BIODIVERSIDAD
COCHABAMBA (ANB / Erbol).- Un equipo de científicos cumple una misión monumental: salvar a una especie de árbol única y valiosa, Cinchona anderssonii, de la extinción. Más que simplemente un árbol, esta especie encierra en sus raíces una historia fascinante y un potencial sin explotar para la ciencia y la medicina.
Carla Maldonado, botánica
apasionada por este grupo de plantas, describió esta especie en 2017 durante su
tesis doctoral, marcando un hito en la comprensión de la biodiversidad de
Bolivia. Desde entonces, el equipo de científicosbajo su coordinación, ha
estado trabajando incansablemente para comprender y proteger a Cinchona
anderssonii y otras especies amenazadas en el país.
Con el respaldo de la Universidad
Mayor de San Andrés (UMSA), a través de los Institutos de la Carrera de
Biología (Instituto de Ecología por medio del Herbario Nacional de Bolivia y el
Instituto de Biología Molecular y de su Unidad de Biotecnología Vegetal),
además del financiamiento de Franklinia y de la Asociación Internacional de
Jardines Botánicos para la Conservación (BGCI por sus siglas en inglés), se
desarrolló el proyecto que subraya la importancia global de preservar la
biodiversidad en Bolivia y refuerza el compromiso del equipo de biólogos
bolivianos con esta noble causa.
Un árbol no común
Cinchona anderssonii no es un
árbol común; es una joya de la naturaleza, es endémico de Bolivia y con
potentes propiedades medicinales. Forma parte de un grupo selecto de árboles
conocidos con el nombre común de quina y que pertenecen al género Cinchona,
conteniendo alcaloides antimaláricos en su corteza que han salvado cientos de
vidas a lo largo de los tres últimos siglos.
“Esta especie se distingue de
otras de quina por sus hojas con textura más gruesa y superficie brillante,
pero comparte con ellas el sabor amargo de su corteza proveniente de los
alcaloides que contiene”, informó Maldonado.
Aunque en la actualidad se ha
dejado de usar la corteza porque ya se tienen estos alcaloides sintetizados, la
conservación de esta especie es crucial debido a su potencial sin explotar.
“Quién sabe cuántas otras propiedades valiosas podrían esconderse en su
estructura genética”, reveló la especialista.
Innovador y colaborativo
Lo que distingue a este proyecto
es su enfoque innovador y colaborativo multidisciplinario con la participación
de otros expertos.
El investigador Jorge Quezada,
Resposable de la Unidad de Biotecnología Vegetal del Instituto de Biología Molecular
y Biotecnología de la UMSA, ha desempeñado un papel crucial en el proyecto,
aportando su experiencia en el cultivo in vitro de las semillas de Cinchona
anderssonii. Gracias a su liderazgo, el equipo logró combinar exitosamente el
trabajo de campo con la biotecnología, abriendo nuevas puertas para la
conservación de esta especie en peligro de extinción.
“El cultivo in vitro ha permitido
una mayor comprensión de las semillas y su germinación” detalló Quezada,
yadelantóademás que, se continuará desarrollando el trabajo en el laboratorio y
en el invernadero con esta y otras especímenesy no descartó que se realicen
investigaciones sobre la genética de estas poblaciones, “para ver cuán diversas
genéticamente son estas especies de quina”.
Líderes en conservación
Para Maldonado, la vertiente
académica es fundamental en los proyectos en los que se involucra, y el
proyecto de conservación de Cinchona anderssonii no ha sido la excepción.
Daniela Álvarez, una bióloga
comprometida que está realizando su maestría dentro del proyecto, ha sido una
pieza fundamental para los logros obtenidos. Al proponer el uso de distintos
biofertilizantes para lograr un crecimiento más rápido de la especie.
Álvarez logró una tasa de
germinación significativamente mayor para las semillas de la especie.
“Inicialmente empleamos humus y turba que se utilizan para cualquier planta,
pero se obtuvo tasas de germinación muy bajas”, agregó. Ella no solo se
preguntó sobre los desafíos que enfrentan estas plantas para regenerarse, sino
que también se comprometió a encontrar soluciones prácticas.
Por otro lado, Gabriela Linares,
estudiante de la Carrera de Biología de la UMSA, registró las características
morfológicas de las semillas de la especie del estudio y evaluó su viabilidad.
En su trabajo, Linares descubrió
que las semillas pierden su viabilidad (determina la posibilidad de una semilla
de germinar) con el tiempo (en menos de un año), lo que subraya la importancia de
un adecuado almacenamiento para conservarlas correctamente. “Este
descubrimiento es fundamental al tratarse de una especie en extinción”, aseveró
la universitaria.
Estas jóvenes científicas están
demostrando que el futuro de la conservación depende del compromiso y la
dedicación de la próxima generación de investigadores. Su trabajo incansable y
su ingenio son un testimonio inspirador de lo que se puede lograr cuando la
ciencia y la pasión se unen en pro de la preservación de nuestra biodiversidad.
Educación accesible
Como parte de la difusión de los
resultados del proyecto, el equipo ha trabajado arduamente para traducir la
complejidad científica en un lenguaje accesible para todas las edades,
especialmente para niños y jóvenes. Maldonado cree firmemente que, al educar a
la próxima generación sobre la importancia de la biodiversidad, “se puede
garantizar un futuro más brillante para nuestro ecosistema”.
En este sentido, el valioso
aporte del equipo de Ciencia Molotov ha sido fundamental para la difusión del
proyecto. "En el equipo necesitábamos la presencia de gente que realice
divulgación científica, en este caso más dirigida a niños y jóvenes, y Ciencia
Molotov, un grupo de jóvenes que hacen esta clase de difusión, sin pensarlo se
nos unió a esta causa", sostuvo Maldonado. Este creativo grupo, compuesto
también por biólogos, ha producido un material educativo de difusión integral
que incluye audiovisuales, cómics y la creación de un guion de actuación con
títeres.
“Con todo el equipo, hace unas
semanas realizamos el primer taller educativo en Corani Pampa, uno de los
lugares donde crece naturalmente esta especie, y allí, gracias al apoyo de
AlterNativa, un centro de vida sana, pudimos, además de establecer un vivero
donde nuestros plantines se están aclimatando, plantaralgunos otros en el
bosque donde esperamos logren crecer con éxito”, enfatizó Maldonado.
Perspectivas futuras
A medida que el proyecto avanza,
el equipo está explorando nuevas oportunidades para expandir su impacto, desde
estudios con otras especies también amenazadas, pasando por investigaciones
genéticas hasta programas de reforestación comunitaria. Con cada paso, están
sentando las bases para un futuro donde Cinchonaanderssonii y otras especies
amenazadas puedan prosperar una vez más en su hábitat natural.
En un mundo donde la pérdida de
biodiversidad es una realidad cada vez más urgente, el proyecto de conservación
de Cinchona anderssonii en Bolivia es un rayo de esperanza. No solo representa
la lucha por salvar a una especie única, sino también un llamado a la acción
para proteger y valorar nuestra riqueza natural.
“En última instancia, el éxito de
este proyecto depende de todos nosotros, y juntos podemos asegurar un futuro
más verde y próspero para las generaciones venideras”, concluyó Maldonado.
(Cronista21)
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