
fácil y natural", añadió.
Interfaces
cerebro-ordenador
La
corteza motora del cerebro contiene regiones que controlan el movimiento,
incluidos los músculos que producen el habla. Las BCI son implantadas
quirúrgicamente en la capa superficial del cerebro, y registran directamente
los patrones de actividad neuronal. Estas señales se transmiten a un algoritmo
informático que las traduce en acciones como el habla o el movimiento de un
cursor en una pantalla.
Las
personas con parálisis, cuando intentan hablar o escribir, las BCI pueden
captar estas señales cerebrales y traducirlas con gran precisión en palabras.
Con
este reciente estudio, los científicos dieron un paso más al investigar las
señales asociadas al lenguaje interno, es decir, al pensamiento en forma de
habla silenciosa. "Si solo hay que pensar las palabras en lugar de
intentar pronunciarlas, podría ser más fácil y rápido para estas personas",
señaló Benyamin Meschede-Krasa, coautor del trabajo.
Cuatro
personas con graves trastornos motores y del habla participaron en el estudio,
y contaban con matrices de microelectrodos implantadas en áreas motoras del
cerebro. Los investigadores comprobaron que el habla interna genera patrones
claros y robustos de actividad en estas regiones, similares, aunque más
débiles, a los provocados por el intento de hablar.
A
partir de estos datos, el equipo entrenó modelos de inteligencia artificial
capaces de interpretar las palabras imaginadas. En una demostración
experimental, la BCI decodificó frases pensadas de un vocabulario de hasta
125.000 palabras con una precisión del 74 %.
El
equipo también reveló que el intento de hablar y el monólogo interno producen
patrones neuronales similares, pero lo bastante distintos como para
distinguirlos de forma fiable.
"El
futuro de las BCI es prometedor. Este trabajo ofrece una esperanza real de que
algún día estas tecnologías puedan restaurar una comunicación tan fluida,
natural y cómoda como el habla conversacional", subrayó Frank Willett,
investigador de Stanford y autor principal del estudio.
Por
ahora, las BCI implantadas no son una tecnología ampliamente disponible y se
encuentran en las primeras fases de investigación y ensayo. Además, su uso está
regulado por agencias federales y otras entidades para garantizar los más altos
estándares de ética médica.
bt
(EFE, Cell, Universidad de Stanford)

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