CIENCIA GLOBAL
EEUU (ANB / Información de DW Noticias).- La obsesión de Elon Musk por convertir a la humanidad en una especie multiplanetaria tiene ahora un nuevo argumento: tenemos 450 millones de años antes de que el Sol haga imposible la vida en la Tierra.
El
multimillonario fundador de SpaceX, Elon Musk, ha vuelto a exponer su obsesión
por convertir a la humanidad en una "especie multiplanetaria" durante
una reciente entrevista con Fox News, en el que empresario presentó su visión a
largo plazo –muy largo plazo– sobre la colonización de Marte, argumentando
motivos que trascienden la simple exploración espacial.
La justificación de Musk para colonizar el planeta rojo ha evolucionado con el tiempo. En 2018, el empresario enfatizaba la necesidad de tener una "base autosostenible en Marte" como refugio ante amenazas inmediatas. "Si hay una tercera guerra mundial, queremos asegurarnos de que haya suficiente semilla de civilización humana en otro lugar para traerla de vuelta y acortar la duración de la edad oscura", aseguró Musk en su momento en el evento SXSW (South by Southwest), según recogió The Guardian.
Ahora,
su narrativa se centra en una amenaza más lejana, pero inevitable: "Ese es
uno de los beneficios de Marte, es un seguro de vida para la vida en
conjunto", declaró durante su entrevista con Fox News. La razón principal,
según el empresario, es que "eventualmente toda la vida en la Tierra será
destruida por el Sol", ya que nuestra estrella "se está expandiendo
gradualmente".
Según
los cálculos de Musk, restan aproximadamente 450 millones de años "antes
de que -la Tierra- se caliente tanto que la vida sea imposible". A pesar
de este plazo extraordinariamente distante, el multimillonario lo considera
motivo suficiente para iniciar ahora el desarrollo de una civilización
multiplanetaria.
Lo
que resulta paradójico para muchos es que esta obsesión por un futuro tan
remoto contrasta notablemente con su llamativo silencio sobre las amenazas
medioambientales inmediatas que nuestro planeta ya enfrenta.
La
visión: una ciudad marciana autosuficiente
"No
se trata solo de aterrizar en Marte y hacer banderas y huellas, se trata de
crear una ciudad autosuficiente", insiste Musk. Su objetivo final es
establecer una colonia que "pueda crecer por sí misma si las naves de
reabastecimiento de la Tierra dejaran de llegar por cualquier motivo", ya
sea porque "la civilización murió con un estallido o con un gemido".
Esta
autosuficiencia representa el verdadero reto: "Si las naves de
reabastecimiento son necesarias para que Marte sobreviva, entonces no hemos
creado un seguro de vida para la vida colectivamente", subraya el empresario.
Starship:
entre promesas y explosiones
El
vehículo destinado a materializar esta ambición es Starship, el megacohete
reutilizable que, según Musk, hará económicamente viable el asentamiento
marciano. Este proyecto, sin embargo, enfrenta considerables desafíos técnicos.
De
acuerdo con Space.com, el cohete más potente jamás construido ha realizado ocho
vuelos hasta la fecha, incluidos dos en 2025. Aunque las misiones recientes
lograron éxitos parciales –la etapa Super Heavy funcionó correctamente–, la etapa
superior explotó a los diez minutos de vuelo. SpaceX ya prepara el noveno
lanzamiento, habiendo probado los motores correspondientes, aunque sin fecha
confirmada.
Un
cronograma en constante revisión
Por
otra parte, las predicciones temporales de Musk han sufrido significativos
ajustes. En 2011, prometió colocar un ser humano en Marte en la siguiente
década. Sin embargo, en 2022 retrasó su objetivo a 2029 como fecha más temprana
para el primer paso humano en el planeta rojo, aproximándose a los planes de la
NASA para sus primeras misiones tripuladas.
Su
pronóstico actual sugiere un posible aterrizaje no tripulado en 2026, con
presencia humana antes de 2030, predicciones que muchos expertos consideran
excesivamente optimistas dado el desarrollo actual de la tecnología.
La
crítica: prioridades cuestionables
La
comunidad científica no está completamente alineada con la visión apocalíptica
de Musk sobre el fin de la vida en la Tierra. Si bien es cierto que el Sol
eventualmente se convertirá en una gigante roja, los modelos actuales sugieren
diferentes escenarios.
"Actualmente,
no tenemos un consenso sobre si la Tierra podría evitar ser engullida por el
sol gigante rojo dentro de 6.000 millones de años", explicó en un estudio
de 2024 el doctor Keming Zhang, de la Universidad de California en San Diego,
según recogió IFL Science. "En cualquier caso, el planeta Tierra solo será
habitable durante unos mil millones de años más, momento en el que los océanos
se vaporizarían por el efecto invernadero desbocado, mucho antes del riesgo de
ser engullidos".
Además,
no todos ven la colonización marciana como la mejor solución ante amenazas a
largo plazo. El exastronauta de la NASA y actual senador Mark Kelly respondió a
las declaraciones de Musk en X: "Tierra a Elon: Si nosotros nos
incineramos, Marte también. Estoy a favor de explorar Marte, pero esta no es la
razón para hacerlo".
Entre
recortes públicos y ambiciones privadas
Mientras
Musk persigue su visión marciana desde el sector privado, la exploración
espacial gubernamental enfrenta serios desafíos financieros. La reciente
propuesta presupuestaria de la Casa Blanca para 2026 plantea un recorte
histórico del 24 % al presupuesto de la NASA, con una reducción del 47 %
específicamente para su Dirección de Misión Científica.
De
implementarse, estos recortes terminarían con la misión de Retorno de Muestras
de Marte –programa destinado a traer a la Tierra las muestras que el róver
Perseverance ha recolectado durante años– y cancelarían proyectos lunares como
el Gateway.
Paradójicamente,
el presupuesto incrementa la financiación para exploración espacial humana en
650 millones de dólares, enfatizando el objetivo de regresar a la Luna
"antes que China" y poner un "hombre en Marte".
Esta
realidad presupuestaria podría, indirectamente, reforzar el papel de SpaceX en
la exploración marciana, convirtiendo las ambiciones aparentemente fantasiosas
de Musk en alternativas más viables ante el retroceso de los programas
gubernamentales.
En
definitiva, para Musk, el proyecto marciano representa tanto un seguro contra
la extinción como una expansión filosófica: "Se trata de hacer que la vida
sea multiplanetaria para que podamos ampliar el alcance y la escala de la
conciencia para comprender mejor la naturaleza del universo", argumenta.
Mientras
científicos y políticos debaten entre atender las crisis terrestres inmediatas
o financiar visiones a largo plazo, SpaceX avanza implacable con su misión
"Ocupar Marte". El tiempo dirá si este sueño representa el próximo
gran salto de la humanidad o una costosa distracción de los problemas que ya
tenemos bajo nuestros pies.
Editado
por Felipe Espinosa Wang con información de Space.com, NASA, The Guardian, IFL
Science, Forbes y The Verge.


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